Luciano Cañete es uno de esos profesionales con el arte del cabello en vena; la empresa como guía y la libertad e inclusión como bandera que, con esas tres premisas y derechos fundamentales, ha hecho de su marca, Corta Cabeza, carrera, sello de garantía y crisol de personas sin división género, razas ni fronteras. Y como tal habla su nuevo editorial de moda y peluquería 'Pop-(H)Air', un vertiginoso vaivén de culturas y contraculturas, efervescencia pura y dura.
Hombre bueno, excelso en la tarea de la proyección de la peluquería, no podía ser de otra manera, hoy nos presenta 'Pop-(H)Air', la tormenta perfecta, oportunidad de igual naturaleza para tomarnos la licencia de la intromisión en su tiempo y así poder desvelar más de Corta Cabeza y quienes en ella se implican, laboran o se emplean. Cadena de salones que ya cuenta con 7 cabeceras repartidas entre los barrios más insignes, eméritos o a contracorriente de Madid, léase Pez, 11; Barceló, 15; Prado, 12; Eloy Gonzalo, 28; Paseo de las Delicias, 44; Argumosa, 17 y, nobleza obliga, Avenida Felipe II, 2.
Luciano Cañete y Luis María Rodriguez fundaron los salones Corta Cabeza. Ha pasado más de una década cuando Cañete, ya curtido en las lides del uso y manejo de peines y tijeras buscara un socio para poner en práctica su idea, la de un salón propio y sui generis, alejado de los típicos 'al uso' para dar cobertura no solo a la belleza, sino a la naturaleza, la empatía y la 'emprendiduría'. Que eso, por cierto, tiene lo suyo, que no es ni de lejos fácil, sino retador, de tanto, a veces incluso aterrador y que saca del emprendedor todo lo que lleva dentro, para en esta ocasión, con sus respuestas frente a las crisis y encrucijadas, ser fiel reflejo de todo lo mejor, lo que sin duda define a Luciano y que expresa e imprime a cada día de su vida.
De todo ello, deviene el éxito, y la cercanía de su presencia y amable y distinto servicio. Sus salones son únicos, y como tales inimitables, como lo es la propia 'Pop-(H)Air', una colección que se abre paso y queda guardada en la retina, grabada por tanto en la historia de la peluquería, daremos fe de ellos de aquí al transcurrir de unos años, estamos seguros.
Por todo esto y más, comencemos por su principio...
Nosotros entendemos que normalizar es buscar la forma que todos, todas y todes estén presentes siempre hasta el momento en que el ojo humano esté tan acostumbrado que no haga especial hincapié en la diferencia.
BEAUTY MARKET: Luciano, estamos encantados con 'Pop-(H)Air', ¡enhorabuena! ¿Pero qué ha sido lo más difícil de 'Pop-(H)Air', esta colección que rompe con los cánones y rebasa las condiciones de la normalidad?
LUCIANO CAÑETE: Lo más difícil ha sido, aunque no te lo creas (dice sonriente y tranquilo), esperar a poder lanzar la colección. Estábamos ansiosos (enfatiza con la mirada y las manos), por que viera la luz. Me refiero al trabajo de posproducción y a la entrega de la misma a los medios. Disparamos en julio y en agosto. Como sabes, todo se para en esos meses y no ha sido hasta septiembre cuando hemos podido empezar a moverla. Por eso la espera se nos ha hecho interminable. Estábamos deseando que todo el mundo la viera.
B.M.: ¿Y cuál ha sido la tarea de producción y fuente de inspiración en el nacimiento y creación de 'Pop-(H)Air'?
L.C.: En realidad, ha sido una colección que se ha realizado de una forma muy fluida. Llevábamos más de un año sin sacar colección. Desarrollamos diferentes propuestas que no llegaban a dar su fruto. Llegábamos a un punto en el que nos atascábamos, principalmente porque los conceptos no estaban del todo claros y, sobre todo, porque nos complicábamos demasiado a la hora de la inspiración y del “how”. No nos quedó más remedio que limpiar de nuestra mente todo lo que habíamos hecho y empezar de cero con un concepto más claro y diferente. Fue entonces cuando Dani Zúñiga, responsable del equipo creativo (Corta Cabeza Creative Team) nos lanzó el reto, le puso fecha y nos explicó la finalidad y el concepto. Esta vez todo quedó muy claro y las ideas empezaron a brotar y a fluir de una forma mucho más natural. Todos los
miembros del equipo creativo, que son unos cracks, nos pusimos las pilas y en una semana estábamos disparando.
