Luis G. Chisvert: 'la humildad es la base para ser un buen estilista'

Joven y con mucha energía, Luis García Chisvert lleva casi 10 años trabajando para L'Oréal Professionel, siendo una parte integral de su departamento de formación. Desde finales de 2013 es su director de educación, el máximo responsable del departamento, y se encarga de la creación de nuevos conceptos y seminarios con los que ofrecer la posibilidad de mejorar a todos sus clientes y colaboradores.

Beauty Market: ¿Cómo fueron tus inicios en la profesión?
Luis G. Chisvert: Empecé hace bastante tiempo ya, tengo 35 años y empecé con 14, así que imagínate. Mi tío era barbero, mi prima es peluquera, mi primo peluquero... Tenía muy claro desde pequeño lo que quería ser, empecé a trabajar por las tardes en la peluquería de un amigo de mi tío, y bueno, pues hasta ahí todo bien. A partir de los 16 años, que ya terminé la academia por la mañana, me fui a trabajar a un salón a Madrid, otro de Barcelona, trabajé en varios sitios. Con 20 años monté mi primer salón, lo tuve hasta los 23, cuando monté otro salón más, y al final con 25 años decidí que necesitaba cambiar, necesitaba hacer algo diferente, y fue cuando desembarqué en L'Oréal, en 2005.

B.M.: ¿Crees que ese fue el momento clave de tu carrera?
L.G.C.: Yo pienso que sí, porque realmente creo que el poder entender hoy a los peluqueros es algo que he aprendido porque lo he vivido. Yo sigo siendo peluquero, he trabajado muchos años en el salón, detrás del tocador, escuchando a los clientes, escuchando a los colaboradores, viendo cómo evolucionaba la peluquería y queriendo hacer una peluquería diferente. Un día me desperté y dije, "tengo que hacer algo más, necesito de alguna manera compartir", que creo que es algo básico en la peluquería.

B.M.: ¿Cómo te definirías profesionalmente?
L.G.C.: Entusiasta, trabajador, humilde, y creo que muy compañero de mis compañeros.

B.M.: ¿Cuál dirías que es tu especialidad?
L.G.C.: Intento hacer feliz a la gente en la medida de lo posible.

B.M.: ¿Te consideras un artista dentro de la profesión?
L.G.C.: No, la verdad es que no. Me considero una persona trabajadora que cuando se marca un objetivo le gusta cumplirlo.

B.M.: ¿Qué es lo que más te gusta de la profesión?
L.G.C.: La gente que conozco, la gente con la que comparto cada día, aunque últimamente no tengo muchas oportunidades de poder hacer algún seminario y estar mano a mano con mis clientes, los peluqueros, que es lo que más me aporta. De hecho todo el expertise que tenemos en el equipo de L'Oréal, todo el equipo de educación, lo hemos aprendido de ellos, de los clientes.

B.M.: ¿Y lo que menos?
L.G.C.: La oficina, la odio.

B.M.: ¿Cuál es la base para ser un buen estilista?
L.G.C.: Yo creo que la base para ser un buen estilista, principalmente, es la humildad. Porque creo que si eres humilde, sabes escuchar; y si sabes escuchar, sabes comprender; y si sabes comprender, es imposible que un cliente salga con una mala sensación de tu salón.

B.M.: ¿Cuáles han sido tus referentes en la profesión, aquellos a los que más admiras?
L.G.C.: Muchos, muchos. Y los sigo teniendo, y no solo a nivel técnico de peluquería. No cabe duda de que Vidal Sasoon ha sido un icono para todos los que hemos amado la peluquería y la seguimos amando. A día de hoy hay muchísima gente, como Robert Lobetta y otros, que creo que aportan grandes cosas a la peluquería.

B.M.: ¿Cómo te ves en el futuro?
L.G.C.: Pues la verdad es que no lo sé, procuro no mirarlo. Me gusta vivir el día a día y disfrutar cada día. No sé, no sé dónde estaré.

