Nueva teoría sobre que Jack el Destripador fue un joven peluquero polaco
Un estudio de ADN realizado al chal que llevaba la segunda de sus cinco víctimas lo revela, a los 126 años de los crímenes del famoso asesino londinense
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Jack el Destripador sería un peluquero polaco llamado Aaron Kosminski. Quien lo afirma es Russell Edwards, un empresario británico de 48 años obsesionado con el asesino en serie más famoso de todos los tiempos. Ha sido una investigación que ha durado varios años y ahora quiere demostrar al mundo entero que resolvió el gran enigma a través de una prueba de ADN. Lo cuenta, claro, en un libro (Identificando a Jack el Destripador), que salió a la venta recientemente.

Fue en 2007 cuando Russell compró en una subasta un chal de Catherine Eddowes, la segunda víctima del asesino. Supuestamente, el sargento Amos Simpson de la Policía londinense recogió la prenda cerca del cuerpo de la mencionada Catherine Eddowes. Simpson se lo quiso dar a su esposa, pero esta, al verlo con sangre, se negó a llevarlo, y el chal fue pasando a través de las generaciones hasta ofrecerse en una subasta que tuvo lugar en 2007 en Bury St. Edmunds, en el condado inglés de Suffolk.
Russell se lo entregó a Jari Louhelainen, profesor de biología molecular de la universidad John Moores de Liverpool. Louhelainen consiguió extraer el ADN del material, que contenía tanto la sangre de Eddowes como el semen de su asesino, al que comparó con los sospechosos de la época, entre los cuales había estado Kosminski. Todo sucedió en 1888, en Whitechapel, en el lado Este de la ciudad de Londres. Ese año fueron asesinadas cinco mujeres que se prostituían. Fueron degolladas, destripadas y abandonadas en ese barrio pobre londinense.
Por entonces Kosminski tenía 23 años y trabajaba en una peluquería. Había llegado de Polonia unos pocos años antes acompañado por sus padres y escapando de los rusos. Los documentos de la época lo señalaban como "probable esquizofrénico paranoico con alucinaciones auditivas y propenso a la masturbación" (según el inspector jefe Donald Swanson, responsable de la investigación). Pero el Scotland Yard nunca consiguió recabar las pruebas necesarias para condenar a Kosminski, a pesar de que un testigo lo ubicó en el escenario de uno de los crímenes. De todas maneras, lo vigilaron de cerca hasta que finalmente en 1891 fue ingresado en una clínica psiquiátrica donde vivió hasta su muerte, en 1919, a causa de una gangrena en una pierna.

Louhelainen contactó con una descendiente británica de la hermana de Kosminski, Matilda, con la que compartía ADN mitocondrial. "La primera muestra de ADN demostró una coincidencia del 99,2%. La segunda arrojó un 100% de coincidencia -asegura el especialista-. Fue capaz incluso de identificar la etnia y procedencia geográfica del ADN extraído, perteneciente al haplogrupo T1a1, común en la etnia rusa y judía.
"Ahora siento orgullo de decir sin duda que Aaron Kosminski es Jack el Destripador"
"Poseo la única prueba forense en la historia del caso -dice Russell con orgullo-. Por fin hemos resuelto el misterio de quién era Jack El Destripador. Sólo los incrédulos que quieren perpetuar el mito dudarán del descubrimiento. Esto es definitivo: lo desenmascaramos". Es que el mito ha tenido éxito: Jack el Destripador fue tema de libros, películas, obras de teatro, series de televisión, canciones y hasta videojuegos.
Aunque el libro ofrece sin duda material para la reflexión, es improbable que ponga fin a las especulaciones que desde hace 126 años rodean a los crímenes de Whitechapel, que tantas novelas y películas han inspirado. Entre otras es que justo se ha lanzado la información a pocos días del lanzamiento de un libro tratando sobre este tema Naming Jack the Ripper (Identificando a Jack el Destripador).

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