B.M.: ¿Y lo más divertido?
L.C.: Lo más divertido sin duda alguna fue la elaboración de todo el cabello accesorio que utilizamos para crear las imágenes. En 'Pop-(H)Air' nada es lo que parece (nos mira con un guiño). Es una ilusión óptica tanto en el pelo como en el número de personas. Parece que hay una multitud, pero incluso la cantidad de modelos que participaron es inferior a lo que parece. Podemos decir que tanto el equipo creativo, la escena, modelos, estilismo, cabello, maquillaje etc., son una amalgama de elementos fantásticos que transmiten la diversión no solo de todos los momentos previos sino también del dinamismo y la
alegría en el momento del shooting. Tal fue el buen sabor de boca tras la sesión, que todos nos quedamos a hacer la selección de las mejores imágenes a pesar del cansancio. La energía del trabajo bien hecho se transformó en euforia y buen rollo
hasta el último momento.
El mensaje principal que Corta Cabeza quiere transmitir con 'Pop-(H)Air' es un mensaje de optimismo. Es una sensación de colorido, de alegría, de realismo etéreo, en un momento en el que todo es efímero.
B.M.: ¿Qué técnicas destacarías de su realización?
L.C.: Las técnicas fueron muy diferentes porque, aunque el trabajo era muy pop, en todo momento recurrimos a formas de trabajar tanto de la peluquería tradicional, pasando por la creativa y cómo no, por las más vanguardistas e innovadoras.
Una técnica 'Corta Cabeza' en toda regla (ríe, es un gusto estar con Luciano, siempre, transmite alegría... Serenidad... Luz). Como técnicas a destacar podemos hablar de trabajo de: Stamping (estampación), posticería, coloración fantasía, tintura tradicional, brushing, trampantojo, contouing, wet & dy finishing y dibujo (nos quedamos sin respiración, ¡menuda obra!, pensamos, mientras seguimos recorriendo las imágenes de 'Pop-(H)Air' ).
B.M.: ¿Qué quieres transmitir/enseñar con 'Pop-(H)Air'?
L.C.: El mensaje principal que Corta Cabeza quiere transmitir con 'Pop-(H)Air' es un mensaje de optimismo. Es una sensación de colorido, de alegría, de realismo etéreo, en un momento en el que todo es efímero, donde las circunstancias mundiales están regidas por el caos y por la destrucción de una guerra que nos ha pillado por sorpresa. Un mensaje positivo con cierto punto de locura y rebeldía. Un mensaje de frescura donde el pasado ya es pasado y donde toca recomponer un presente en el que tenemos que luchar contra la incertidumbre y donde debemos de pintar y llenar nuestro entorno de elementos alegres flotando a nuestro alrededor. Porque si lo imaginamos así, seguramente sea más fácil conseguir que lo sea. No podemos olvidarnos de la diversidad en la participación de les persones que trabajan en nuestras colecciones y en nuestros salones. No queremos desarrollar más esto, ya que para nosotros la diversidad es normalización, es nuestro pan de cada día.
B.M.: Luciano, nos interesa mucho saber cómo, bajo tu punto de vista se normaliza la diversidad, por ejemplo y qué significa.
L.C.: Nosotros entendemos que normalizar es buscar la forma que todos, todas y todes estén presentes siempre hasta el momento en que el ojo humano esté tan acostumbrado que no haga especial hincapié en la diferencia. Aceptar la diversidad, el valorar la esencia de las personas poniendo en alza su talento, su arte, su inteligencia, su ser, su estilo, separando la parte más estereotipada que pueda responder a criterios anquilosados en creencias del pasado. Respetando el contenido, pero también el envoltorio, permitiendo que cada individuo tenga la capacidad de poder lanzar un mensaje de absoluta libertad para que los pasos que se den sean siempre hacia un mundo en el que todos vivamos sin miedo.