B.M.: ¿Cómo eres cuando no trabajas?
L.G.C.: Soy muy normal. Tengo una niña, disfruto mucho de mi hija y mi mujer, de mi familia, y soy un apasionado de las motos, por lo que siempre que puedo me voy a un circuito a correr. Una vida muy normal.

B.M.: ¿Crees que le dedicas demasiado tiempo a la profesión?
L.G.C.: Sí, seguro, mucho.

B.M.: ¿En qué piensas antes de preparar un seminario de formación?
L.G.C.: Pienso en la gente que tengo delante, la gente con la que tengo que compartir esto, si van a disfrutar, si se lo van a pasar bien. No soy una persona que crea en la formación al uso, de un ponente explicando bondades y una persona apuntando. Yo soy de las personas que creo que el aprendizaje es a través de la experiencia. Entonces, si tú haces que una persona viva una experiencia, que la persona asimile mediante la experiencia el conocimiento, eso sí queda grabado, los apuntes no.

B.M.: ¿Qué claves debe tener la formación del estilista para llegar a ser bueno?
L.G.C.: Lo primero, vuelvo a retomar lo que te decía antes, humildad, trabajo y esfuerzo, por supuesto. Marcarte un objetivo e intentar ser lo más completo posible, y más a día de hoy. No hay que cerrarse solo al cabello, hay que saber de tendencias, hay que saber de moda, de maquillaje, de estilismo, hay que saber de todo. Porque las peluquerías deben de transformarse por necesidad en espacios de imagen.

B.M.: ¿Crees que al peluquero le falta formación?
L.G.C.: No creo que le falte formación a día de hoy, que por supuesto a todos nos falta, a mí el primero, porque creo que nunca se deja de aprender. Quizás yo creo que lo que nos falta en estos momentos es ilusión.

B.M.: ¿Cómo ves el sector español ahora mismo?
L.G.C.: A lo mejor voy en contra que el resto, pero lo veo muy bien. Porque creo que la gente se está dando cuenta de que hay que cambiar y de que hay que replantearse todo, hay que reinventar y rehacer de nuevo todo.
A mí me gusta inspirarme siempre en la cocina, porque creo que es un oficio muy parecido en cuanto a nivel sociocultural de las personas que lo componemos. Los cocineros también empiezan a trabajar muy jóvenes, muchas horas, y también suelen ser empresarios jóvenes. Hace 15 años la cocina en este país no era nada, y a día de hoy tenemos 23 estrellas Michelín, y tenemos los dos mejor restaurantes del mundo, el Bulli que ya ha desaparecido y ahora Can Roca. Y eso lo han provocado los cocineros y los chefs, han sido ellos los que han creado esa necesidad. Entonces, yo creo que la peluquería aún está por explotar, y la veo muy bien porque creo que es una gran oportunidad lo que tenemos.

B.M.: Teniendo esto en cuenta, ¿cómo crees que va a evolucionar el sector en el futuro?
L.G.C.: Yo creo que va a cambiar y vamos a conseguir que efectivamente la peluquería se posicione donde debe ser. La peluquería es arte, porque al final, nosotros moldeamos, esculpimos el cabello, lo coloreamos... Lo único que cambia es la materia prima, que no lo haga en un lienzo, en una piedra o en una talla de madera. Yo creo que es arte, y el arte somos nosotros los que tenemos que valorizarlo.

B.M.: ¿Cómo definirías la peluquería española, sus puntos fuertes y débiles?
L.G.C.: El punto débil, o más bien el área de desarrollo que nos gusta decir a nosotros, probablemente sea la ilusión, por una parte, y por otra parte la valorización de la profesión. Como puntos fuertes creo que tenemos cosas muy positivas, porque la peluquería española es una peluquería de fusión. Es una peluquería que está muy influenciada, por supuesto, por la peluquería anglosajona, por estas firmas inglesas que tanto han calado, pero también tenemos un pasado no muy lejano muy francés, muy elegante. Yo creo que esa fusión de lo elegante y lo contemporáneo, con lo alternativo y lo urbano, hace que tengamos una peluquería muy especial, creo que única.

