Atrás han quedado esos tiempos en los que nos conformábamos con lavar con cualquier champú nuestro pelo. Y es que no hace demasiados años, el único mimo que le dábamos era aplicar una mascarilla una vez a la semana. Sin embargo, no todos los cabellos son iguales y, por lo tanto, no todos necesitan los mismos cuidados. Conocer tu tipo de pelo es esencial para aplicar los productos y tratamientos adecuados para un correcto cuidado del cabello y que lo mantengan sano y brillante. Lo primero y fundamental es que conozcas qué tipo es el tuyo y qué debes hacer en tu rutina. Si aún no lo sabes, sigue leyendo para conseguir la melena con la que tanto has soñado.

¿Sabes cuál es tu tipo de pelo?

Existen diversos tipos de cabello, desde el lacio hasta el muy rizado. Por lo tanto, existen una serie de necesidades concretas para cada uno de ellos, y deberás tener en cuenta su porosidad, su grosor e incluso su patrón. Pero, más allá de su forma, es esencial saber que nuestro pelo puede ser graso, seco, teñido o con mechas. Por lo tanto, escoger los productos adecuados para estas particularidades es fundamental.

S.O.S, ¡Necesitas hidratar!

El cabello seco tiende a carecer de brillo y puede sentirse áspero al tacto. Una rutina adecuada para este tipo de cabello incluye la hidratación como paso esencial. Es recomendable usar champús y acondicionadores específicos para cabello seco, como los de la línea Nutri Plenish de Aveda, así como aplicar mascarillas hidratantes al menos una vez a la semana. Evita el uso excesivo de herramientas de calor y opta por secar tu cabello al aire libre siempre que sea posible.

Potencia tu brillo natural

El cabello normal no es ni demasiado graso ni demasiado seco. Luce saludable y tiene un brillo natural. Para mantenerlo en óptimas condiciones, es suficiente con lavarlo cada dos o tres días con un champú suave. Aunque no requiere cuidados tan específicos como otros tipos de cabello, es beneficioso aplicar una mascarilla hidratante de vez en cuando para mantenerlo nutrido.

Adiós definitivo al apelmazamiento

El cabello graso tiende a lucir apelmazado, a sentirse pesado, volverse fino y frágil y caerse con mayor facilidad. La producción excesiva de sebo en el cuero cabelludo es la principal causa. Para este tipo de cabello, es esencial no sobrecargarlo con productos. Opta por champús específicos para cabello graso y evita acondicionadores muy pesados, como los de la línea Invati Advanced. Es posible que necesites lavar tu cabello con más frecuencia, pero evita hacerlo diariamente para no estimular una producción aún mayor de sebo.

Diferentes formas, diferentes cuidados

Además de la textura y la grasa, la forma del cabello también determina su cuidado. Desde el cabello lacio, pasando por el ondulado, hasta llegar al rizado y muy rizado, cada tipo tiene sus particularidades. Por ejemplo, el cabello rizado suele ser más seco y requiere hidratación adicional, mientras que el cabello lacio puede ser más propenso a engrasarse.

Se recomienda cortar regularmente, ya que un corte cada 6-8 semanas ayuda a eliminar las puntas abiertas y mantiene el cabello saludable.

Pero independientemente del tipo de cabello, hay algunas recomendaciones generales que todos podemos seguir:

  • Evita el calor excesivo: porque las herramientas de calor pueden dañar el cabello. Si es necesario usarlas, aplica siempre un protector térmico.
  • Corta regularmente: ya que un corte cada 6-8 semanas ayuda a eliminar las puntas abiertas y mantiene el cabello saludable.
  • Alimentación equilibrada: no es nada nuevo que una dieta rica en vitaminas y minerales es esencial para un cabello sano.

Recuerda que, aunque estos consejos son generales, lo más importante es conocer y entender las necesidades específicas del cabello. Solo así podrás ofrecerle los cuidados que realmente necesita. ¡Haz que el cabello luzca siempre en su mejor versión!









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