¿Mal gusto o falta de estilo?

Cuando veo a alguien con una camisa o unos pantalones que me gustan, por timidez no le pregunto dónde los ha comprado, pero en cuanto tengo ocasión pongo a trabajar el iPad para encontrarlos.

Tan difícil no es, ya que Google te los localiza en segundos. Y casi siempre me pasa que cuando me los pruebo, pienso "se habrán equivocado, no parecen los mismos, doy pena, no me quedan igual que cuando los vi puestos, si somos casi iguales", pues no. Es fácil de entender. Tiene más estilo que yo.

El estilo es un don con el cual se nace y, si encima se tiene buen tipo, apaga y vámonos. El tipo mejora con ejercicio y una dieta, pero el estilo no. Puedes comprar moda, pero no estilo. El estilo te permite comprar un fular en un mercadillo y parecer Hermés, coger tu pelo con una pinza y asistir a una fiesta.

En peluquería nos pasa un poco esto. Viene una persona (porque tratamos con personas) y te pide un peinado de la foto de la modelo tal, de la señora de al lado o una que se ha bajado de internet, pensando que le va a quedar igual. Claro que el corte o el color quedan igual pero no a su cara, ya que ni su cara ni su estilo lo hemos tocado, llevándose una desilusión y diciéndole a la persona que la recomendó, que no somos tan buenos como le había dicho.

En nuestra profesión es muy importante la comunicación ya que si no explicas qué posibilidades tiene su pelo, qué le vas hacer, cómo le va a quedar o cuál va a ser el resultado final, y aun poniendo todo nuestro saber y profesionalidad, a veces su estilo no nos acompaña.

En mi caso es mi mujer que con gracia y buena voluntad me aconseja qué me hace más delgado y qué colores me favorecen más, aunque a veces no le hago caso y me encuentro con un armario con ropa que no va conmigo...

Juan Balaguer
Contra-Pelo

Esta entrada fue publicada el 28-11-15 a las 21:05.
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