Éste 2017 está siendo un año de celebración para la ya icónica Montibello. 50 años de pasión por la belleza lo merecen, sin duda. Más si has lograrlo dotar a tu marca de un expertise propio y diferenciador. Es el caso de Montibello. Descubrir las claves de su éxito se torna en un reto de igual naturaleza, ¡apasionante! Por eso, qué mejor que hablar con Francesc Adam Arniges, su fundador y revisar aquellos detalles que hacen sólo de algunos pocos, los mejores y más fieles exponentes de cómo triunfar en el mundo empresarial. Francesc Adam, creó Montibello hace cinco décadas. Hoy, y tras un desarrollo sostenido, fiable y unido a la excelencia, la peluquería y la belleza no se entienden sin ella.
Ser empresario siempre fue mi vocación desde que era pequeño. No había tradición familiar ni recursos, pero en la vida, no sabes cómo, acabas consiguiendo lo que te propones dentro de un ámbito razonable, si eres tenaz y equilibrado.
Beauty Market: 50 años Montibello, ¿soñó Francesc Adam con llegar a este momento?
Francesc Adam: Realmente, las efemérides en sí no me emocionan demasiado. Lo que íntimamente me satisface es mirar hacia atrás y comprobar que todo lo que se hizo en su momento, o casi todo, fue razonablemente acertado, adecuado y orientado en la misma línea que inicialmente nos propusimos.
B.M.: ¿Por qué Francesc Adam, empresario y Montibello, empresa, triunfaron y han mantenido su éxito en el tiempo?
F.A.: Tuvimos la fortuna de construir la empresa en un buen momento del mercado. Supimos interpretarlo, trabajamos mucho, mucho, y nunca tuvimos la sensación de que habíamos llegado a ningún sitio. Y seguimos pensando igual: nunca se llega, siempre hay que caminar...
Lo que íntimamente me satisface es mirar hacia atrás y comprobar que todo lo que se hizo en su momento, o casi todo, fue razonablemente acertado, adecuado y orientado en la misma línea que inicialmente nos propusimos.
B.M.: ¿Cuáles eran las expectativas y objetivos de Francesc Adam al fundar Montibello?
Cumplir lo mejor posible con el papel que las circunstancias de la vida me ofrecieron.
B.M.: ¿Cómo y por qué Francesc Adam se convierte en empresario?
F.A.: Siempre fue mi vocación desde que era pequeño. No había tradición familiar ni recursos, pero en la vida, no sabes cómo, acabas consiguiendo lo que te propones dentro de un ámbito razonable, si eres tenaz y equilibrado.
B.M.: ¿Y por qué elige la peluquería?
F.A.: Como casi siempre, la casualidad intervine en mayor o menor grado en una decisión. Soy químico y desarrollé parte de mi actividad en este área, casi siempre de forma autónoma. Fue una vinculación durante una época con una pequeña empresa del sector la que me alentó a hacerlo por mi cuenta.
Tuvimos la fortuna de construir la empresa en un buen momento del mercado. Supimos interpretarlo, trabajamos mucho, mucho, y nunca tuvimos la sensación de que habíamos llegado a ningún sitio. Y seguimos pensando igual: nunca se llega, siempre hay que caminar...
B.M.: Bajo su punto de vista y dada su dilatada experiencia y conocimiento al respecto, qué diferencias principales existen entre la peluquería de aquel entonces y la actual?
F.A.: No tantas como en otros sectores. Aparte de las lógicas evoluciones en materiales, productos, moda, gestión, información, formación, etc., la esencia del sector es la misma: una peluquera o peluquero que pone su oficio, arte y saber en cortar, aplicar color, peinar, tratar el cabello de sus clientes con unos productos más evolucionados, pero al fin y al cabo con productos.
Afortunadamente todavía los hábitos de los clientes y del sector no han cambiado excesivamente.
B.M.: Llegados a este punto, ¿cuáles son los planes de futuro de Montibello?
F.A.: Seguir trabajando en exclusiva para el canal profesional, que es nuestra razón de ser, velando por sus intereses y por su desarrollo y formación, del mismo modo que lo hemos hecho durante nuestros primeros 50 años de historia.
B.M.: ¿Podemos definir a Montibello como una marca global por y para la belleza?
F.A.: Sí, es lo que nos define. Somos la primera marca española en belleza global exclusivamente profesional.
El plan de futuro de Montibello es seguir trabajando en exclusiva para el canal profesional, que es nuestra razón de ser, velando por sus intereses y por su desarrollo y formación, del mismo modo que lo hemos hecho durante nuestros primeros 50 años de historia.
B.M.: >Montibello es entonces...
F.A.: Una empresa profundamente trabajadora, respetuosa y honesta con todo su entorno y que tiene el privilegio de contar con los mejores colaboradores y los mejores clientes.
B.M.: Y Frances Adam...
F.A.: Quien ha tenido el privilegio de poderla dirigir.
B.M.: Los momentos más difíciles de este trayecto...
F.A.: Sinceramente (sonríe), no recuerdo ninguno.
B.M.: Los más felices...
F.A.: Casi todos. (No lo duda)
B.M.: ¿Algo que piensa ha dejado de hacer o podría haber hecho antes?
F.A.: Haber empezado con la internacionalización de Montibello más pronto. Aunque, también he de decir que en este aspecto apostamos fuerte y lo hemos conseguido, y seguimos trabajando en ello.
B.M.: Lo que nunca imaginó que iba a hacer como artífice de Montibello...
F.A.: A veces me sorprende a mí mismo lo lejos que hemos llegado (dice pensativo).
Montibello es una empresa profundamente trabajadora, respetuosa y honesta con todo su entorno y que tiene el privilegio de tener los mejores colaboradores y los mejores clientes.
B.M.: Un sueño por cumplir...
F.A.: Ninguno (exclama).
B.M.: ¿Qué cambiaría Francesc Adam de la peluquería en general?
F.A.: Casi nada. Tenemos, disfrutamos de un excelente sector, enamorado de su profesión, responsable y cumplidor.
B.M.: ¿De quién va a ser o será el futuro?
F.A.: De los audaces, como siempre.
B.M.: Montibello, por supuesto, estará allí, ¿el secreto (si se puede decir)?
F.A.: Estoy seguro de que también seremos audaces. Lo hemos sido hasta aquí, y lo seguiremos siendo.