Como un chorro de aire imperioso dispuesto y centrado en inspirar para lograr convertirse tanto en empresario como estilista de la peluquería con todas las letras, hace su entrada José Luis de las Heras. Peluquero desde siempre que hoy puede presumir y disfruta de tener cadena propia, haber creado centenares de puestos de trabajo y de, además de ser creativo, comprometido con las tendencias y artista, lanzar -de hecho lo acaba de hacer-, su propia línea de cosméticos para el cuidado del cabello.
José Luis de las Heras, desde las islas Canarias, responde hoy a nuestras preguntas en una entrevista intensa y profunda, que cruza el estrecho y se instala en la península. Lo suyo no hace más que crecer, con Academia propia y salto a Madrid, sin perder de vista otras ciudades españolas donde también quiere dar cabida y apertura a sus salones, donde prima la atención al cliente basada en el método de la excelencia y la experiencia.
JLH, así es conocido por sus siglas y sello, tiene mucho que decir acerca de la industria y así nos lo cuenta.
Soy un emprendedor nato, siempre con un proyecto en mente, con un sueño por delante que cumplir. Y mi meta fue siempre tener mi propio salón, mi propia cadena, mi propio método educativo y academia.
Beauty Market: ¿Por qué peluquero?
José Luis de las Heras: Yo creo que fue el destino, empecé muy muy jovencito, a los 14 años como aprendiz con Carlos Galico, un maravilloso peluquero español que después de ser director artístico durante muchos años en Vidal Sassoon en Londres se instaló en Madrid. Carlos apostaba por una formación muy técnica centrada en los cortes de graduación y en la excelencia del servicio al cliente. Me cautivó este mundo, lo vi como una oportunidad de hacer carrera y fui a por ello. Posteriormente estuve más de 12 años en Llongueras, donde mi pasión por la parte artística de la peluquería se desarrolló aún más gracias a las colaboraciones en las creaciones del equipo creativo de la mano de Lluis y Enrique, a los que admiraba, admiro muchísimo.
B.M.: José Luis, desde el principio, muy en contacto con el mundo de la belleza, la moda, las pasarelas...
J.L.H.: Mis años en Llongueras fueron decisivos, pues tuve la suerte de estar en esta prestigiosa cadena en los mejores años del sector de la peluquería en España. En ese momento estaba muy inserto en todo lo creativo y también disfruté de la suerte para que contaran conmigo para la edición y elaboración de numerosas colecciones, desfiles, trabajos de backstage para televisión, editoriales de moda y las grandes pasarelas, incluidos certámenes de 'misses'. Y, además, lo pude combinar con otra de mis grandes pasiones: la fotografía. Esto me dio la oportunidad de peinar y fotografiar a personajes como Penélope Cruz (incluso se añadieron algunas de mis fotos a su book), que ya en sus primeros años denotaba esa luz especial que le ha catapultado como nuestra actriz de mayor reconocimiento internacional y le ha hecho ser la imagen de marcas tan prestigiosas como Channel.
B.M. ¿En qué momento apuestas por convertirte en empresario?
J.L.H.: A medida que avanzaba en la parte artística, me fue dando cada vez más curiosidad la parte empresarial, el tener mi propio salón, mis propias marcas, mi propio centro técnico o academia… Y además, estaba en la empresa idónea para avivar esas inquietudes, pues el crecimiento de Llongueras en aquella época a nivel mundial fue exponencial. Así pues, poco a poco fui moviéndome por diversos salones según las oportunidades que me brindó la empres hasta que llegué a Canarias, me enamoré de las islas y vi una gran oportunidad en ellas para iniciar mi sueño: empezar mi propia cadena. Era el lugar idóneo para emprender ya que era un lugar aún no saturado con otras cadenas y fue en este paraíso subtropical donde comencé una aventura empresarial en la que llevo inmerso ya casi 30 años.
B.M.: ¿Cuántos salones tiene en la actualidad?
