La testosterona es la hormona sexual responsable del desarrollo de los genitales y caracteres masculinos que, además, posee un efecto antiinflamatorio y antioxidante e interviene en otros procesos fisiológicos que van desde el desarrollo óseo hasta la sexualidad; convirtiéndose en una sustancia elemental para el correcto funcionamiento del cuerpo humano, fundamentalmente en el caso de los hombres, aunque también es importante en las mujeres. Es por ello que, tener bajos niveles de esta hormona, puede llegar a causar efectos adversos entre los que se encuentra la caída del cabello, ya que diversos estudios constatan que la alopecia androgénica se encuentra relacionada con la dihidrotestosterona o DHT, una de las variantes de la testosterona, según explican desde Hospital Capilar, corporación del sector capilar.
“La dihidrotestosterona (DHT) es un andrógeno derivado de la testosterona mediante la acción de una enzima, la 5 alfa reductasa, que se encuentra mayormente presente tanto en la próstata, donde produce la conocida hiperplasia benigna, como en los folículos pilosos, donde va provocando el afinamiento o miniaturización progresiva de los mismos. Por ello, no es la testosterona en sí misma la que provocaría o promovería la calvicie, aunque tras su transformación en DHT, es cuando aparece la alopecia androgénica, sobre todo masculina, a través del proceso de miniaturización por acción de la DHT en la raíz folicular”, explica la doctora Raquel Amaro, de la clínica Hospital Capilar.
De esta forma, la acción de la enzima 5-alfa-reductasa hace que, aproximadamente, el 5% de la testosterona se convierta en DHT, que comienza a circular por el cuerpo afectando al ciclo de crecimiento de los folículos pilosos y haciendo que las membranas del cuero cabelludo se vuelvan rígidas. En consecuencia, la estructura folicular se satura y recibe menos irrigación sanguínea, con nuevos cabellos que nacen más débiles y más finos de lo normal y con un aspecto menos sano; por lo que los folículos acaban atrofiados y el cabello que cae no vuelve a ser reemplazado, dando lugar a la alopecia androgénica o androgenética.
Con el fin de estabilizar esta caída en estos casos, se recomienda optar por tratamientos médicos que eviten que la testosterona se transforme en DHT, que se distinguen entre inhibidores o bloqueadores.Este tipo de alopecia, por su parte, es la patología capilar más frecuente entre los hombres, con un 70% de los varones que la sufren a lo largo de su vida, aunque un 25% de la población femenina también ve alterada su salud capilar en algún momento por este problema. No obstante, a pesar de tener incidencia en ambos sexos, la alopecia androgenética tiene un mecanismo diferente en cada caso, ya que, en los hombres, se debe a una mayor sensibilidad a la acción de la DHT por parte de los receptores andrógenos del folículo piloso, aunque también debe existir una predisposición genética para que el cabello se vea afectado por este tipo de caída. Sin embargo, la doctora Raquel Amaro resalta que, en el caso de las mujeres, “se trata de un proceso multifactorial en el que también puede haber casos de hiperandrogenismo (como sucede con los ovarios poliquísticos), en los que directamente están incrementados los niveles hormonales en sangre. Además, también se manifiesta de forma diferente, ya que, en las mujeres, se produce una pérdida de densidad progresiva en la línea media, mientras que, en los hombres, las zonas más afectadas suelen ser las entradas y la coronilla”.
Cómo frenar los efectos de la dihidrotestosterona en el cabello
Existen otros factores que contribuyen a la aparición de la alopecia androgenética, tales como el estrés, el uso de productos perjudiciales para el pelo, la ingesta de determinados medicamentos, las deficiencias nutricionales o padecer afecciones como diabetes o trastornos en la función tiroidea. No obstante, con el fin de estabilizar esta caída en estos casos, se recomienda optar por tratamientos médicos que eviten que la testosterona se transforme en DHT, que se distinguen entre inhibidores, que disminuyen directamente la producción de esta hormona, o bloqueadores, que impiden el proceso de la unión de la DHT con la enzima 5-alfa-reductasa, evitando la contracción de folículos.
“Estos medicamentos podrán tomarse vía oral o bien mediante inyecciones de mesoterapia en el cuero cabelludo, con el fin de aumentar tanto el crecimiento como el espesor del cabello. La mejor opción suele ser una combinación de diferentes posibilidades y vías de administración, aunque el tratamiento también se podrá complementar con adyuvantes para fortalecer y estimular el crecimiento del pelo, como es el caso del Minoxidil o del Plasma Rico en Plaquetas (PRP), aunque éste no frenaría por sí mismo la acción de la DHT. Es fundamental que cada paciente se ponga en manos de un especialista que estudie el tratamiento farmacológico más acorde a cada caso, dependiendo del tipo de alopecia y del perfil de cada persona a tratar”, concluye la especialista de Hospital Capilar.