"Sólo en las regiones de la fantasía es
dado crear; crear es la misión del genio”.
José María Vargas Vila, escritor, activista
y periodista, nacido en Bogotá (1860-1933).
Para siempre, Lluís Llongueras ha dejado su impronta, genio y figura, grabada a fuego en el ideario de la peluquería moderna. Tristemente fallecido el pasado lunes, 29 de mayo, a los 87 años, su desaparición deja huérfana a una generación de peluqueros que marcaron un antes y un después en la historia de esta profesión que con Llongueras, parece despedir una época de gloria que por el momento nadie ha logrado emular de igual manera.
Hablamos del último de una generación marcada por nombres como Cebado, Pagés, los hermanos Blanco, Anglada o Iranzo, por ejemplo, que dotaron al arte del cabello de rostros propios y reconocibles, estrellas. La más estrella de todos, Llongueras. Catalán y español universal, nacido en Esparraguera, además de peluquero fue y ha sido artista desde múltiples vertientes. Y empresa.
El amigo de Dalí ha dejado una huella imborrable y puesto fin a una época de gloria. Queda así ya grabado su nombre en la doctrina de la mejor de las peluquerías. Su mejor consejo: “Sé tu mismo y vive la vida, crea sin miedos”, así se lo decía a sus equipos.
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