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Vanessa Martínez tenía claro a qué se quería dedicar, por lo que toda su actividad profesional estuvo ligada al sector de la belleza. Tuvo la oportunidad de transformar su pasión en su profesión y eso es algo que los clientes perciben.

Responsable del salón de belleza, estética y peluquería Vanessa Martínez Estilistas, concepto exclusivo en Lugo, explica que en su centro viven su trabajo con la máxima ilusión y dedicación, lo que se acaba reflejando en los resultados que consiguen.

Beauty Market: ¿Cómo te formaste para ser peluquera?
Vanessa Martínez: Siempre que me preguntan acerca de mi formación tengo claro que, aunque todo comenzó cuando tenía 14 años con una Formación Profesional, las inquietudes personales, todos los cursos a los que hemos asistido tanto yo como todo el equipo y la experiencia profesional real son quienes realmente terminan por formar a una verdadera profesional. También considero fundamental salir del entorno habitual en busca de nuevas tendencias, ya sea moda, estilismo o inspiración en general. Trabajamos en un sector que no deja de cambiar, variar y evolucionar continuamente, estar al corriente de todas las modas y tendencias me parece superimportante.

B.M.: ¿Cuándo y por qué motivo decides convertirte en empresaria y abrir tu propio salón?
V.M.: Cuando trabajas en un salón que no es el tuyo, a pesar de poder desarrollar tus cualidades como profesional y poder mejorar día a día en tu trabajo, estás limitada a no poder hacer las cosas como te gustaría.
Para mí, tener mi propio salón, en mi ciudad, con un concepto y una personalidad propios, siempre fue un sueño y hace ya 10 años que conseguí empezar a cumplirlo. Desde entonces no he parado de luchar por poder seguir haciendo lo que me gusta acompañada de un equipo inmejorable.

B.M.: Desde entonces hasta ahora, Vanessa Martínez Estilistas no ha dejado de crecer, acaparando en la actualidad un bonito y completo espacio de más de 500 metros cuadrados con un equipo de 10 personas. ¿Cómo se consigue avanzar, cómo se consigue alcanzar el éxito en este negocio?
V.M.: Con pasión y determinación desde que hace ya 10 años monté mi primer salón sola. Desde entonces ha sido un camino lleno de errores y de lecciones, pero saber levantarse y corregirlos forma parte de este trayecto. Cuando tu trabajo se convierte en parte de tu vida, te apasiona y lo disfrutas, el camino se hace de una forma completamente diferente.
A pesar de que el concepto de éxito es muy relativo, para mí ver cómo mi proyecto crece día a día, en mi ciudad y con mi equipo podría ser una definición que se acerca bastante a la realidad.

B.M.: Además has hecho buena parte del camino, desde hace 10 años junto a I.C.O.N., ¿por qué esta elección?
V.M.: Incluso antes de tener el salón, I.C.O.N. ya era una de mis marcas favoritas por su filosofía y forma de hacer las cosas. Por eso quería que todo lo que envuelve a la marca empapase también mi salón. Desde el principio tenía claro que valores como el respeto por el medio ambiente, la sostenibilidad, el trato humano y cercano o el cuidado a partners y clientes tendrían que formar parte indiscutible de mi proyecto.

B.M.:¿Qué te da I.C.O.N. que otras marcas de cosmética capilar no tengan en lo referido a la dirección y gestión del negocio?
V.M.: Tener a I.C.O.N. ha sido siempre como contar con una especie de ángel de la guarda en materia de gestión. Entre las formaciones que nos ofrecen nunca se descuida el aspecto de la organización, coordinación de equipo o incluso la gestión de los recursos, y eso es, sin duda, un valor añadido de la marca.