J.L.H.: 36 salones de peluquería y una academia. Tengo dos marcas, Biondi Peluquerías, mi proyecto más antiguo y muy asentado en las islas, y JLH Peluquerías, mi marca de autor que lleva mis iniciales y que da nombre también a nuestra Academia o Centro Técnico. Esta última es con la que he dado el salto a Madrid hace unos años, ciudad que me vio nacer y donde me enamoré de la peluquería hace más de 40 años. Lo que suele sorprender más cuando cuento mi historia es que ninguno de estos salones son franquicias, y son todos y cada uno de ellos de gestión propia.
El corte siempre fue mi especialidad, mi trabajo técnico favorito. Me encantaba, tras un análisis de visagismo aconsejar a mi cliente sobre el corte que acorde a las tendencias más le iba a favorecer según su rostro y sus rasgos faciales.
B.M.: ¿Cómo se consigue dirigir y mantener una marca de tal magnitud?
J.L.H.: Tengo mucho ayuda de un gran equipo, ¡un equipazo!, incluidos a varios de mis hermanos, que velan porque se respeten las mismas premisas en todos los salones de calidad y servicio, y además desde hace unos años, tengo la suerte de contar con la ayuda de mi hija Fayna, que es quien gestiona al personal, el desarrollo de marca y la expansión de la empresa.
B.M.: Una cadena en expansión, no solo en número, sino territorialmente, de Canarias a Madrid, ¿cómo se pega el salto?
J.L.H.: Soy un enamorado de Canarias, tierra a la que le debo mucho, y además soy padre de dos niñas canarias, pero soy madrileño y siempre he llevado la tierra de mi niñez en mi corazón, por lo que seguir con mi proyecto en la península, empezando por Madrid, siempre estuvo en el plan. Lo llevé a cabo cuando vi que la oportunidad era factible y ya estaba
totalmente asentado en Canarias, fue hace unos 4 años cuando dimos el salto, y espero a circunstancias mejores para poder seguir abriendo salones tanto en Madrid como en otras ciudades de la península, como por ejemplo Barcelona, donde también viví y ciudad que me encanta.
B.M.: ¿La peluquería de las islas es distinta a la de la península?
J.L.H.: Muy diferente, especialmente hoy en día donde hay una saturación del mercado en la península, el desarrollo de las llamadas peluquerías “low cost” y, principalmente, la subida impositiva en nuestro sector, un 21% de IVA sobre los servicios de peluquería que dificulta mucho la sostenibilidad de los salones. En Canarias, con un 7% de Igic y en donde emprendí en el momento adecuado, da un margen de maniobra mucho mayor. La mujer canaria además es asidua a las visitas semanales al salón, como me ocurría a mí con mis clientas de Llongueras en Madrid. Esta costumbre en la península se ha ido perdiendo, ya que se han ido espaciando mucho en el tiempo las visitas al salón.
B.M.: JLH también tiene su propia línea cosmética, ¡cuéntanos!
J.L.H.: Este era otro reto personal que me apetecía mucho, pero tardé varios años en lanzarme ya que estaba en búsqueda de un principio activo que me enamorara, que tuviera todos los beneficios capilares que deseaba ofrecer en mi línea capilar: hidratación, nutrición, regeneración de la fibra; aportar brillo y luminosidad; luchar contra el envejecimiento prematuro del cabello no sólo provocado por la edad sino por todos los servicios técnicos a los que lo sometemos como las decoloraciones, el tinte, los alisados, etc. Cuando descubrí el poder regenerador de las células madres como activo cosmético, pensé: ¿Por qué no probar su efectividad en el cabello?
Nuestros estilistas y esteticistas voluntarios se han involucrado en acciones y proyectos que hagan sentir a nuestros mayores mejor con su imagen y su autoestima, pero sobre todo llevarles alegría y compañía
B.M.: ¿Cuánto tardaste en elaborar esta línea?
