"El inventor del espejo envenenó
el corazón humano".
Fernando Pessoa, famoso escritor
y poeta portugués (1888-1935). ​

Así trabajaban peluqueros y peluqueras antaño, ¡sí! ¡Sin espejos! Seguramente lo desconocías, pero el uso de un cristal (espejo) donde mirarse en la peluquería no llegó de forma generalizada y masiva a la historia hasta los años 60 con Vidal Sassoon y el corte geométrico. Porque, el espejo es para el peluquero(a) y no para el cliente. Lo cual nos conduce a una reflexión que muchos nos hacemos, profesionales y consumidores: ¿Realmente tengo que estar observándome a mí y todas mis imperfecciones durante horas frente a un espejo en el salón de peluquería? Innecesario escrutinio, por muy favorecedoras que sean las luces, si lo que pretendemos, tal como predicamos, es aumentar la autoestima de nuestro cliente con nuestro trabajo y peinado. El espejo podría ser eliminado en el 80% de los servicios.

Lo cual se une a otra tendencia actual de la peluquería. Salones con el mínimo o el menor tiempo en el espejo posibles ya existen. Se unen a la denominada 'política de no juicio'. Dando cabida así entre sus usuarios a clientes con problemas psíquicos, mentes neurotípicas y baja autoestima, contribuyendo por otro lado a la preservación y mejora de su salud mental.

El mundo está cambiando, no cabe duda. Y la peluquería no es un sector ajeno. La pandemia ha centrado el objetivo y deseo en la salud y el bienestar. Y esta, la peluquería sin espejo, no es más que una respuesta más a la búsqueda del bienestar.

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