B.M.: ¿Crees que la profesión está devaluada frente a la sociedad?
L.G.C.: Creo que sí. Creo que debemos de esforzarnos, sobre todo las marcas, porque al final las marcas como L'Oréal Professionel tenemos la responsabilidad de revalorizar esta profesión. Pero yo creo que sí, creo que no está en el nivel en el que debería estar o posicionarse. Pero no porque nunca lo haya estado, sino porque lo hemos perdido. Yo recuerdo cuando empecé, hace 15 o 17 años, que yo no hacía más que barrer y lavar cabezas, pero el concepto que tenía el consumidor de ir al salón se percibía como un artículo de lujo. A día de hoy creo que eso lo hemos perdido.

B.M.: ¿Crees que la peluquería española tiene una buena presencia a nivel internacional?
L.G.C.: Yo creo que estamos muy bien representados. Tenemos escuelas muy internacionales, tenemos firmas muy potentes que están empezando a salir fuera y que realmente están teniendo un impacto muy positivo. Yo tengo muchas peticiones de otros colegas de L'Oréal de otros países, de Sudamérica, de Europa del Este, de Europa Central, que me están solicitando ya firmas españolas, y la verdad es que estoy muy contento.

B.M.: ¿En qué países crees que están los mejores estilistas?
L.G.C.: Ahora mismo... sí que hemos tenido unos años indiscutibles del reinado inglés. Inglaterra siempre ha sido un referente en los últimos años, sobre todo en los últimos 10 ha sido un referente muy potente. Pero no te podría decir un país que sea ahora mismo líder en cuanto a técnica o tendencias, porque creo que a día de hoy todos los países tienen grandes firmas. Podemos hablar por ejemplo de Rusia, que es un país que nunca ha tenido algo muy potente y ahora conozco varios nombres que son muy importantes y que están haciendo cosas muy bonitas. Por supuesto nuestro país está teniendo una proyección internacional potente. Italia, Francia, Portugal, donde tuve la suerte de conocer a grandes profesionales en un meeting internacional que tuvimos. Me costaría ahora mismo definirte un país que sea líder a nivel técnico.

B.M.: ¿Qué tendencias crees que van a triunfar esta temporada?
L.G.C.: A corto plazo, creo que va a seguir marcando la herencia surfera de las famosas californianas que tanta guerra han dado, así como las ondas playa, pero a nivel color, empezamos a olvidar ese efecto surfero. La textura se mantiene, pero en el color empezamos a crear tonos más definidos, más trabajados, más elaborados. Lamentablemente para mucha gente, creo que las mechas californianas tienden a desaparecer.

B.M.: ¿Cómo te imaginas los salones del futuro?
L.G.C.: La verdad es que, para mí, los salones del futuro dejarán de llamarse peluquerías, los peluqueros dejarán de llamarse peluqueros, y hablaremos de espacios de imagen y de asesores de imagen.

B.M.: ¿Qué consejos le darías a alguien que desee empezar en la profesión?
L.G.C.: Que se marque un objetivo, que trabaje muy duro, y sobre todo que sea muy humilde. Porque si eres humilde aprendes, si no eres humilde no aprendes.

B.M.: ¿Y qué les dirías a los peluqueros ya con experiencia que desean mejorar?
L.G.C.: Que se cojan un fin de semana, que se vayan muy lejos de su entorno de trabajo, y que se replanteen si todo lo que están haciendo hasta ahora se puede mejorar. Porque creo que es el momento, y cuando hay una crisis, que por suerte yo creo que ya la estamos dejando atrás, es porque el modelo actual no funciona. Creo que eso es un indicativo de que tenemos que hacer las cosas de otra manera.