Sólo han pasado seis meses desde que la última gran pelea entre madre e hija llegase a los periódicos. De nuevo, la hija, Françoise Bettencourt-Meyers, vuelve a reclamar a la justicia que se inhabilite a su anciana madre (88 años), Liliane Bettencourt, por incapacidad mental.

En esta nueva demanda, Françoise ha acusado a Pascal Wilhelm, el consejero de Liliane, de aprovecharse del estado mental de su madre. También ha acusado al médico y a la enfermera por lo mismo, y pide a la fiscalía que los
investigue.

Uno de los argumentos esgrimidos contra Wilhelm es una inversión por parte de su madre de 170 millones de euros en la sociedad de Stephen Courbit, un productor de televisión del que Pascal Wilhelm también es consejero. Sin embargo, Wilhelm declara que esta operación financiera ya estaba proyectada antes de que él fuera consejero de Bettencourt, y que Françoise había dado luz verde en su momento a la operación.

En todo caso, no hay que olvidar que Wilhelm ha sido elegido por Liliane para gestionar su fortuna en caso de que sea puesta bajo tutela. Esta decisión, junto al hecho de que el pasado mes de marzo una jueza decretó la incapacidad de Liliane de gestionar su fortuna, habrían asustado a la heredera. Según el auto de la jueza, Liliane tiene una clara alteración de las facultades cognitivas, sufre una enfermedad cerebral y una gran sordera. Todo eso hace que la anciana sea incapaz de cuidar ella sola de sus intereses, aunque no ordenó que se pusiese a Liliane bajo tutela, cosa que haría que Wilhelm gestionara su fortuna.
La incapacidad de la anciana es algo que Françoise lleva años persiguiendo, algo que nunca ha conseguido y, ahora que por fin un juez le da la razón, se encuentra con que Lilian cede todo su poder a su consejero y no a su hija.

La reacción de la propietaria de L'Oreal ha sido declarar que su hija iba a quedarse sola e infeliz, y que le pagarán con la misma moneda.


El principio del desencuentro

Las desavenencias entre madre hija salieron a la luz en mayo de 2007, un mes después de la muerte del marido de Liliane, André Bettencourt. Entonces, la viuda buscó consuelo en un amigo del matrimonio, Françoise-Marie Banier, de 63 años. Banier, fotógrafo de profesión y famoso por sus relaciones con viejas damas adineradas de Francia, se convirtió en inseparable de Liliane y, a cambio, recibió regalos por valor de más de 1.000 millones de euros, como fueron dos seguros de vida (uno de 253 millones de euros y otro de 262 millones), 11 obras de arte de pintores como Matisse, Picasso o Léger, valorados en más de 20 millones de euros, y dinero en efectivo de varios cientos de millones de euros.

Ésta fue la primera vez que la hija pidió la incapacidad de su madre. Françoise presentó una denuncia penal contra Banier por explotación de una debilidad psicológica para obtener beneficios personales. Liliane se defendió diciendo que el dinero era suyo y que se lo gastaba como quería. Se paseó por las televisiones francesas y apareció en los medios de comunicación para demostrar que estaba en sus cabales.

El juicio ha sido aplazado varias veces por diversos motivos, aunque hay uno que hizo temblar los cimientos del Coliseum…


Sarkozy entra en escena

Entre aplazamiento y aplazamiento, en junio de 2010, estalló el llamado caso L'Oréal. Todo empezó cuando el mayordomo de los Bettencourt desde 1995, Pascal Bonnefoy, comenzó a grabar en secreto las conversaciones de Liliane con sus asesores. En estas grabaciones salieron a la luz cuentas ocultas en Suiza, tejemanejes de asuntos turbios de la millonaria… y los lazos con el partido de Sarkozy. Claire Thibout, contable de Liliane, declaró que Bettencourt había financiado desde hacía años a Sarkozy y a su partido, la UMP, con cantidades de dinero que superaban lo permitido por la ley. Días después se desdijo de las acusaciones que afectaban a Nicolas, pero no al tesorero de la UMP, Eric Woerth, cuya mujer trabajaba desde 2007 en el despacho que gestiona la fortuna de la propietaria de L'Oreal. Woerth, por entonces ministro de Trabajo y Sanidad y hombre fuerte del partido, tuvo que dimitir y ser la cabeza de turco de un affaire que rápidamente fue archivado.


Vuelven los juicios entre madre e hija

Tras este paréntesis, en noviembre de 2010 una juez acepta tramitar la tercera demanda de incapacitación interpuesta por la hija y exige examinar la incapacidad de la anciana. Sin embargo, poco tiempo después, Liliane rompe su amistad con Banier, previo pago de contrapartidas, y madre e hija vuelven a reconciliarse. Eso sí, Françoise recibe 12 millones de euros de su madre para compensarle por los gastos por llevar al fotógrafo ante los tribunales y, además, la otorga la dirección del holding que gestiona la fortuna de Liliane.

Desde entonces ha existido paz entre madre e hija, hasta hoy. Liliane denuncia que su hija ha roto el pacto de no agresión suscrita entonces, aunque Françoise se defiende que no ha roto nada y que solo quiere salvaguardar a su madre de los intereses perversos del consejero, el médico y la enfermera…


Tema de interés nacional

Cualquier cosa que ocurra en el seno de la familia Bettencourt es muy seguida en Francia. La inmensa fortuna de Liliane es muy tenida en cuenta por el gobierno francés que, aparte de sus intereses personales, teme que la marca L’Oreal, uno de los buques insignias de la industria francesa, caiga en manos extranjeras. De hecho, el grupo suizo Nestlé controla el 29,78% de L'Oreal y según dicen, busca ampliar esta participación. Liliane controla el 31%.


Fortuna

Liliane Bettencourt es la segunda fortuna de Francia, por detrás de Bernard Arnault, presidente de LVMH (Louis Vuitton y Moët Hennessy) y la 15ª del mundo. Asimismo, es la mujer más rica de Europa, con un patrimonio de 16.000 millones de euros, y la segunda del mundo tras Christy Walton, viuda de John T. Walton, fundador de Wal-Mart. Forbes también la considera la 39 mujer más poderosa del mundo.


L'Oreal

El grupo L'Oréal cerró 2010 con un volumen de ingresos de 19.496 millones de euros, un 11% más que el año anterior. En España, las ventas anuales superan los 750 millones de euros y acoge el 11% del negocio de la compañía en Europa occidental.
El imperio L’Oréal se extiende sobre sus marcas L'Oreal Paris, Garnier, Maybelline New York, L'Oréal Professionel, Kérastase, Redken, Matrix, Lancôme, Biotherm, Helena Rubinstein, Klehl’s, Giorgio Armani, Ralp Lauren, Cacharel, Viktor & Rolf, Diesel, YSL Beauté, Vichy, La Roche Posay, Innéov, Skinceuticals y la cadena The Body Shop.

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