A veces nos preguntamos porqué tenemos el color de pelo que tenemos. En realidad tenemos ese tono natural a causa de las melaninas, que son los pigmentos responsables del color del cabello, y son producidas por los melanocitos de la matriz.
El pigmento tanto de la piel como del cabello se divide en dos grandes grupos de melanina cuya combinación determina el color de nuestro cabello. La eumelanina es negra y marrón, mientras que la feomelanina es roja. El aumento de eumelanina es la que determina su tonalidad oscura. Si tenemos una gran cantidad de eumelanina negra, nuestro cabello será negro, mientras que si tenemos poca concentración de ella, nuestro pelo será gris. Del mismo modo, si nuestro cabello tiene una gran cantidad de eumelanina marrón, nuestro color será marrón, pero si es baja la cantidad, el pelo será rubio.
Además de determinar el color del pelo, la melanina tiene otras funciones como la de bloquear los rayos ultravioletas solares, evitando dañar las celulas expuestas a la luz. Cuanta más cantidad de eumelanina se tenga, más protección tendrá nuestra piel.
El pelo rojo es el color más raro de pelo natural en los seres humanos. La piel pálida asociada a estos individuos pudo haber sido ventajosa en su momento, cuando habitaban en zonas norteñas con climas de luz escasa, ya que según estudios de Bodmer y Cavalli-Sforza (1976), la ligera pigmentación de la piel previene el raquitismo en latitudes frías mediante la producción de mayores niveles de Vitamina D. Sin embargo, debido a las migraciones y al calentamiento global de la tierra, ser pelirrojo en zonas de mucho sol puede traer consigo problemas de piel.
El pelo rojo, una discromía
Cualquier alteración en el color del cabello se conoce como discromía y puede deberse a coloraciones o decoloraciones. En el caso de los pelirrojos, esta discromía de coloración se denomina rutilismo.
Su origen es congénito y es una discromía poco frecuente, y por ello algunos la consideran una alteración. Su bioquímica fue descubierta en 1997 y se asocia al receptor de la melancortina-1 (MC1R), ya que todos los pelirrojos presentan variantes en la región MC1R del cromosoma 16.
La Melancortina 1 Receptor (MC1R) se encuentra en la membrana de los melanocitos y se une a la MSH u Hormona Estimuladora de los Melanocitos para sintetizar eumelanina. Por tanto, trabaja controlando el tipo de melanina que se produce. Cuando por algún motivo la MSH no se puede unir al MC1R, y por tanto no se puede producir eumelanina, el MC1R sintetiza feomelanina. Es decir, que se genera feomelanina por defecto en vez de producir eumelanina.
Al ser un gen el causante de la mutación de la MC1R, la existencia de personas pelirrojas se debe a cuestiones genéticas, ya que si alguien tiene cuatro o cinco cambios frecuentes en el gen responsable de la producción de pelo rojo, y este cambio se encuentra en ambos cromosomas mutados de la misma forma, es probable que tenga el pelo rojo, ya que hereda dos copias de cada gen (uno del padre y otro de la madre).
Se cree que el gen recesivo asociado al rutilismo tendría una antigüedad de entre 50.000 y 100.000 años. Una investigación de la Universidad de Oxford afirma que el rutilismo proviene de los neandertales, ya que han encontrado la existencia de una mutación en el gen MC1R en varios fósiles.
Sensibilidad a flor de piel
Se ha demostrado que el pigmento rojo no es un filtro adecuado de la luz del sol, ya que la feomelanina es menos capaz de responder frente a los rayos ultravioletas. Por ello, las personas pelirrojas suelen tener la piel muy clara y con mucha presencia de pecas, siendo susceptibles a las consecuencias negativas del sol, como cáncer de piel, manchas, quemaduras de sol o arrugas.
En recientes investigaciones también se ha demostrado que el gen receptor MC1R influye en la sensibilidad de una persona ante el dolor y tienden a responder menos a los inhibidores locales del dolor, por lo cual necesitan dosis mayores de anestesia (alrededor de un 20% más) que aquellos con otro color capilar.