Opinan los expertos:
Por Jordi Solerdelcoll
Gerente y fundador de Pahi.
A la hora de adquirir un lavacabezas, deberemos asegurarnos de que estará respaldado por una marca con solera, que ofrezca recambios y servicio técnico sin problemas.
Nos prometen un mundo de bienestar y placer, de prestaciones, comodidad, diseño... Un mundo nuevo, que evoluciona constantemente y que incorpora cada vez más y mejores prestaciones, siempre en pos de la mejor y la mayor comodidad para el cliente, y por supuesto para el profesional.
El lavacabezas brilla con luz propia en el salón, y se convierte en un remanso de paz para el usuario, en el que disfrutar de un cómodo sillón, una no menos confortable pila en la que apoyar la cabeza y de un lavado con el masaje realizado por manos expertas, mientras se relajan las piernas o la espalda con un vibromasaje o un masaje shiatsu.
Es más, sus líneas, estructura, materiales, formas y colores se aúnan en esta invitación para los sentidos y hacen del salón un espacio con sello e identidad propios en el que la decoración prima para el sentido de la vista. Sin duda, una forma más de convertir nuestro salón en un lugar único e imprescindible para quien traspasa el umbral de la puerta.
La tendencia actual apunta hacia una pieza única e irrepetible, el lavacabezas, que ante todo, debe reunir ciertas características siempre prioritarias:
- Comodidad.
- Funcionalidad.
- Durabilidad.
Y todo ello, siendo común a cada una de las partes que lo componen, principalmente:
- Picas, pila, cubeta o teja.
- Asiento.
En el lavacabezas, la pica, llamada también de otras formas, cubeta o teja, es sin duda el elemento que nos va a llevar al triunfo o al fracaso. La comodidad del cliente depende de manera extrema de la misma. Y un óptimo proceso de lavado depende igualmente de sus dimensiones, formas y accesorios. De hecho, la normativa europea regula sus medidas para así poseer la capacidad suficiente, que nos asegurará poder lavar con la misma facilidad un cabello largo o corto, sin tener que hacerlo evidente para al usuario, con tirones o movimientos de cuello innecesarios, y sobre todo, muy molestos.
En ellas se imponen los materiales que incluyen tratamientos resistentes a elementos como el agua o los químicos del tinte. Entre los que triunfan en la actualidad, podemos destacar a todo un clásico, caso de la porcelana vitrificada, sin hacer de menos a otros compuestos que entran pisando fuerte con todas las garantías, por supuesto.
Pero cuando estemos decidiendo qué lavacabezas adquirir y por qué, no olvides observar detalles igualmente agradecidos, como los recipientes incorporados para champús, por ejemplo, y sobre todo, la grifería. ¿Es práctico el grifo, manejable, con ahorro de agua, el cierre adecuado, o el flexo que nos garantice su correcto y cómodo movimiento?
La estructura general del lavacabezas atiende igualmente a esta tendencia que nos habla de la resistencia de los materiales: fibra de poliester, fibra de vidrio, polietileno, acero... Y todos, además, reforzados también con tratamientos que aún les hacen más poderosos frente a las bacterias, el sudor, la humedad, el polvo, los agentes químicos... Un buen catálogo y un buen profesional nos informarán puntualmente de todos estos detalles. Igualmente, la estructura, en algunos modelos puede incluir también socorridos muebles para colocar toallas entre otros artículos.
Y llegamos al elemento rey, el asiento o sillón. Una pieza incorporada ya al lavacabezas en ocasiones, o por el contrario, opcional, con distintas posibilidades que ofrece el fabricante para combinar. Ahora, eso sí, siempre con una máxima: la comodidad por encima de cualquier otra. Asientos cada vez más mullidos y acolchados, pero sobre todo, con mayores y más revolucionarias prestaciones. No nos referimos ya sólo a su movilidad, ajustable o no, con respaldo y reposapiés reclinable, con brazos más o menos anchos y anatómicos, etc., sino a esa prestación que cada vez nos encontramos con mayor frecuencia entre los distintos modelos presentes en el mercado: el masaje.
Así es, un masaje que nos habla de bienestar, de Wellness, de salud... De ese concepto cada vez más exigente y exigido y que sin duda, hace que el valor añadido del servicio de lavado se convierta en incalculable, al estar hablando, efectivamente, de bienestar y placer. Placer para el usuario, y por supuesto, para el peluquero que disfrutará aún más de su indiscutible saber hacer.
Los masajes en el asiento del lavacabezas ofrecen multitud de variantes, eléctricos de masaje por vibraciones o con rodillo y/o shiatsu. Pueden ceñirse a una sola zona del cuerpo, espalda, piernas o pies, o al cuerpo al completo incluyendo estas tres zonas. Incluso, se pueden regular por el propio cliente en muchas ocasiones con tan sólo apretar el botón de un sencillo mando.
Opinan los expertos:
Por María Yus
Directoria de María Yus Centro de Perfeccionamiento.
El cliente viene al salón esperando tener momentos de bienestar físico y mental, con lo cual, la industria del sector está innovando para dar lo que el público demanda en la actualidad.
Y para completar su máxima funcionalidad y prestaciones, a continuación tendremos que fijarnos en su tapizado. El último grito: poliuretano sobre base de poliamida y recubrimiento de protección vinílica. En este sentido, reiteramos nuestro consejo: el tapizado necesita también tratamientos que eviten el sudor para el cliente, por ejemplo, que repelan lo máximo posible las machas o que eviten los efectos de la humedad excesiva o la abrasión de los agentes químicos.
Por último, garantía y servicio técnico son otras dos máximas sobre las que informarnos. Una vez tengamos más o menos claras estas cuestiones, el resto es cuestión de gusto, formato, color, formas... De decidirnos por un lavacabezas a juego con el salón que ya tenemos decorado y no queremos cambiar, o por el contrario, montar y/o renovar nuestro salón con una línea entera que nos combine con el mobiliario completo y todos sus accesorios, complementos y detalles. Hace ya tiempo que la asepsia y la falta de personalidad eran motivos comunes que confluían en el mobiliario para peluquería. Hoy día, tanto es su uso como en su instalación, se imponen los sentidos.