Las monarquías europeas son, por antonomasia, tradicionalistas. Reminiscientes de un pasado medieval, en la actualidad se han convertido en instituciones hereditarias del tradicionalismo más anacrónico en los tiempos que ahora corren. Sin embargo, su valor como institución radica en ese mismo tradicionalismo de conservar las cosas tal y como han sido siempre.

Ya que lo nuestro es hablar de peluquería y no debatir cuestiones de Estado, vamos a parafrasear un conocido anuncio de un producto anticaspa: qué es lo que tienen en la cabeza nuestras reinas.
La reina Sofía de España, Isabel II de Inglaterra o Beatriz de Holanda llevan muchos años con el mismo estilo de peinado. Tantos, que es imposible datar por el peinado cualquier foto de estas monarcas. Aunque, sin lugar a dudas, quien se lleva la palma no es otra que nuestra paisana Fabiola Fernanda María de las Victorias Antonia Adelaida de Mora y Aragón.

La reina Fabiola de Bélgica lleva más de medio siglo con el mismo peinado. En concreto desde 1959. Y aunque parezca sorprendente, tiene su estilista particular. El peluquero real Willy Massaer la peinó por primera vez el 7 de febrero de 1969, aunque la reina ya llevaba 10 años con el mismo peinado. Desde entonces ha intentado que la monarca cambie de peinado sin conseguirlo. Según declaraciones de Massaer, a la reina le gusta ese peinado porque es muy práctico y cae con naturalidad. No sabemos muy bien por donde le cae, porque realmente parece muy rígido. El mismo peluquero declara que, aunque no lo parezca, el pelo de Fabiola es 100% natural, que no es peluca ni tampoco es teñido. Eso sí, su peinado no causa furor a sus otras clientas, porque ha declarado que ninguna le ha solicitado el tipo de peinado de la octogenaria reina.

Por suerte, aunque dentro de la discreción, las princesas de las principales casas reales de Europa son más modernas. Dentro de la discreción que sus cargos requieren, Letizia, Mette-Marit de Noruega, Victoria y Magdalena de Suecia o Carlota Casiragui de Mónaco suelen cambiar de look según la solemnidad del acto o evento al que acuden. Kate Middleton de Inglaterra o Mary Donaldson de Dinamarca son, por otra parte, más tradicionales y discretas a la hora de escoger sus peinados.

Sin embargo, parece que a las princesas, cuando llegan a reinas, les entra el pavor y ya no cambian de estilo, no sea que les pase como a la reina Maria Antonieta, que perdió la cabeza por, entre otras muchas razones, sus extravagantes peinados…

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