Luis Diago, miembro de Intercoiffure, es la tercera generación de una familia de peluqueros. Desde su salón en Valladolid os invitamos a conocer más a este peluquero concienciado en el bien que puede hacer la peluquería a personas con discapacidad. No en vano, es responsable de "Cuestión de Actitud", donde un equipo de profesionales de peluqueros, maquilladores y psicólogos se ponen al servicio de las personas con discapacidad, ofreciéndoles ayuda para mejorar su aspecto con el objetivo de levantar la autoestima.
Beauty Market: ¿Cuáles fueron sus inicios en la peluquería?
Luis Diago: Pertenezco a la tercera generación en el seno de una familia de peluqueros.
B.M.: ¿Cómo empezaste a labrarte un nombre?
L.D.: El nombre, como digo siempre, es el resultado del esfuerzo reconocido por tus clientes.
B.M.: ¿Cuál ha sido momento clave de tu carrera?
L.D.: El día que comencé en esta profesión.
B.M.: ¿Cuál es tu especialidad?
L.D.: La peluquería en general.
B.M.: ¿Cómo definirías tu estilo?
L.D.: Ecléctico y atemporal.
B.M.: ¿Dónde encuentras inspiración?
L.D.: En la calle, con la gente joven.
B.M.: ¿Cuál es el secreto del éxito?
L.D.: El esfuerzo diario y el aprendizaje.
B.M.: ¿Cuál es tu máxima?
L.D.: Ser muy feliz.
B.M.: ¿Qué es lo que más te gusta de la profesión?
L.D.: Mis clientes y muchos compañeros.
B.M.: ¿Y lo de menos?
L.D.: Los otros compañeros restantes.
B.M.: ¿Quién ha sido tu referente?
L.D.: Eduardo Diago.
B.M.: ¿Cuáles son las claves para lucir un buen cabello?
L.D.: La higiene.
B.M.:
¿Un buen corte hace milagros?
L.D.: No, pero ayuda, como el dinero con la felicidad.
B.M.: ¿Cuál es tu relación con el cliente?
L.D.: Sumo respeto y cordialidad.
B.M.: ¿Qué ofrece tu salón a los clientes?
L.D.: Peluquería sin chismes.
B.M.: ¿En qué se diferencia de otros salones?
L.D.: En que no se habla de chismes y se trabaja con sinceridad y seriedad.
B.M.: ¿Cuál es la filosofía del salón?
L.D.: Humildad y seriedad.
B.M.: ¿Qué requisitos se necesitan para trabajar contigo?
L.D.: Lo mismo de antes, unido a querer y respetar la profesión.
B.M.: ¿Cómo definirías la peluquería española?
L.D.: Era un referente en Europa.
B.M.: ¿Qué es lo mejor y lo peor de la peluquería española?
L.D.: Lo mejor, la creatividad; y lo peor, la infravaloración.
B.M.: ¿Está devaluada la profesión?
L.D.: No toda.
B.M.: ¿Qué crees que le falta a la peluquería española para tener mayor presencia internacional?
L.D.: Mayor músculo económico.
B.M.: ¿En qué país están los mejores estilistas?
L.D.: En España, sin duda.
B.M.: ¿Qué es lo que se lleva ahora?
L.D.: El pronto-moda.
B.M.: ¿Qué tendencia triunfará esta temporada?
L.D.: Los años sesenta.
B.M.: ¿Cómo te defines como empresario?
L.D.: Peor que peluquero.
B.M.: ¿Cuál es tu relación con los productos que trabajas?
L.D.: De amor-odio.
B.M.: ¿Cuál es tu opinión sobre el mercado de la franquicia en España?
L.D.: No me gusta.
B.M.: ¿Te gustan los medios de comunicación digitales?
L.D.: Mucho, soy un amante de ellos.
B.M.: ¿Cómo utilizas los nuevos medios digitales?
L.D.: Los utilizo para todo.
B.M.: ¿Hacia dónde va la peluquería?
L.D.: Ojalá se respete lo conseguido.
B.M.: ¿Cómo te imaginas los salones del futuro?
L.D.: Unos muy personales, y otros de fábrica.
B.M.: ¿Qué consejos darías a los peluqueros para triunfar en la profesión?
L.D.: Los que me dieron a mí: no ser media tinta.
B.M.: ¿Qué recomendarías a los jóvenes que desean seguir la profesión?
L.D.: Tranquilidad y frenar el ímpetu.
B.M.: ¿Cuál es tu proyecto futuro?
L.D.: La moda y los cuidados en la discapacidad.
B.M.: ¿Cómo te ves en el futuro?
L.D.: Trabajando y haciendo las cosas que me gustan.
B.M.: ¿Cómo eres cuando no trabajas?
L.D.: No sé mucho de eso, esta es mi vida.