"En esta vida hay que morir varias
veces para después renacer.
Y las crisis, aunque atemorizan,
nos sirven para cancelar
una época e inaugurar otra".
Eurípides de Salamina, uno de los
dramaturgos más conocidos y más
influyentes de la cultura griega clásica
(480 a. C.). ​

Y todo ello a resultas de la inclusividad. Y de lo que dicta y manda nada más y nada menos que el consumidor. Y bueno, también, ¡sí!, por efecto de la pandemia. Palabra que queremos desechar de nuestro vocabulario lo antes posible.

Las grandes multinacionales cosméticas, para cabello y piel, anuncian que retiran la palabra 'normal' de las etiquetas y de sus campañas de publicidad. A partir de ahora, sus eslóganes se dirigirán solo y exclusivamente a las mujeres reales, que en un tanto por ciento muy significativo son curly, curvy y, en definitiva, mujeres reales. Y no solo eso, apuntan directamente y tachan de discriminatorias expresiones tales como 'piel blanca', porque la piel morena, negra y amarilla también existe. Y efectivamente, aseguran que ellas, las multinacionales y sus productos, de 'normal' no tienen nada.

Así que preparados, llega la revolución de la diversidad y la inclusividad. Un poco tarde, ¿no? Lo único que esperamos, al igual que desaparezca ya la pandemia, es que realmente las marcas históricas de la belleza y también los profesionales peluqueros, que sabemos que sí, lo hacen y lo quieren, es más, se lo demandan a sus comerciales, se unan a la revolución que elimina del vocabulario la palabra 'normal' en favor de los extraordinario, que paradójicamente, no es ni más ni menos que algo habitual, tal y como está ocurriendo, en cuestión de cabello con el Curly Girl, el movimiento que da paso al rizo y que además se postula tanto natural como 'eco' y sustentable.

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