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Las grandes ciudades son y han sido el entorno en el que en las últimas centurias han surgido transformaciones y avances transcendentales que han hecho evolucionar las diferentes sociedades. O eso al menos, había sido así hasta que llegara la pandemia del Covid-19.

De hecho, acontecía de tal forma porque las multitudinarias urbes conseguían agrupar de forma multidisciplinar el talento, convirtiéndose en un lugar de encuentro para mentes inquietas y creativas que se retroalimentaban e inspiraban mutuamente hasta hacer de ese lugar un punto de partida hacia algo nuevo.

Por eso, en muchas ocasiones asociamos la ciudad a oportunidad de éxito profesional, a la posibilidad masiva de poder relacionarnos y promocionarnos. Las grandes ciudades son, o así habían sido, en definitiva, un generador y propulsor de ideas, un espacio dinámico de formación, las cuales captan el talento hasta hacerlo suyo y expandirlo.

Sin embargo, eso no significa que las oportunidades solo se den en entornos urbanos.

¿Qué ocurre con la España vaciada? Esa que de tan vacía ahora centra las miradas, en pandemia para llenarla huyendo del coronavirus.

Qué ocurre y qué ocurría antes de la crisis sanitaria.

En la España vaciada, la peluquería también existe y escribe grandes capítulos de su historia

Vamos a trazar el itinerario por esas que no son grandes urbes, sino ciudades más pequeñas, poblaciones sin habitantes millonarios en número, donde la peluquería, por supuesto, también existe.

Tal y como señala Anna Barroca, directora del salón que lleva su propio nombre, en la coqueta y viajera Andorra la Vella: "En mi caso, la confianza en mí y en mi proyecto ha sido fundamental para cumplir mi sueño. Si empiezas a trabajar con limitaciones en tu mente, seguro que no vas a llegar muy lejos. Todos podemos pensar que nuestro salón en ciudades como Madrid o Barcelona arrasaría, pero lo que yo creo es que los peluqueros creativos y de autor conseguimos dinamizar nuestro entorno más cercano, lo revalorizamos, en vez de esperar a que la gran ciudad lo haga con nosotros por el simple hecho de estar ahí. Conseguirlo fuera de los grandes centros de poder tiene mucho más mérito y tiene como premio añadido que hace sentir a la gente de tu entorno geográfico orgullosa, no solo de ti, también les haces sentir orgullosos a ellos. Tu trabajo tiene un impacto muy positivo en tu pueblo, en tu región, le da prestigio".

El sello de autor, tu prestigio y lo que hace tener clientela de fuera

A Olga García la encontramos en Cabezón de Pisuerga (Valladolid), dirigiendo las riendas de Olga García Estilistas. Cabezón de Pisuerga es un precioso municipio de solera con cerca de 3.700 habitantes, lo que no le ha impedido a Olga crear colecciones creativas y optar a los premios más prestigiosos de nuestro país: "Ser de un pueblo pequeño como el mío y lejos de cualquier gran ciudad no me ha acomplejado para vivir mi gran pasión, la peluquería, de la forma en que lo he hecho, con mucha libertad, tal y como yo quería. Trabajar en un entorno reducido me ha servido para darme más alas y sentirme más libre, con menos presión".

Esto demuestra la importancia de crear una marca personal y desarrollar una carrera con una fuerte impronta de autenticidad, personalidad y honestidad. Tanta que incluso logra atraer a un público capaz de recorrer kilómetros, entre provincias, para poder disfrutar de la experiencia única que un peluquero o peluquera crea en el salón que dirige y encumbra.

El lujo también existe en la España vaciada, el pueblo o la pequeña ciudad

Lo cual por otro lado, sucede con otras industrias, caso de la hostelería. Con la peluquería no es distinto si lo que se ofrece es totalmente diferenciador. Al público le gusta descubrir el talento y lo que es innovador. Así lo cree Charo García, directora de Salón Ilitia en Valsameda (Vizcaya): "La peluquería es una relación de confianza, de relaciones personales, así la entiendo yo. Se trata de crear una comunidad y siempre es más fácil en entornos en los que es posible entablar esta relación de una forma más tranquila y duradera. No creo haber perdido oportunidades por no tener un salón en ciudades como Vitoria o Bilbao. No todo el mundo quiere trasladarse a las grandes ciudades y sí creo que hay un espacio para ofrecer una peluquería de calidad en entornos rurales. Por estar en una gran ciudad no se presupone que el servicio es mejor y viceversa. Aquí lo importante no es donde estás, sino lo que haces, porque si lo haces bien, a la clientela no le importa desplazarse".

Hemos de ser precisos y tener claro que tanto el sello de autor, como el lujo, su concepto y cuño, no tienen por qué estar cobijados ambos y de modo obligado en las grandes capitales y ciudades del mundo. El lujo, en concreto, también puede estar cerca de casa y lejos de lo masificado.

En un mundo digitalizado, las distancias desaparecen

Otro de los elementos que acercan territorios y dan visibilidad son las redes sociales y lo digital, internet ha democratizado la difusión de contenido, también facilita el acceso a información, tendencias y es muy sencillo inspirarse e inspirar. Independientemente desde donde lo hagas, lo importante es lo que haces. "Nosotros trabajamos desde una ciudad pequeña, Logroño, y nunca nos hemos sentido perjudicados a la hora de que se vea reconocido nuestro esfuerzo. Somos peluqueros creativos y en un mundo globalizado, no hay distancias. Trabajar desde aquí no nos ha impedido que nuestras colecciones viajaran por el mundo o que seamos miembros creativos de una gran marca. No hay límites y no echamos de menos estar una ciudad más grande, la competencia también lo es, y aquí trabajamos la excelencia sin prisas", afirman y rubrican Eva González y José Salvador, directores de Makeover en Logroño.

Porque la España vaciada en peluquería también existe y es mucho más influyente, y lo va a ser a partir de ahora, de lo que pensamos.