"El cuerpo humano es la mejor imagen
del alma humana".
Tony Robbins, escritor de libros de desarrollo
personal, finanzas personales y orador motivacional
estadounidense (1960).
Y es que este 2022, y tras la salida de encierros y el aterrizaje en una no tan 'nueva normalidad' tal y de la forma que la esperábamos, sí, las cosas han cambiado y mucho. También, y a pesar de ser una profesión artesana, en la peluquería.
Primero que nada: ¡nos asaltan las canas! Oye, y descubrimos que no quedan nada mal, al contrario, son pura y plena tendencia. A lo cual se une y a consecuencia de ello, la apuesta de la consumidora por los colores naturales para su pelo. Eso sí, pasando primero por una prueba virtual en su móvil que le permita comprobar cómo le quedan. De ahí que proliferen, en materia de belleza, y sean ya más que necesarios, los filtros y productos de maquillaje y cabello potenciados por la RA (Realidad Aumentada) y la IA (Inteligencia Artificial) que los consumidores pueden probar virtualmente.
Rutinas de bajo mantenimiento completan el cuadro. Y la perspectiva apunta a un nuevo 'claim' ya todopoderoso: la salud del cabello y del planeta. O sea, natural el cosmético y sostenible su fórmula y packaging.
A partir de aquí, la decisión está en tus manos. Es necesario estar atento a esta evolución del consumo que ha llegado, sin duda, para quedarse.
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