"La falta de recursos no es una
debilidad, sino una exigencia
que debe obligar a ser innovador,
creativo y recursivo".
José González Moore, escritor, poeta
e ingeniero colombiano (1974).
"Las nuevas generaciones prefieren gastar su dinero en experiencias impactantes y no en piedras preciosas". Así se han expresado distintos titulares de actualidad. Y todo al hilo del análisis de las industrias y el impacto de la pandemia en ellas, del que se asegura, "tardarán muchos años en recuperarse si es que alguna vez lo consiguen".
Ambas aseveraciones, al hilo concreto de la ruptura del acuerdo de compra de Tiffany por parte del gigante del lujo LVMH, la cual ha acabado por cierto en los tribunales. Afirmaciones que ponen el dedo en la llaga y colocan a su vez al lujo mal entendido en solfa.
El nuevo consumidor huye de la explotación (los diamantes unen su historia a ella, al sufrimiento y las minas de sangre) y apuesta por todo lo que suponga innovación en cuanto a experiencia. Bienestar, cuidado, felicidad... Productos naturales. Bienes y servicios sustentables, comprometidos con el planeta. Cada caso y noticia, así lo demuestra.
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