"La educación no cambia el mundo,
cambia a las personas que tienen que
cambiar el mundo".
Paulo Freire, pedagogo
y filósofo brasileño (1921-1997).
Así le ocurre a Laurent Melin, nombrado recientemente máximo responsable de las sociedades artesanales de garantía recíproca, Socama, en Francia. Propietario de tres salones, bajo la marca 'Exception Coiffure', es también vicepresidente de la Unión Nacional de Empresas de Peluquería del país (Unec), responsable del diálogo social, empleo y formación, así como tesorero de la Cámara de Oficios de Corrèze, población gala. Lo que demuestra lo que un profesional de la peluquería puede hacer.
Y lo que también nos hace reflexionar en cómo en otros países existen mecanismos de defensa para el sector de eficacia y efectividad demostradas, caso de la propia Socama, entidad de representación de distintos empleos, artesanía, comercio, profesiones liberales y pequeñas empresas, que además financia créditos a cambio de la suscripción de acciones de la propia entidad, con mínimo endeudamiento.
Comprobamos de este modo que la peluquería es empresa. Y cómo además de su vena artística, posee un componente económico y de gestión primordial que se ha de conocer y al que defender, y que, por supuesto puede proyectar la carrera de cualquiera, si es que se compromete y prepara.
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