La prevención de riesgos en el negocio de la peluquería ya avisa de la importancia de la seguridad en el salón para evitar caídas, resbalones, cortes, quemaduras y problemas con los aparatos eléctricos. Hay riesgos que se evitan con un pequeño añadido, como poniendo reflectante antideslizante en las escaleras, o simplemente con un poco de sentido común, como por ejemplo manteniendo el suelo despejado de cables y agua para evitar tropiezos. Todos estos riesgos son, sin embargo, pequeños accidentes laborales que suelen causar daño a corto plazo, si ocurren.
Existe otro tipo de riesgo para los peluqueros que puede suponer un daño para toda la vida, e incluso forzarle a abandonar su trabajo, enfermedades laborales que aparecen por una exposición continuada a ciertos productos, convirtiéndose en crónicas. La prevención contra estas enfermedades suele ser mínima si no nula, ya que existe mucho desconocimiento alrededor de ellas y sus causas.
Productos peligrosos
Muchos productos de uso habitual en peluquería contienen sustancias que, si bien en pequeñas cantidades no suelen tener ninguna repercusión, en grandes cantidades pueden ser tóxicas para la salud. Este es un problema para los profesionales de la peluquería, que pasan muchos años de su vida un mínimo de ocho horas diarias en contacto con ellas, por lo que pueden acabar afectando a su organismo. Algunos de los más comunes son:
- Tintes: además de los conocidos PPD, muy controlados por los organismos oficiales, también incluyen anilina y amoníaco. La intoxicación por anilina afecta al sistema nervioso y al genito-urinario, siendo una causa muy común del cáncer de vejiga que ha convertido a los peluqueros en el sector con mayor riesgo de padecerlo. Por su parte, el amoníaco es una sustancia altamente irritante y alérgena.
- Decolorantes:para disolver el color natural del pelo en preparación a aplicarle otro, se formulan con peróxido de hidrógeno y sales de persulfato (en especial amónico y sódico) para acelerar la reacción, lo que genera un efecto irritante tanto en la piel como en las vías respiratorias.
- Permanentes: el líquido utilizado para dar forma al cabello suele contener tioglicolato de glicerina, que se ha demostrado que produce urticaria y otras alergias por contacto.
- Lacas: son una combinación de resinas, perfumes, propelentes y polivinolpirrolidona, cuya inhalación de manera continuada provoca problemas en las vías respiratorias como asma crónico.
Todas estas sustancias peligrosas se acumulan en el organismo tras un uso continuado y exhaustivo, lo que acaba generando trastornos en la salud del peluquero.
Dermatitis de contacto
Ya sea alérgica o irritativa, la dermatitis es una de las enfermedades ocupacionales más extendida en el sector de la peluquería, manifestándose en distintos niveles en hasta un 20% de los profesionales.
La aparición de esta enfermedad genera continuos picores, erupciones e incluso ampollas cuando la piel entra en contacto con el agente irritante, por lo que suele presentarse en las manos. La única prevención consiste en evitar el contacto, normalmente utilizando guantes plásticos que actúen de barrera entre la piel y el producto, además de una buena hidratación que mantenga las defensas naturales de la piel en perfecto estado.
Enfermedades respiratorias
Las manifestaciones más comunes de problemas en las vías respiratorias son el asma y la rinitis, provocados por la continua inhalación de vapores tóxicos. La hipersensibilidad de las mucosas y la hiperreactividad bronquial causan dificultades al respirar y obstrucciones del flujo aéreo. La irritación puede ser inmediata y transitoria o derivar en un trastorno crónico.
Para evitar al máximo la aparición de estos trastornos, lo ideal es contar con un sistema de ventilación apropiado que evite que el profesional inhale los vapores del producto.
Otras enfermedades que afectan a los peluqueros
Además de las alergias y trastornos irritativos provocados por los productos químicos, pueden surgir otros problemas crónicos durante el ejercicio de la profesión de la peluquería. Por ejemplo, una de las más extendidas es el Síndrome del Túnel Carpiano, que aparece por el movimiento repetitivo de la mano y la muñeca ejerciendo presión sobre un instrumento como las tijeras. Asimismo, pueden aparecer sobrecargas musculares y problemas circulatorios como varices por forzar la postura de pie durante muchas horas.