B.M.: ¿Y qué es I.C.O.N., en lo referido a producto, a cosmética y servicios profesionales para el salón de peluquería y sus clientes?
V.M.: Podría definirse como algo que se acerca mucho a la excelencia en su máxima expresión. Además de la enorme gama de productos artesanales e increíbles de los que disponen, I.C.O.N consigue abarcar mucho más. Cuestiones tan importantes como los métodos de trabajo con toda su línea, el beneficio que puedes sacar de estos productos o las transformaciones que se pueden lograr con ellos son una parte fundamental del espíritu de la marca y este consigue transmitirse a la perfección a través del salón.

B.M.: ¿Te resulta fácil vender a tu clienta cosmética capilar?
V.M.: Cuando tienes las herramientas necesarias para ello no tiene por qué ser más complicado que cualquier otra tarea de las del día a día. En Vanessa Martínez Estilistas tenemos claro que las clientas son las protagonistas: cuando ellas mismas comprueban los resultados que tienen los productos con los que trabajamos, les explicamos al detalle sus características y las asesoramos; más que una venta, lo que estamos realizando es un acompañamiento.

B.M.: ¿Cuál es tu producto I.C.O.N., sin el que no sabrías vivir?

V.M.: La realidad es que no podría quedarme con ninguno, ya que sus productos consiguen ser resolutivos en cualquier situación, para cada creación o para cada problema; aunque si tuviese que elegir algún "must have" de toda la gama, escogería sin duda Airshine y Antidote por su enorme versatilidad y los resultados que tienen en cualquier trabajo.

B.M.: Por cierto, ¿quién es tu coach I.C.O.N., en este camino y qué función desempeña esta figura en la relación con el peluquero y el salón de peluquería?
V.M.: Susana Martínez es la coach que nos ha acompañado desde el principio y quien nos ha guiado en todo el camino que hemos recorrido. Siempre ha constituido el verdadero nexo de unión entre el salón y la marca y, a día de hoy, ya la podemos considerar una parte del equipo. Con el perfeccionismo y detallismo que la caracteriza nos ha ayudado a mejorar en muchos aspectos y nos ha asesorado consiguiendo transmitirnos los valores de I.C.O.N. a la perfección.

B.M.: ¿Cómo ha logrado Vanessa compaginar vida familiar y profesional?
V.M.: Aunque el salón es mi auténtica pasión, la familia para mí lo es todo. Sin todos ellos estoy segura de que no hubiera llegado hasta aquí. Sin la formación y educación que mis padres me brindaron, sin el cariño, apoyo y ayuda de mi marido o sin la fuerza de mi hijo, todo este recorrido hubiera sido mucho más difícil. Sin embargo, cuando se trata de compaginar los dos polos más importantes de mi vida, la organización personal y una cierta capacidad de sacrificio es fundamental.

B.M.: ¿Lo más difícil de tu aventura al frente de un salón de peluquería?
V.M.: Uno de los mayores retos a los que me enfrento cada día en el salón es la coordinación general a todos los niveles. Me gusta estar segura de que todo se encuentra bajo control y de que cada una de las personas que entren por la puerta disfruten de la experiencia Vanessa Martínez Estilistas al detalle sin que ningún elemento pueda interferir en ella.

B.M.: ¿Y lo más gratificante?
V.M.: En este aspecto no tengo ninguna duda: la satisfacción de los clientes y clientas y cómo terminamos por acompañarles y acompañarlas durante toda la vida, peinando para la boda, para el bautizo de su primer hijo o incluso para la comunión de su hija. Siempre digo que, aunque somos un salón de peluquería y estética, no solo trabajamos con el cabello, sino con las personas y sus emociones. Ver cómo una persona llega a nuestras instalaciones con un problema capilar, o de cualquier otro tipo, para el que no encuentra solución y ver cómo sale sin el problema con el que llegó y con una sonrisa, es algo increíble. Nos esforzamos por que el tiempo que una clienta o cliente pase en el salón lo disfrute, ya que es su momento.

B.M.: Tus mejores cualidades como empresaria son...
V.M.: Hablar de una misma siempre es muy difícil, pero las personas más cercanas me definen como una persona con una gran empatía y lo cierto es que me esfuerzo siempre por intentar entender las situaciones personales de todos los que me rodean. A nivel empresarial también lo hago y, tanto con mi equipo como con clientes y partners, intento siempre aplicar esta cualidad personal.

