Optimismo

Las palabras se las lleva el viento. Pero no lo que hacemos, ni cómo lo hacemos, ni lo que decimos.

Ser optimista no significa ver la realidad, ni quitarle importancia a cosas que la tienen, ni ser ingenuo e irresponsable. Al contrario, significa aceptar la situación separando lo bueno de lo malo, valorando todo en su justa medida.

En la mayoría de las veces sentimos miedo cuando el enemigo que tenemos más cerca somos nosotros mismos. Este mismo miedo es el que nos impide disfrutar de nuestro trabajo, no dejando que veamos a las mujeres como fuente de inspiración. Siempre he trabajado con ellas y para ellas.

He tenido la suerte de tener colaboradores buenos, en su mayoría mujeres, y admiro su modo de trabajar. Tienen más sensibilidad, astucia y paciencia, pudiendo hacer varias cosas a la vez. Nosotros tendríamos que entrenar. Ellas vienen así de serie. Son astutas expresando sus sentimientos, cosa que a los hombres ni se nos pasa por la cabeza. A veces existe rivalidad y desconfianza entre ellas, y detectan rápidamente alguien que no sea de fiar.

Siempre he querido entender cuál es el sentido de la vida y cómo debemos vivirla, y hay una regla de oro: Haz lo que te gustaría que hicieran contigo.

En la vida, muchas cosas merecen la pena: la familia, los amigos... Sin olvidar que la mayoría de horas y días los pasamos con nuestra gente, nuestros equipos-colaboradores. Sin ellos, no tendríamos una buena salud mental. Sabemos que la ruta más fiable para ser felices es hacer felices a los demás, ¿qué no es fácil?, lo sabemos, pero con voluntad siempre se puede aprender y con el tiempo se convierte en un hábito.

Este es mi homenaje a mi equipo y a todos los que han hecho que hoy sea un poco mejor y más feliz, y no egoísta y estúpido, que siempre perjudica, que en su momento lo fui. ¡Gracias!

Juan Balaguer
Contra-Pelo

Esta entrada fue publicada el 21-05-16 a las 20:58.
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