Peluquería oncológica, la gran desconocida de la profesión

Con más de tres décadas de trayectoria a sus espaldas, Ángela Navarro no necesita presentación. Durante años, fue la peluquera oficial de la pasarela Cibeles, colaboradora de Pedro Almodóvar y asesora de imagen de actrices, modelos y famosas en su peluquería de Madrid. Sin embargo, un día dio un vuelco a su carrera. La periodista Ana Muñoz padeció un cáncer que derivó en una "rápida y traumática" pérdida de cabello, en palabras de Navarro. Junto a su hermana Pepa, Ángela Navarro consiguió que no se le notaran las secuelas de la enfermedad. Ese fue el punto de partida de su interés y preocupación por ayudar a las personas que sufren las secuelas del cáncer. En el año 2011 nacía la Fundación Ángela Navarro que le permitiría continuar la labor que realizaba desde el año 2002, bajo el marco legal de la Asociación Española de Estética Reparadora Integral (AEERI).

Los cambios de imagen, fuente de estrés para el paciente

"Los tratamientos oncológicos curan, pero también tienen efectos duros sobre la estética del paciente. Una de las fuentes de estrés más importantes, asociadas al proceso de una enfermedad, es el cambio de imagen. Por ello, nosotros atendemos la demanda social existente que insta a incluir el cuidado estético como parte del tratamiento médico de los pacientes", explica Navarro. El efecto secundario más llamativo de los tratamientos con quimioterapia es la alopecia. Aun así, existen otros factores estéticos menos conocidos, pero no por ello menos importantes, que afectan a personas en tratamiento oncológico: deshidratación de la piel, pérdida o debilitamiento de vello facial (cejas y pestañas). "Nuestra experiencia, a lo largo de los años, nos ha llevado a comprender que los efectos secundarios estéticos producidos por una enfermedad o su tratamiento, convierten a los pacientes en un colectivo vulnerable. Estos efectos dejan visibles y expuestas las huellas de su enfermedad", reconoce.

Los cuidados varían en función del paciente, ya que no todas las personas sufren los mismos efectos secundarios estéticos. Estos dependen de muchos factores como la edad, el tipo de medicación, el entorno, etc., en opinión de la experta. Navarro nos explica también en qué consiste la estética oncológica: "Es el conjunto de técnicas específicas que intentan dar soluciones eficaces a las alteraciones causadas por los tratamientos. Nuestro objetivo principal consiste en cubrir la necesidad de informar a los pacientes y formar a profesionales en este campo".

La estética oncológica y los servicios que ofrece

Aunque cada caso de cáncer es distinto, la estética oncológica que llevan a cabo Ángela Navarro y su equipo engloba:

• Formación y talleres prácticos, para profesionales y pacientes. Básicamente se imparten talleres de autocuidado, cursos de personal sanitario y cursos de profesionales de imagen.
• Tratamientos para el cuidado de la piel antes, durante y después del tratamiento oncológico.
• Soluciones de posticería. Esta es una herramienta fundamental para ayudar a devolver la imagen a los pacientes con cáncer que sufren alopecia por los efectos de la quimioterapia y la radioterapia -cuando la zona radiada es la cabeza-, así como para otras patologías que impliquen una pérdida de masa capilar.
• Complementos especialmente diseñados para pacientes oncológicos: pañuelos, gorros y gorros con posticería incluida.
• Ayuda directa a pacientes a través de subvenciones y banco de pelucas.

Navarro y su equipo no fabrican pelucas, pero sí las adaptan a las necesidades de cada paciente. Los tocados, pelucas y pañuelos se desarrollan a partir de materiales especiales que no irritan el cuero cabelludo y lo dejan respirar.

Pautas a la hora de tratar al paciente en el salón

A la cuestión de qué deben tener en cuenta los peluqueros que atiendan a clientes en tratamiento oncológico, Navarro da algunos consejos: "Sea cual sea el estado del paciente, debemos animarle constantemente y ayudarle en términos de imagen. Es necesario que su autoestima y estado emocional estén equilibrados". Navarro y su equipo se consideran pioneros en el estudio y desarrollo de metodologías que den soluciones a las personas con secuelas estéticas, dándoles una atención personalizada. "Sobre todo -continúa- les garantizamos una apariencia estética corriente, que devuelve una impresión de normalidad al paciente. Ello repercute, de forma positiva, en su salud psicológica. Y a la vez incide, de manera positiva, en la recuperación de la enfermedad".

Algunos pacientes no disponen de la información suficiente cuando acuden, por primera vez, al centro de la calle Ayala. Navarro y su equipo intentan aclarar sus dudas de la forma más cercana posible. Además, trabajan para que su peluca les aporte una imagen muy aproximada a la que tenían antes del diagnóstico. "Lo importante es que se sientan en su propia piel. Que cuando se miren al espejo, se vean a sí mismos y no a unos extraños. Esto nos aporta una gran satisfacción".

Un área "débil" dentro de las especializaciones de la peluquería

Navarro lamenta que la oncológica siga siendo un área "débil", dentro del conjunto de especializaciones de la peluquería. "Actualmente contamos con peluqueros profesionales que se dedican, de lleno, a la atención oncológica. Aun así, no son suficientes para la cantidad de casos oncológicos que se tratan, cada año, en nuestro país", se queja. Por lo tanto, es básico seguir formando a los peluqueros en esta especialización. Solo así se le podrá dedicar tiempo suficiente a cada uno de los pacientes que recurra a la estética aplicada a la salud. "Siempre hemos pensado que cuando nos vemos bien, nos sentimos mejor", puntualiza.

La crisis económica ha incrementado el número de peticiones de ayuda que gestiona la Fundación Ángela Navarro. Tanto en la fundación como en el departamento de Estética Aplicada a la Salud del centro de la calle Ayala se atiende a pacientes oncológicos y aquellos que padezcan secuelas físicas resultado de enfermedades, accidentes de tráfico, etc.

Una lástima que la estética y la peluquería oncológica no gocen de una mayor aceptación dentro del sector, ya que al parecer aportan muchísimo, a nivel personal y profesional. O al menos, así se lo parece a Ángela Navarro: "Trabajar en la estética aplicada a la salud, codo con codo con los pacientes, ha sido la etapa más gratificante de mi carrera como peluquera. Me sigo formando para poder ayudar a cualquier persona que atraviese una enfermedad tan dura como el cáncer".