Corta Cabeza se encuentra en un momento óptimo, en un momento de reconocimiento de una trayectoria que está obteniendo los resultados por los que llevamos trabajando trece años.
B.M.: ¿En qué momento se encuentra Corta Cabeza?
L.C.: Bueno, Corta Cabeza se encuentra en un momento óptimo, en un momento de reconocimiento de una trayectoria que está obteniendo los resultados por los que llevamos trabajando trece años. Un momento en el que el nombre es conocido por los profesionales del sector. Incluso en la calle muchas personas conocen nuestra marca sin haber pisado ninguno de nuestros siete centros (menuda satisfacción, y alegría, pienso mientras escucho atenta a Luciano, siempre lo hago por otra parte, cada vez que me lo encuentro). Supongo que eso nos da cierta proyección. Pero, ojo, no se puede dar todo por garantizado. Es muy importante mantener el nivel de compromiso y de trabajo al mismo ritmo. Creo que la fórmula de éxito perfecta para permanecer en el tiempo no existe. Lo único que nos hará perdurar es la constancia, el trabajo diario, la calidad de nuestro trabajo, pero sobre todo y lo más importante será la conexión con las personas que acuden a nuestros salones.
B.M.: ¿Y por qué momento atraviesas tú, Luciano, en concreto?
L.C.: Buena pregunta (vuelve a reír, divertido por la pregunta y consigo mismo), digamos que ahora veo la vida desde una perspectiva de mayor serenidad. Tengo muy claro que la energía no es la misma a mis 54 años que a los 24. Por eso trato de rodearme de gente que nos aporte frescura y juventud porque, aunque es necesaria, no todo lo hace la experiencia. La experiencia te da seguridad, pero a veces te mantiene en un lugar del que no te quieres mover, por eso si te unes a personas con menos experiencia verás que para ellas el miedo no existe. La combinación de personas experimentadas y de gente más joven es un cóctel maravilloso. De toda esta lectura la conclusión es que tengo claro que, en mayor o menor medida, no quiero dejar de cortar el pelo. Si bien es cierto que la gestión, que también me apasiona, me ocupa una parte muy grande de mi tiempo, pero puedo decir que he sabido rodearme de personas que me ayudan infinitamente a remar hacia delante. Estoy hablando, lógicamente, de mis socios sin los que esto sería un auténtico caos.
La experiencia te da seguridad, pero a veces te mantiene en un lugar del que no te quieres mover, por eso si te unes a personas con menos experiencia verás que para ellas el miedo no existe.
B.M.: De lo que deducimos, bueno en realidad sabemos que, para ti, eso de relacionarse con las personas se te da bien, francamente bien. Lo tuyo es pura empatía...
L.C.: La verdad es que me flipan las relaciones humanas, es por ello que el trato con los equipos me parece de lo más interesante y satisfactorio. No te voy a engañar, a veces se producen situaciones en las que no puedes ofrecer todo lo que se te demanda y es cuando llega la frustración, pero eso también es una parte del camino. Doy gracias porque ocurre infinitamente menos que las situaciones en las que todo fluye y doy gracias también porque la mayoría de las personas que componen el mosaico de Corta Cabeza entienden perfectamente esta filosofía a la hora de trabajar.
B.M.: Luciano, ¿satisfecho?
L.C.: Sí, en conclusión, he de decir, me siento muy satisfecho del paso del tiempo, de cómo se han ido desarrollando las cosas y del punto en el que estamos. Me siento agradecido pero sobre todo me siento “bendecido” por poder compartir el potencial que yo pueda tener y de poder nutrirme del que me brindan todas y cada una de las personas con las que trabajo y convivo habitualmente.
B.M.: ¿Optimista ante el futuro?
L.C.: Si (no lo duda y asiente con sus gestos). Totalmente. Aunque a veces sea difícil serlo... nos va a costar el mismo trabajo lamentarnos que celebrar. Así que ¡celebremos! (Nos contagia.)
