La muestra, realizada en colaboración con L'Oréal España, efectúa un recorrido científico y cultural sobre el concepto de belleza a lo largo de la Historia. La Belleza: una búsqueda sin fin invita también a la reflexión en torno al concepto ideal de belleza. Y, por supuesto, el uso y transformación del cuerpo humano para reflejar dicha idea a través de tintes, peinados, cosméticos, ornamentos o indumentaria.

El Museo de la Evolución Humana, en Burgos, alberga esta exposición que exhibe más de un centenar de piezas de diversas procedencias distribuidas en seis ámbitos diferentes. 'La naturaleza de la belleza', 'Fascinación por la belleza', 'Generación de la toilette', 'Belleza, poder y cotidianeidad', 'Luces, cámara, acción' y 'Belleza: Ciencia y futuro'. Entre los objetos expuestos se pueden ver iconos singulares representativos de diversas culturas como los bifaces (primeras herramientas prehistóricas) fabricados por el Homo ergaster, los collares egipcios o las diademas romanas. Asimismo, llaman la atención las piezas del Museo de Historia de la Peluquería Raffel Pagés, las de Roger & Gallet o la Joya del Silo, un brazalete de oro de la Edad de Bronce encontrado en Atapuerca.

Cosméticos, peinados de época y toilettes

En la planta 1ª del museo burgalés también se ha acondicionado un espacio en torno al uso de la cosmética y de los pigmentos singulares empleados por diversas culturas, a lo largo de los años. El visitante descubre, además, una selección de monumentales estilos de peinado de la época de Enrique IV. En el siglo XIX se fabricaría la primera agua de colonia. El primer tinte sintético del cabello se conocería a principios del siglo XX.

La belleza: una búsqueda sin fin cerrará sus puertas el próximo 12 de enero. Hasta entonces, el público podrá comprobar cómo el ser humano transforma su cuerpo a fin de adecuarlo a los dictados de la moda. Y cómo esta transformación expresa su estatus dentro de su entorno.

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