No hay una alteración estética, a excepción quizas del aumento notorio de peso, que afecte tanto al hombre, como la pérdida progresiva del cabello, dado que traduce un avance notorio de su edad. Un aumento en las entradas frontales puede hacer sentir a una persona que su juventud, vitalidad y atracción hacia el sexo opuesto lo comienzan a abandonar. Desde tiempos inmemoriables numerosas ¨curas milagrosas¨ han sido propuestas, ninguna de ellas obviamente con resultados. Algunos medicamentos han mostrado efectividad para detener o aminorar la pérdida progresiva de cabello, pero no para recuperar aquel que se ha pérdido. Estudios recientes han demostrado que 2 de cada 3 hombres padecen o padecerán algún grado de alopecia.
Hoy en día los avances médicos han permitido establecer que en el 95% de los casos de alopecia, ésta se debe a una combinación de factores hormonales y genéticos, dando lugar al cuadro denominado alopecia androgenética (androgenetic alopecia), quedando el 5% restante sujeto a causas como estrés, mala alimentación,etc…. De esta manera, cuando la testosterona (normalmente presente en individuos masculinos) se combina con una enzima llamada 5 alpha reductasa, da lugar a la formación de una nueva hormona denominada dihidrotestosterona (DHT), la cual una vez producida ataca los folículos pilosos en forma incipiente e insidiosa dando lugar a un adelgazamiento y reducción progresiva de los mismos hasta generar la caída del pelo en forma irreversible. Frecuentemente es posible perder hasta un 50% del cabello de la región frontal y pariental ( coronilla o vertex) antes de notar este proceso.
Curiosamente, son los folículos de estas 2 zonas los que son sensibles a dicha hormona, a diferencia de aquellos ubicados en la región occipital y temporal. Esta observación y posterior comprobación científica de la resistencia hormonal de dichos folículos permitió dar lugar al desarrollo de la técnica del implante capilar. Si bien este tipo de cirugía data de hace varios años, en sus comienzos las técnicas utilizadas (transplantes de punchs, colgajos de cuero cabelludo) no gozaban de popularidad por lo poco natural de sus resultados. El interés y demanda creciente de resultados en este campo dio lugar a las técnicas modernas de microimplante capilar. Esta operación consiste en la toma de una pequeña tira de cuero cabelludo de la región posterior, de tan sólo 1,5 cm de ancho, la cual es fragmentada en miles de las llamadas unidades foliculares, es decir porciones diminutas de cuero cabelludo (scalp) conteniendo 1-2 folículos (micrografts) o 3-4 folículos (minigrafs). Mediante pequeñísimas incisiones en la región alopécica se prepara la zona receptora en la que se habrán de implantar dichas unidades foliculares, siendo la línea de implantación pilosa aquella que requiera las unidades más pequeñas, de manera que el resultado sea natural, casi imperceptible. Este procedimiento generalmente es llevado a cabo con anestesia local, e paciente puede volver a su hogar en el mismo día. Durante los primeros días pequeñas costras son visibles en el sitio de implantación, que se van cayendo con los baños sucesivos hasta desaparecer. No existe riesgo de rechazo, dado que el cabello proviene del propio individuo, y su tasa de crecimiento es de aproximadamente 1cm por mes, permitiendo al paciente su peinado, lavado, corte, de la misma manera que el cabello normal. La cicatriz de la zona dadora evoluciona casi siempre favorablemente, siendo casi imperceptible a las pocas semanas de operado.
Dado que el cabello trasplantado es genéticamente inmune a la accion de la DHT, se puede considerar el resultado como permanente, siendo de esta manera la opción más válida considerada desde la óptica del costo-beneficio en relación al tratamiento con medicamentos o terapias alternativas (masajes, lociones, láser, etc.). Los resultados varían en función del grado de alopecia y del tipo de cabello (en cuanto a color, disposición y grosor) siendo en algunas oportunidades necesaria más de una sesión (generalmente no más de 2) a los fines de obtener mayor densidad capilar.
Preguntamos al Dr. Caludio N. Sala
¿Qué pacientes son aptos?
Hombres con patrones de alopecia habituales (androgenética)
Algunas mujeres con cabellos finos
Hombres con pérdida locales por algun factor traumático
¿Quiénes no son buenos candidatos?
Aquellas personas con una mala densidad capilar en la zona dadora
Mujeres con un adelgazamiento generalizado de sus folículos
Personas con tendencia a la cicatrización anormal (queloides) o en quienes su alopecia sea fruto de enfermedades, quemaduras, radiación o medicamentosa
¿Existen alternativas a la cirugia?
Tratamiento médico con minoxidil (rogaine) o finasteride (propecia). No restituyen el cabello perdido, sino que contribuyen a detener la caida y deben ser usados de por vida, lo cual lo hace una opción económicamente menos favorable respecto de la cirugía
¿Existen riesgos en este tipo de cirugía?
Dado que se trata de un procedimiento ambulatorio bajo anestesia local, los riesgos son mínimos y se previenen mediante la presencia de un anestesista que monitorice la operacion
¿Cuánto tiempo dura la cirugía?
Es variable de acuerdo a la cantidad de folículos trasplantado y de la idoneidad y número del plantel quirúrgico. Generalmente son sesiones que oscilan entre 3 a 5 horas
¿Cuándo puedo lavar el cabello por primera vez?
A las 48 horas el paciente es evaluado por el cirujano quien da las directivas de cómo realizar este procedimiento y en ocasiones lo realiza el mismo.
¿Cuándo puedo retomar mis actividades laborales?
De tratarse de tareas laborales livianes, en 3 a 4 días el individuo puede reintegrarse a su trabajo si no le incomoda que sus costras se visualicen y delaten la cirugía efectuada. A los 7 días se retiran los puntos. En general, para comenzar deportes se sugiere no antes de los 30 días, para evitar sangrado a nivel de la herida de zona dadora.