A mediados de mes, la policía de la región de Khatlon, una de las tres provincias de Tayikistán, país situado en el centro de Asia e integrante de la Unión Soviética hasta el año 1991, hizo público que habían rasurado la barba a casi 13.000 hombres con motivo de la puesta en marcha de una campaña contra la radicalización. La medida se ha impuesto en un país en el que el 99% de sus habitantes, es decir 7,1 millones de personas, son musulmanes. Buena parte de los hombres autóctonos lucen barba en sintonía con sus tradiciones.

Esta polémica medida pretende evitar tendencias contrarias a la cultura del país. Asimismo, el gobierno de Tayikistán quiere frenar la radicalización de los ciudadanos inspirada por grupos islamistas de países como Afganistán, Irak o Siria. A mediados del año pasado, saltó a la luz pública que entre 1.500 y 4.000 ciudadanos se habían sumado a las filas de organizaciones radicales con base en Siria e Irak.

La importancia de la barba en este país musulmán

En los países musulmanes, el vello facial no tiene nada que ver con la moda o la imagen personal. La barba se puede llevar de varias maneras. Aquellos que la lucen corta y cuidada suelen ser políticos y creyentes moderados. Por su parte, los que la llevan larga, espesa y desordenada suelen ser salafistas, partidarios de los orígenes del islam, e islámicos ultraconservadores. En ocasiones, se afeitan el labio superior como homenaje a la barba que llevaba el profeta Mahoma, más de un millar de años atrás.

En realidad, el islam no obliga a dejarse barba. Sin embargo, algunos musulmanes la consideran una tradición que recuerda a su profeta.









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