Un total de 94 mujeres, las más hermosas del universo, se reúnen para representar a cada uno de sus respectivos países durante tres semanas. Un año más, Miss Universe ha reflejado un sinfín de emociones, belleza y talento personal, plasmado en todo tipo de medios de comunicación. Desde cadenas de televisión a emisoras de radio, prensa y, por supuesto, redes sociales. Sin duda, una experiencia inolvidable, un trabajo creativo y muy técnico que se realiza a contrarreloj, vigorizado por los tiempos limitados y la tensión que acompañan a un programa televisado 100% en vivo y en directo. A pesar de este ritmo de vértigo, las participantes han dado muestras de amabilidad, sonrisas, sentido del humor, presencia, valentía, elegancia y dignidad, manteniéndose firmes a pesar de los nervios y la presión mediática del momento.
Los looks protagonistas
"Siempre buscan que mis manos creen en sus cabelleras melenas naturales para que éstas puedan moverse libremente en el escenario", explica Ivan Rodríguez, estilista mexicano responsable de buena parte de los peinados exhibidos. La sorpresa de este año, sin embargo, se generó por un buen grupo de participantes, muchas de ellas finalistas, que mostraron un look que destacó por encima del resto: cabellos lisos, melena simétrica con raya en medio - al estilo Pocahontas -; así como las PonyTails, los rizos cerrados y el clásico pixie que se dejó ver en otra horquilla de concursantes.
La mezcla de rascacielos y templos budistas de Bangkok, así como miles de tailandeses, centenares de asiáticos y visitantes de otras naciones hicieron vibrar el Impact Arena Bangkok, el pasado 16 de diciembre. Un emplazamiento impresionante donde Catriona Grey, representando a Filipinas, se convirtió en la nueva Miss Universo.