La generación ZY comprende a los individuos Y, nacidos entre 1980 y 1993, y los Z, nacidos entre 1993-2010. Una población menos narcisista y con mayor conciencia social, convertida en el objetivo de toda marca y empresa con perspectivas de futuro.
Hoy en día, los ZY aseguran la renovación sana de una clientela envejecida y fiel, aunque poco rentable para el salón. En este sentido, se ha pasado de clientes conservadores a otros camaleónicos, imprescindibles y en constante evolución. Individuos muy exigentes, a los que no les importa pagar más a cambio de un servicio y atención premium.
Las cadenas low cost han mimado a los ZY desde su infancia. El concepto lujo estaba sobrevalorado hasta que cadenas como Zara y H&M incorporaron a diseñadores de alta costura a sus colecciones. De este modo, los conceptos low cost y lujo se fusionaron en uno solo. Y surgió lo premium, condición obligada para adquirir un producto o servicio hoy en día.
Una generación exigente, difícil de fidelizar
Los ZY son muy difíciles de captar ya que han abolido viejas creencias. Llegaron a este mundo sin carencias, teniéndolo todo. Sus padres los convirtieron en pequeños príncipes ya desde la cuna. Nada les ha sido negado o prohibido. Para los expertos en marketing, los ZY, con un promedio de edades entre los 15 y los 35 años, son muy difíciles de satisfacer. Esto se debe a que han transformado los conceptos de lujo y low cost. Para estos individuos, todo debe ser premium. Ante un producto, servicio o tratamiento que no responda a sus expectativas, manifiestan un claro rechazo.
La generación ZY, es un público joven que no se contenta con cualquier cosa. Son muy exigentes y no les importa pagar más a cambio de un servicio y atención 'premium'.¿Cómo impactar a este segmento?
Esta generación ama las marcas con una historia que contar, ya fuere a la hora de cortar, colorear o peinar. Sin embargo, esta no es la única condición para ganar su aceptación. Es necesario tener cosas que decir, ser un experto en los temas, y saber interactuar. Básicamente, que público y marca "estén en la misma onda". La parte técnica no juega el rol principal. Del savoir faire (saber hacer) se ha pasado al savoir être (saber estar). Este último es el que marca la diferencia.
Los ZY no se obsesionan con el precio. Ellos quieren servicios premium, sin tener que pagar en demasía. De ahí que las cadenas low cost tropiecen con serias dificultades para lidiar con esta clientela, tan exigente como cualquier consumidor de artículos de lujo. El mundo digital, las liquidaciones, los descuentos y las rebajas han moldeado a un público joven que no se contenta con cualquier cosa. El concepto lujo está sobreexplotado y anticuado.
¿Qué se entiende por premium?
Sin duda, es la fusión de un estilo prêt-à-porter combinado con algún detalle lujoso. Los ZY brindan su apoyo a todo aquello que es diferente, singular y escaso. Una generación en búsqueda constante de nuevas experiencias, por lo que son difíciles de satisfacer.
Los ZY lo quiere todo a la vez, es difícil de contentar, pero sin duda es el perfil de cliente de los próximos años.Estos consumidores aman los productos y servicios útiles pero que despierten también su lado emotivo. El concepto premium es la conjunción de ambos requisitos. Además, detestan esperar. En general, gozan de más tiempo libre que las generaciones precedentes, aunque lo llenan con un mayor número de actividades.
Los posicionamientos de mercado tipo low cost o lujo han generado numerosas ganancias durante décadas. El premium engloba los posicionamientos mencionados en uno solo, junto a un nivel de exigencia y de satisfacción superiores por parte de los ZY. Un segmento que lo quiere todo a la vez, difícil de contentar, pero sin duda el perfil de cliente de los próximos años.