Una forma de presentarme

Hola amig@s.

Mi vida ha girado siempre entorno a la gente, mi madre, una mujer decidida y valiente, persiguió sus sueños y sus hijos no han sido un impedimento para conseguir sus metas, en aquellos tiempos de cambio e incertidumbre su pasión por la peluquería le hizo emigrar a un pueblo de alicante que por aquel entonces andaba inmerso en la producción de muñecas (35 fabricas).

La peluquería era la casa y nuestra vida se desarrollaba entorno a la gente, lo mismo me cambiaba un cliente los pañales que otro me daba la papilla, se trabajaba a lo bestia, no habían horarios, y los cardados eran los reyes del mambo, el corte no era tan fundamental como lo es ahora, la peluquería era mas sencilla, las modas eran para todo el mundo y ser transgresor era utópico.

He crecido viendo los cambios, lo bien que la gente los acoge o lo que cuesta hacer entender que un rizo suave no equivalía a que la permanente no le hubiera cogido, repetía y repetía los moldeadores, no me importaba sabia que al final conseguiría hacerlas salir del rizo abisinio tan poco favorecedor, mi hermana lavaba cabezas con ocho años subida en un taburete, y las mojaba hasta las bragas viendo la tele que tenia enfrente, a mi me obligaba también pero yo me iba con los amigos a la sierra a jugar, al volver dos alpargatazos y listo, empecé a hacerlo cuando apuntaba en un papel las que había lavado y le cobraba por cada una jajjaja (he sido bastante rebelde siempre en cuanto a defender mis derechos).

A los dieciséis tenia que decidir si trabajaba en una fabrica de muñecas o me iba a alicante a estudiar peluquería, no me gustaba ninguna de las dos opciones, elegí la mas cómoda, mi madre para que no me aburriera en el piso que teníamos allí, me apunto a dos academias, una de mañana (henry Colomer), y otra de tarde (jerónimo).

Todavía no se me ha borrado la cara de la señora a la que le hice mi primer corte de pelo, quedo espantoso. Las academias ya eran un negocio por aquel entonces, cuarenta alumnos trabajando sin parar a precios módicos, poca técnica de aprendizaje y mucha explotación, después vinieron los cursos por doquier, ahí fue donde empecé a valorar hasta donde se podía llegar con técnica e inspiración, cuando vi a Dessange en París se produjo en mi un cambio, trabajos diferentes, con estilo, y lo mas importante, comerciales.

El mejor curso de marketing, uno hace ya muchos años en el que un señor nos dijo: Señores esto va a tomar dos caminos, la masificación y consecuente competencia feroz por los precios, y la calidad con el precio equilibrado con esta, si elegís el primer camino vais a ser esclavos de vuestra profesión y victimas de ella, si elegís el segundo no conoceréis crisis, AMEN.

Todo el camino recorrido desde que nací hasta ahora me ha enseñado que al trabajar con personas nuestra actitud en el puesto de trabajo debe ser siempre de seguridad, confianza, y respeto por esta. No es fácil aparcar tus sentimientos y carácter en la puerta pero hay que intentarlo.

Esta entrada fue publicada el 14-12-08 a las 20:26.
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