B.M.: ¿Y cómo se hace eso?
L.C.: Se trata (respira profundo) de dejar en la medida de lo posible el materialismo a un lado. Se trata de pensar cada mañana: “¿Qué puedo hacer para seguir alimentando mis sueños?”. Se trata de estar ocupado, de investigar cómo lo hacen los demás, de aprender de ellos, de compartir experiencias, de conversar con la competencia. Nadie es más listo que nadie, pero unir tu conocimiento con el de tu vecino te hará más fuerte y estarás mejor preparado para lo que pueda venir. Dos veces al año nos juntamos un grupo de peluqueros de toda España durante un par de días para poner en común preocupaciones, soluciones, experiencias y debatir un poco sobre el futuro de la peluquería. El grupo se llama 'Código Midi' y el cerebro que ha creado todo esto se llama Jose Sile. Pocas veces me he empapado de tanta sabiduría profesional y emocional. El ingrediente fundamental es la generosidad. Una vez más me ha quedado claro que cuanto más das y más compartes, mayor es la
cantidad y la calidad de lo que recibes.
Me siento agradecido pero sobre todo me siento “bendecido” por poder compartir el potencial que yo pueda tener y de poder nutrirme del que me brindan todas y cada una de las personas con las que trabajo.
B.M.: Un sueño cumplido.
L.C.: (¡Sin pretensiones!, advierte, Luciano es un hombre sencillo, pero con sueños, por supuesto.) Lograr que el nombre de Corta Cabeza tenga un pequeño hueco en la peluquería de nuestro país.
B.M.: Otro por cumplir.
L.C.: Sin ninguna duda, poder dejar en el futuro un legado profesional a todas las personas que contribuyen cada día a que Corta Cabeza siga existiendo.
B.M.: ¿Qué se encuentra el cliente cuando entra en Corta Cabeza?
L.C.: Un equipo de peluqueros en el que cada miembro contribuirá a dar lo mejor de sí para que el cliente se sienta la parte más importante de la experiencia que está a punto de vivir.
Y para que conste y aquí se refleje, no te pierdas ni un ápice, ni una línea, color o textura de 'Pop-(H)Air', una colección mágica.
Luciano Cañete es codirector y cofundador de Corta Cabeza. www.cortacabeza.com
* Sobre Corta Cabeza.
Durante 13 años, han construido un estilo propio, en el que el estilista, en continua formación, es el responsable de todos los servicios que precise un cliente,desde el color, los tratamientos, el corte y el styling. No perder este modo propio de
entender la peluquería ha marcado su forma de crecer: cada nuevo salón lo dirigen los profesionales formados en Corta Cabeza, que se convierten en socios de los fundadores, Luciano Cañete y Luis María Rodriguez. Una manera de retener el talento dentro de la marca, apoyando el crecimiento profesional de los estilistas que desean gestionar su propio salón.
Su compromiso por la integración laboral de colectivos en riesgo de exclusión social continúa más activo que nunca. De sus acuerdos con la Fundación Eddy-G (jóvenes LGTBI víctimas de maltrato, violencia familiar, bullying u otras formas de LGTBfobia https://fundacioneddy.org); Opción 3 (ayuda a jóvenes opcion3.es) y Mujeres por África (para el acceso laboral de mujeres inmigrantes http://www.mujeresporafrica.es/), proceden varios estilistas y ayudantes, todos en plantilla y formados desde cero en los salones.
A estos acuerdos se suman las tres ediciones del curso de formación para el colectivo trans enmarcado en Proyecto Ámbar (https://fundacion26d.org/proyecto-ambar/), de la Fundación 26 de Diciembre y Pelo Pantene (https://pantene.es/es-es/el-poder-deun-pelo-pantene/el-pelo-no-tiene-genero), en el que junto a Kohl School, se forma a 12 candidatas como peluqueras. “Sin lugar a dudas -en palabras de Luciano Cañete-, uno de nuestros mayores logros no es haber pasado de un equipo de 2 personas a uno de 60 en solo 13 años, sino que personas procedentes de colectivos con un índice muy
elevado de exclusión social formen parte de ese equipo”.