El cabello femenino y el cine son los protagonistas de una nueva exposición de la Cinemateca de París, que analiza la relación entre la sensualidad del pelo y el séptimo arte, simbolizado en un cartel con Penélope Cruz como protagonista.
Los organizadores han tomado la imagen de la actriz española con peluca rubia como presentación de la muestra, en la que se incluyen también fotografías de rubias clásicas como Marilyn Monroe o Brigitte Bardot.

Sacada de la última película de Pedro Almodóvar, Los abrazos rotos, el provocativo rostro de la intérprete española sobre un fondo negro inunda el metro de París para promocionar una muestra que lleva por título "Rubia Morena: una exposición de arte y cine" y que permanecerá abierta al público durante los próximos tres meses.

La representación del cabello en el cine, centrado sobre todo en su sensualidad, es el tema sobre el que gira la exposición, que hace hincapié en asuntos tan sugerentes como "La historia y geografía del pelo", "Los gestos del pelo", "El pelo en el corazón de la ficción" y "Hacia la abstracción".
Sin importar la época, procedencia o estilo, las escenas cinematográficas que se pueden ver rompen con todas las fronteras gracias a la presencia del cabello femenino, que aparece también en otros soportes, como archivos televisivos, fotografías y cuadros.

Así, mientras en el inicio de la muestra se puede ver una película clásica, cinco pasos más allá el visitante puede entrar en una peluquería árabe y, sentado en la clásica silla de hierro y cuero negro de cortarse el pelo, contemplar una película procedente del Magreb.
Según los organizadores, la multiculturalidad es una de las claves del éxito que está teniendo esta muestra, en la que se puede ver en varias pantallas el momento íntimo de una mujer china que se maquilla y arregla para ir a una celebración familiar, o cómo una madre maliense le trenza el pelo a su hija en el salón de su casa. Rincones tan alejados y diferentes como el África francófona, Japón o la Rusia soviética tienen su pequeño espacio en la Cinemateca de París.

Las pequeñas pantallas y los decorados encargados de recrear las peluquerías de estos países se mezclan con la presencia de las cabelleras cortas de los años veinte de Louise Brooks, las doradas de los treinta de Jean Harlow, o los llamativos pelirrojos de los cuarenta de Rita Hayworth, hasta llegar a la época actual, personificada en Penélope Cruz.
Las sensuales sonrisas y miradas de estas mujeres, iconos de la belleza femenina, pasan, por primera vez, a un segundo plano; el protagonismo se lo quita el brillo, color y textura de sus cabelleras.

Pero en la exposición no solo se hace referencia a actrices, los nombres de directores de la importancia de David Lynch, Wong Kar-Wai, Jean-Luc Godard, Luis Buñuel o Almodóvar también resuenan entre las paredes de la exhibición. Ellos han sido los inventores de los diferentes estilos capilares que "han guiado la moda de generaciones enteras", destacan los organizadores de la exposición.
Sin embargo, el séptimo arte no acapara toda la atención de la muestra, la interacción entre las diferentes artes es una constante que hace que el recorrido sea más divertido y enriquecedor para el visitante.

Al lado de la proyección de una película, un cuadro pop dialoga con varias litografías de Art Noveau, con una escultura de bronce del siglo XIX de Rodin y con varias instantáneas de Greta Garbo. Las fotografías minimalistas en blanco y negro de Francesa Woodman o Edouard Boubat, las pinturas surrealistas de Paul Devaux o cubistas de Fernand Léger forman también parte del catálogo de la exposición.

"Rubia Morena" muestra las interacciones conscientes e inconscientes que el cine mantiene con las otras artes en la representación de la belleza y del misterio femenino. También se proyectan seis cortometrajes inéditos realizados por cineastas contemporáneos que aportan su punto de vista sobre el cabello femenino, entre ellos "Nacido y criado, Leonora", del argentino Pablo Trapero.

La muestra se despide dedicándole un especial agradecimiento a Penélope Cruz por su aportación al proyecto de la Cinemateca, y con el acrílico que hizo Andy Warhol de una de las principales estrellas del cine de Hollywood de los años 40, Lana Turner.

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