En plena campaña Movember, Alejandro Hernández, estilista de los salones David Künzle en Madrid, subraya que los bigotes, además de solidarios, deben mejorar la imagen masculina. Por eso, es necesario adoptar el estilo que mejor puede quedar, a la vez que se deja crecer el vello facial: "Un hombre de cierta edad ya sabe perfectamente si le queda mejor el bigote, la barba o la perilla. En general, no suele innovar o hacer cambios, algo que encaja mejor con un chico joven. El bigote es uno de los símbolos de masculinidad por excelencia, si bien no son muchos los que se atreven con él".
El estilo más favorecedor
"El bigote queda mucho mejor en caras angulosas y alargadas que en rostros redondos u ovalados, para los que se recomienda perilla, porque afila la cara, y en menor medida la barba, porque afila si se deja larga por la barbilla, pero la hace más ancha por los laterales", ha añadido Hernández.
Concretando aún más, el estilista apuesta por las barbas en ancla o de candado real, y por el bigote chevron, un mostacho alto que casi roza la nariz: “No todos los hombres pueden llevarlo porque es sumamente denso, ancho y espeso, y no les crece la misma cantidad de vello a todos. Digamos que es el bigote por excelencia, muy al estilo Tom Selleck o Burt Reynolds en los años 70, cubriendo bien los labios y su comisura, que queda mejor si le aplicamos gomina al final y lo arreglamos recortándolo”.
Aunque todas las opciones se pueden combinar, Hernández recomienda arriesgar y jugar con la longitud e incluso con el color, que se puede teñir o decolorar para darle un toque determinado: "Si hablamos de los tipos de bigote que se pueden probar, todo dependerá de lo lampiño o velludo que se sea. En el primer caso, obviamente un bigote lápiz o tal vez el inglés; y en el segundo, un buen moustache en herradura, walrus (que se mezcla con la barba), imperial o el ya citado chevron".