La Smartwig o "peluca inteligente" está conectada, sin cables, a una computadora que le da instrucciones a su portador para guiarlo hasta un destino determinado, identificando su localización gracias a un receptor GPS integrado. Unos vibradores situados en diferentes puntos de la cabeza se activan según la dirección que se tome.

Además de su función principal de disimular la calvicie, esta peluca tiene otras ventajas insospechadas como medir la temperatura corporal, la tensión arterial o incluso grabar sonidos e imágenes que su portador podrá ver después en una pantalla.

Las aplicaciones para el control de la salud podrían ser una de las prioridades de la nueva peluca. A partir de la determinación constante de la temperatura y la presión arterial de la persona, se puede seguir en forma permanente su evolución ante factores de riesgo. Más allá del presente diseño, los desarrolladores se preguntan si también será posible incorporar nanoelementos inoculables ante determinadas señales de alerta del organismo, que eviten cualquier descompensación. La conexión al smartphone, en tanto, permitirá notificaciones sobre llamadas entrantes o el arribo de correos.

"El cráneo es una parte del cuerpo extremadamente sensible. Ahí sentimos y localizamos muy bien las vibraciones", explican en un artículo los desarrolladores de este objeto, Hiroaki Tobita y Takuya Kuzi. Otra variante de este prototipo de peluca incluye captadores de señales eléctricas emitidas por el cerebro, que puede convertir potencialmente en órdenes.

La peluca se encuentra de momento en fase "experimental", y ya cuenta con la patente tanto en Japón como ahora en Estados Unidos, según confirmaron fuentes de la compañía nipona.
"Existe una gran cantidad de objetos para portar que incorporan componentes informáticos: anteojos, ropa, zapatos, etc., pero la mayoría no han tenido éxito comercial", explicaron el año pasado los inventores de la Smartwig.Para ellos, su peluca, que puede confeccionarse con cabello natural, tiene una ventaja superior: "une lo natural con lo práctico".

Un portavoz de Sony indicó que se habían presentado solicitudes de patente en la Unión Europea y en Estados Unidos, aunque el gigante japonés de la electrónica no prevé de momento comercializar allí su último invento. El mes pasado, el presidente de Sony, Kazuo Hirai, anunció que el grupo iba a aumentar la inversión en desarrollo de tecnología móvil, por ejemplo en los relojes inteligentes.

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