El cabello requiere una adecuada alimentación para su desarrollo y mantenimiento. Entre los nutrientes necesarios destacan los aminoácidos azufrados, el cinc, el magnesio, el hierro, el ácido fólico y las vitaminas B6 y B12.
Como el cabello se encuentra en constante renovación celular, las necesidades de aminoácidos son muy importantes y continuas, pero en ocasiones la ingesta o la vía de síntesis no son suficientes y se requiere de un aporte a través de la dieta o suplementos específicos.
En el folículo piloso se encuentra el bulbo, que presenta en su base una zona de tejido conectivo llamada papila, a través de la cual recibe el riego sanguíneo necesario para su nutrición. Por encima de la papila se encuentra la matriz germinativa, zona en la que se originan las células que constituirán el pelo, así como las células que dan color al cabello. Es una zona muy vascularizada que asegura el aporte de nutrientes indispensables para el crecimiento del cabello.
En la matriz pilosa hay un intensa actividad mitótica o división celular, proceso por el que una célula madre duplica su contenido en ADN y proteínas para generar dos células hijas idénticas a ella. Este proceso es imprescindible para la formación y desarrollo de todos los órganos y tejidos, la regeneración de los tejidos dañados o el mantenimiento de aquellos que se renuevan continuamente.
La mitosis o división celular, proceso mediante el cual se obtienen dos células hijas a partir de una célula madre, empieza tras el estímulo de una célula por factores de crecimiento presentes en su entorno. La célula se prepara para duplicar su contenido en ADN sintetizando las proteínas necesarias para esta duplicación. Producida la duplicación del ADN, se sintetizan las proteínas necesarias para dividir el contenido genético y la masa celular entre las dos células hijas.
Sin la acción de proteínas que regulen la expresión de otras proteínas para llevar a cabo correctamente la mitosis se pueden presentar alteraciones responsables de un gran número de enfermedades.
Toda la información para la fabricación de estas proteínas se encuentra almacenada en el ADN. Las proteínas son compuestos formados por moléculas más pequeñas llamadas aminoácidos, que determinan su estructura y su función. La síntesis de proteínas empieza por la separación de la doble hélice de la cadena de ADN. En un proceso llamado “transcripción”, una de las hélices actúa como plantilla para formar una nueva cadena llamada ARN, que sale del núcleo celular y se acopla a los ribosomas, unas estructuras celulares que actúan como centro de síntesis de proteínas.
La producción de proteínas en la célula promueve la regeneración celular, ralentizando el envejecimiento, y aunque la molécula de ADN está expuesta a alteraciones por procesos intrínsecos o factores exógenos, la estabilidad se mantiene gracias a la doble hélice que permite la reparación de los daños mediante enzimas específicas.
El principal producto del metabolismo oxidativo, los radicales superóxido, pueden reaccionar con el ADN, ARN o proteínas y causar lesiones irreparables y envejecimiento celular. Mediante diversas enzimas y moléculas como las vitaminas C y E se protege a la célula del daño oxidativo.
Las células de la matriz pilosa tienen una intensa actividad metabólica y mitótica durante la fase anágena o de crecimiento del ciclo piloso. Un aporte insuficiente de nutrientes influye negativamente, tanto en el crecimiento del pelo como en su aspecto: cabello frágil y de apariencia mate o apagada y caída del cabello. A ello hay que sumar el efecto negativo de las agresiones medioambientales: el sol, el cloro, el viento…, los tratamientos químicos, el estrés, el tabaco, el alcohol o una higiene capilar deficiente.
Son varias las investigaciones y ensayos que se llevan a cabo para encontrar formulaciones con sustancias de uso tópico que contrarresten ese déficit nutricional a nivel del folículo piloso, permitiendo mejorar el aspecto del cabello. Actualmente existen en el mercado distintas lociones con combinación de diferentes principios activos que en conjunto estimulan el crecimiento del cabello y devuelven la vitalidad y el brillo, indicadores de una buena salud capilar.