"Las grandes obras son hechas
no con la fuerza, sino con la perseverancia".
Samuel Johnson,
escritor inglés (1709-1784).
Si la peluquería en general ya necesita una reivindicación de su valor y posición en la sociedad, la peluquería masculina, y la barbería en especial, se encuentran en una posición aún más delicada. A diferencia de otros negocios dedicados al cabello, apenas se inauguran nuevas barberías, los aprendices del oficio escasean y los establecimientos de siempre tienden al cierre. Sin embargo, la fuerza y unión de los barberos está logrando mantener el sector, consiguiendo afianzar su público e incluso volver a popularizar el hábito de acudir a la barbería.
Son iniciativas como la que tuvo lugar en Ourense hace algo más de una semana las que mantienen la profesión en el ojo del público: una jornada de barberos en la calle que, bajo un precio módico y solidario, ofrecieron y publicitaron sus servicios frente a personas que, probablemente, no se habrían planteado el acudir a una barbería de otro modo. Estas jornadas llevan unos meses celebrándose por todo el territorio español, y demuestran el ímpetu de los profesionales de la peluquería masculina.
Sin duda, son momentos duros para este sector, pero hay espacio para el optimismo. Las nuevas tendencias han traído de vuelta la pasión por el vello facial, incluso entre las generaciones más jóvenes; las firmas cada vez se preocupan más por este sector del mercado, ofreciendo mayor variedad de productos específicos; y lo más importante, los profesionales no pierden su pasión por el trabajo y persisten en su lucha por devolverle la importancia que merece.
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