Vendemos humo

Se dice que el que "vende humo" es aquel que con trucos no creíbles y dotes de comunicación, habla mucho y no hace nada.

En nuestra profesión se aplica hablando primero para convencer, demostrando después con nuestras manos nuestro saber.

No he buscado el éxito. Me he preparado para conseguirlo. Soy un fan de mi profesión en el buen sentido de la palabra. Siempre he hecho lo que tenía que hacer y nunca he dejado de trabajar.

¡¡Claro que vendemos humo!! Pero envuelto en colores, cortes, formas, rizos, vivencias y experiencias. Todo esto tiene un precio: un tanto por ciento técnico y una gran carga emocional y de comunicación.

El dinero no hace la felicidad, pero ayuda tanto... No fue este mi caso. No pensé en el dinero sino en la diferencia entre lo que yo hacia y lo que recibía. Así ha sido mi vida durante muchos años, dándome cuenta que lo que hacía gustaba y tenía que ponerle precio. Pues bien; he conseguido dinero gracias a vender humo.

Nuestro negocio tiene gastos y además tenemos que vivir. Aquí es cuando se impone la realidad y toca pensar en el dinero.

También pienso en el dinero cuando tengo que pagar a mi equipo, a mis proveedores, los impuestos, el colegio de mis hijos...

Claro que vendemos humo, pero los placeres que sienten nuestros clientes son de verdad.

No he jugado a ser peluquero, sino ser peluquero es el resultado de mucha imaginación, audacia y suerte, junto con el apoyo de las personas que han hecho el camino junto a mi. Sin ellas hubiese sido más duro.

Ser anónimo tiene sus ventajas: haces el camino con las personas que de verdad te importan.

Juan Balaguer.
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Esta entrada fue publicada el 21-02-15 a las 11:09.
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