B.M.: ¿Y cómo profesional peluquera?
V.M.: Tras años de experiencia en el sector he descubierto que no entendería esta profesión sin la creatividad; por ello diría que mi mayor cualidad es precisamente esa: la capacidad innata que siempre he tenido de crear y buscar soluciones originales e innovadoras en cada trabajo.

B.M.: ¿Cómo diriges a tus equipos?
V.M.: Mi equipo lo es todo. Somos un conjunto de piezas que funcionan como un engranaje perfectamente cohesionado en el que cada miembro, especializado en un aspecto concreto de belleza, asume con entusiasmo y dedicación su papel. Sé que son una parte imprescindible de la excelencia que hemos alcanzado ya que a su talento, habilidades y experiencia, se une su compromiso por mejorar constantemente. Por eso apostamos tanto por las formaciones continuadas y por la innovación como una de nuestras señas de identidad.

B.M.: ¿Cómo se mantiene en el tiempo a los equipos y cómo se convierten en la extensión de tus manos?
V.M.: Creo que la forma en la que se concibe un equipo determinará, en gran medida, la duración de estas relaciones, que, además de profesionales, terminan por convertirse en personales. Gran parte de mi equipo ha crecido conmigo y algunas de las personas que me acompañan en esta trayectoria profesional lo hacen desde el principio. Hacer que las metas sean un objetivo común hace que todos en el salón nos sintamos parte del proyecto y que disfrutemos viendo cómo crece.

B.M.: Tu opinión con respecto a la peluquería actual en nuestro país es...
V.M.: Cuando hablo de este tema con otros compañeros del sector siempre me gusta realizar la comparación con el mundo de la cocina: hace unos años no se le daba valor a la gastronomía innovadora y, de hecho, un cocinero no podía ser considerado un gran profesional. En el sector de la peluquería, como artesanos que somos, pasa algo similar: a pesar de que en los últimos años ha habido un avance brutal en ese sentido, todavía existe un enorme potencial y unos grandísimos profesionales en el sector que no están reconocidos.

B.M.: ¿Qué tipo de cliente es el que se atiende en Vanessa Martínez Estilistas?
V.M.: Aunque en Vanessa Martínez Estilistas atendemos a todo tipo de clientes y clientas, todos acuden a nuestro salón buscando el mejor servicio, un asesoramiento integral, los mejores productos y un trato personalizado y excepcional. La mayor prueba de que encuentran lo que venían buscando es que casi todos y todas repiten con nuestro salón.

B.M.: ¿Y cómo logras fidelizarlo?
V.M.: En el salón creemos que no se trata tanto de fidelizar, sino de hacer las cosas bien. Cuando consigues que cada persona que entra por la puerta salga contenta, satisfecha y habiéndole aportado lo que buscaba, no solo logras que vuelva, sino que consigues un gran prescriptor de tu marca y de tu trabajo.

B.M.: ¿Tu próxima meta?
V.M.: Actualmente estoy completamente centrada en el salón y en continuar con la mejora continua de los últimos años gracias a las formaciones y la profesionalización y personalización de todos los servicios que ofrecemos; pero si tuviese que fijarme una meta sería una línea específica de asesoramiento de estilismo general.

B.M.: Y un sueño por cumplir en el futuro...
V.M.: Hoy en día podría asegurar que uno de mis sueños ya lo cumplí, pero considero que tener sueños es vivir y yo tengo muchas ganas de vivir. Emprender mi proyecto en mi ciudad, Lugo, con mi gente, y lograr lo que he logrado mientras disfruto de mi familia y de los míos ha sido uno de los mejores sueños que podía haber cumplido. De igual modo, seguir empapándome de modo indefinido de estilos, conocimientos, técnicas y culturas podría considerarlo casi otro de mis sueños.