En el Consumer Electronics Show (CES) de Las Vegas se presentan cada año tantos productos que resulta habitual que algunos, por más innovadores que sean, pasen inadvertidos. En la presente edición las nuevas tecnologías aplicadas al sector de la automoción, con la vista puesta en el futuro coche automático, han sido tendencia en la feria tecnológica más importante del mundo.
También los gadgets, pero entre todos ellos se ha presentado uno que no ha gozado de visibilidad mediática, a pesar de que sus aplicaciones representan una aparente solución efectiva a un problema que afecta a millones de personas en todo el mundo, sobre todo a los hombres: la calvicie.
El revolucionario Igrow es una especie de híbrido, entre un casco de bicicleta y unos auriculares, cuyos desarrolladores prometen que puede restaurar a pequeña escala, esto es, en los casos de incipiente alopecia, el cabello en un período de cuatro a seis meses.
El curioso gadget funciona con tecnología láser -terapia láser de baja intensidad (LLLT) es su definición técnica-, aunque sin emitir calor, evitando de ese modo efectos secundarios, ejerciendo una terapia reparadora sobre los folículos pilosos, donde nace el cabello. El sistema ha sido testado clínicamente y cuenta con la aprobación de las autoridades sanitarias de Estados Unidos.
No existen los milagros
En cualquier caso, los fabricantes de Igrow advierten de que no existen los milagros. Es decir, si una persona sufre una alopecia muy avanzada resultará imposible que el dispositivo pueda ejercer alguna mejora. En esos casos resulta irreversible, pero cuando la pérdida de cabello no es tan acusada y se encuentra en una fase incipiente el gadget sí puede representar alguna mejora. En su web, la propia compañía muestra los resultados.
El modo de empleo del sistema es muy sencillo. Según las especificaciones del fabricante, el usuario debe colocárselo durante veinticinco minutos al menos cuatro veces a la semana durante un período de cuatro a seis meses. Se trata de la primera fase de la terapia, tras la cual el usuario deberían observar los efectos reparadores del sistema.
A partir de ese punto, la periodicidad de utilización se puede reducir de forma drástica. Bastaría con usarlo una vez a la semana aproximadamente durante media hora. Los fabricantes han pensado en todo. El dispositivo también incorpora un sistema de reproducción de música para que el usuario pueda disfrutar de algún tipo de entretenimiento mientras lo utiliza.
No es un prototipo
A diferencia de la mayoría de los dispositivos que se presentan vía crowdfunding, Igrow no es un prototipo. Se trata de un producto con un recorrido notable a sus espaldas, tanto desde el punto de vista de la financiación como de la investigación científica de su tecnología, que además no es inédita en el tratamiento de la calvicie, aunque nadie había desarrollado un gadget semejante, preparado para su utilización inmediata en el hogar.
El dispositivo se encuentra a la venta en Internet a un precio de 700 dólares. En el mercado existen todo tipo de remedios y productos, muchos de ellos naturales, para contrarrestar la calvicie. Sin embargo, se trata de un aplicación tradicionalmente alejada de la tecnología a nivel de usuario.