Tras la celebración del Día Internacional de la Peluquería este pasado fin de semana, y antes de la nueva reunión del día 9 de septiembre de la Mesa de Diálogo Social donde se retomará la negociación de la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas, el sector de la imagen personal, conformado en su mayoría por pymes y pequeñas empresarias autónomos/as, muestra su gran preocupación por los efectos que pueda tener esta medida.

El sector cada vez más autonomizado y empequeñecido está conformado por un 83,60% de autónomos/as y atraviesa una situación crítica con una caída acumulada de facturación en los últimos cuatro años en toda España.

Por ello, la Alianza Empresarial por la Bajada del IVA, las principales patronales nacionales, autonómicas y locales como ANEIP, FANAE, ANEPE-IMPE, FEDCAT, EIPEF y la plataforma de imagen personal Creer en Nosotros, alertan de que esta medida representará un incremento de los costes salariales directos del 2,6%.

Si además se suma el incremento salarial acordado en el convenio colectivo firmado recientemente que es del 5%, el aumento de los costes salariales anuales se iría por encima de 7%.

En términos económicos anuales, solo la nueva jornada de 37,5 horas, supone al sector 94.050.000 euros, o lo que es lo mismo, 940,50 euros de media por cada autónomo del sector, o 784 euros por cada trabajador contratado.

Esto representará en cierta manera una “esclavitud del autónomo del sector” ya que su jornada media tendrá que incrementarse en la misma proporción de horas que dejan de hacer sus trabajadores si quiere intentar mantener la facturación como ya pasó cuando se redujo la jornada hace años. En aquel momento, los autónomos-empresarios alcanzaron la media de 52 horas semanales de trabajo. Ahora, las horas de trabajo llegarán con esta nueva reducción a las 53,5 horas semanales.

Las peluquerías, barberías y salones de estética personal alertan de que una medida como la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas representará un incremento de los costes salariales directos del 2,6%.

Es decir, generará una esclavitud encubierta de las autónomas y autónomos del sector dada la imposibilidad de un incremento de los precios debido al intrusismo, a la competencia desleal y la imparable reducción de la frecuencia de uso de estos servicios.

Esta nueva reducción de la jornada laboral debería implementarse a través de la negociación y los convenios colectivos, de acuerdo con la especificidad de cada sector.

Si ya era crítica la situación de las pymes y autónomos del sector con la gran carga fiscal que representa mantener aun el IVA al 21% para un servicio considerado esencial, esta nueva medida facilitará la destrucción de empleo en el sector provocando una autonomización acelerada y el consiguiente descenso en la recaudación del Estado de las cotizaciones de la Seguridad Social a largo plazo.

Además, en este próximo mes de septiembre que retomará también la negociación de los Presupuestos Generales del Estado del 2025, debe ser el momento en el que se incluya la restitución del IVA reducido a la imagen personal que las pymes y autónomos/as llevan reclamando desde hace ya 12 años cuando se estableció esta medida que iba a ser “temporal” a un sector declarado esencial, y que actualmente cuenta con el apoyo de todas las fuerzas políticas representadas en el Congreso y el Senado con la única excepción del PSOE.









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