Desde octubre del año pasado, unos delincuentes especializados en el asalto y robo a diversas peluquerías mantienen en jaque a la policía de São Paulo, incapaz de atajar la oleada de atracos que están cometiendo.
Lo más sorprendente del caso es que los atracadores sólo se llevan el pelo natural que encuentran en las peluquerías, no haciendo ni el más mínimo caso al dinero que pudiera haber en las cajas registradoras ni a las joyas o bolsos de los clientes ni, por supuesto, a ordenadores o demás objetos tecnológicos como móviles o tabletas.
Por tal motivo, la policía paulista cree que detrás de esta banda de delincuentes está el robo por encargo. Según el portavoz de la policía de São Paulo, Ricardo Prezia, los ladrones "conocen muy bien el mercado de la venta de cabello, y además saben lo que quieren, porque el pelo sintético no les interesa nada". Y es que últimamente, a causa de la crisis económica muchos brasileños deciden vender su cabello a los salones de peluquería por la gran demanda de tratamientos y extensiones capilares que existe en Brasil.
Los asaltantes son considerados muy peligrosos, ya que realizan sus fechorías previstos de armas de gran calibre. Su modus operandi es el siguiente: los primeros atracadores entran al salón de peluquería como clientes y realizan una primera toma de contacto para comprobar si tienen suficiente pelo natural en su interior. Inmediatamente después, entra el resto de la banda con las armas, amenazan a los clientes y recogen el cabello natural metiéndolo en unos sacos. Fuera del establecimiento les espera una furgoneta en marcha para desaparecer con la máxima rapidez.
De momento, el mayor botín conseguido en un salón fue pelo natural por valor de 150.000 reales brasileños, unos 65.000 euros.Además de la ciudad de São Paulo, la más grande de Brasil, los atracadores están cometiendo sus fechorías en la vecina ciudad de Suzano, con lo que la policía teme que estén empezando a ampliar su radio de acción. De momento, los dispositivos que han preparado para poderlos detener han fracasado, y tampoco tienen pistas sobre quienes están detrás de estos atracos.