Los millennials, y especialmente los hípsters, han puesto de moda las barbas y los bigotes, relegados durante años. Es más: el vello facial masculino ya no es sinónimo de desaliño ni de descuido. A nivel social, ya no está mal visto saltarse el afeitado. No obstante, esta tendencia también tiene repercusiones negativas para algunos fabricantes vinculados al grooming masculino. Como la industria del afeitado, obligada a reinventarse para no perder clientela ni cuota de mercado.

Los hombres se afeitan menos

La media de veces que los hombres se afeitan al mes ha pasado de 3,7 a 3,2 durante los últimos 10 años, hábitos que influyen en la producción de navajas y maquinillas de afeitar, tal y como explican desde la firma Gillette. Las ventas de estos productos descendieron el 5,1% durante el pasado mes de junio, respecto del mismo periodo del año 2017. Esta menor frecuencia del afeitado, sobre todo entre los hombres de menos de 45 años, provoca reajustes estratégicos entre los fabricantes de estos productos.

El hombre de hoy en día se corta el pelo y cuida el bigote y la barba en su barbería de confianza, además de apuntarse a todo tipo de tratamientos faciales y capilares.

Desde hace meses, Gillette ha redirigido su estrategia de negocio y ha tomado una serie de decisiones al respecto. En primer lugar, la firma ha rebajado los precios de sus artículos para afeitado un 12%. En segundo lugar, la marca ha focalizado sus esfuerzos en herramientas que conservan el vello facial, como los perfiladores de barba.

La estadounidense Edgewell Personal Care, propietaria de marcas como Edge, Schick, Personna y Wilkinson Sword, apuesta cada vez más por el comercio electrónico y aprovecha para relanzar su marca Schick Hydro, de maquinillas desechables con algunos modelos también para el público femenino.

Las barberías, un negocio al alza

Como ya hemos comentado, las barberías viven un momento dulce y han permitido recuperar un espacio exclusivo de cuidado masculino. El hombre de hoy en día se corta el pelo y cuida el bigote y la barba en su barbería de confianza, además de apuntarse a todo tipo de tratamientos faciales y capilares. Las técnicas y los servicios de toda la vida regresan, porque lo vintage se ha ganado el interés del cliente masculino, tal y como explican desde el certamen EBIO, el principal de la industria de belleza en México.









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