J.L.H.: Tras varios meses, bueno, más de un año testando la efectividad de diferentes fórmulas combinadas con otros principios activos como aceites naturales esenciales y oligoelementos, dimos con los resultados buscados y sin necesidad de utilizar ningún ingrediente de procedencia animal. Sí, me enamoré del efecto regenerador de las células madres, pero a toda costa quería utilizar las de procedencia vegetal, ya que mi objetivo era crear una línea de productos 100% vegana y cruelty free, lo que nos llevó a probar infinidad de variantes de extractos de células madres vegetales, hasta que dimos con el increíble potencial de las extraídas de una peculiar especie de manzana de origen suizo (“Uttwiler Spátlauber”) que son de agricultura ecológica y que además se cultivan de forma totalmente sostenible: las manzanas permanecen en su plantación, sin necesidad de ser removidas, protegiendo así todo sus recursos naturales. En la actualidad, la utilización de este activo es considerado como uno de los últimos avances tecnológicos más destacados en la cosmética que busca la regeneración y reparación como principal objetivo.
B.M.: Además, y siguiendo tus orígenes, JLH y equipo son asiduos a los backstages de las pasarelas de moda, entre otras. ¿Cómo se llega a abarcar tanto y tan bien?
J.L.H.: Siempre fui un apasionado de la parte artística de la peluquería, que puede brillar con luz propia y en su máximo apogeo en colecciones propias, pero también gracias a ir de la mano de la moda en pasarelas y reportajes o portadas de revistas. Lo que siempre me ha hecho disfrutar más en mi profesión es la adrenalina del backstage en pasarelas, donde los cambios de look 360º debían ser en tiempo récord, pero sin desatender la perfección que exigían los diseñadores y los directores de pasarela. Así, siempre he querido que nuestros estilistas disfruten lo máximo de su profesión en todas sus facetas, y la participación en este tipo de eventos como los Bridal, la prestigiosa pasarela Swimwear Fashion Week by Moda Cálida (producida por ESMA e Ifema) así como para algunas publicaciones como Instyle, Marie Claire, Mujer Hoy, Cosmopolitan etc., son un premio para ellos, como lo era, lo es para mí, un aliciente, una forma en fin de seguir enamorados de nuestra profesión.
B.M.: ¿Qué parte del éxito pertenece y en qué medida al equipo?
J.L.H.: Todo. Un buen equipo es la base fundamental del éxito de cualquier proyecto. Tú solo puedes conseguir cosas, pero con el equipo adecuado… ¡Los límites no existen!, aunque cueste conseguirlos. Soy muy exigente en cuanto a las personas que incluyo en mi equipo de estilistas, especialmente a día de hoy, donde se ha perdido un poco la pasión por la peluquería y no todos los que acaban siendo estilistas es por el amor que puedan sentir por su profesión. Es mi mayor reto que todos nuestros estilistas sean apasionados por el mundo de la peluquería, la pasión por lo que haces lo cambia todo. Nuestra empresa sin nuestros estilistas, su labor, profesionalidad y pasión no habría llegado a lo que hemos conseguido. Juntos.
B.M.: Equipo a todos los niveles.
J.L.H.: Sí, además del equipo artístico y de los salones, hay un equipo humano detrás de la oficina, el almacén, las gestión; RRHH, marketing, etc., cuya increíble labor no puedo dejar de agradecer a diario, porque facilitan que todos nuestros salones y todos nuestros estilistas tengan todo lo necesario para disfrutar de lo que hacen y darle el mejor servicio posible a nuestra clientela. Como te decía, tres de mis hermanos trabajan conmigo y su ayuda en nuestro rápido crecimiento ha sido fundamental para mí, así como la labor de mi hija, que poco a poco ha ido tomando el relevo en todas mis funciones y ha sido crucial en el lanzamiento de nuestra marca propia y en el desarrollo de nuestros salones de autor.
Nosotros estamos dispuestos a luchar para poder seguir manteniendo los más de 300 puestos de trabajo que da nuestra empresa.
B.M.: ¿Qué es un equipo, un team de peluquería?
J.L.H.: Un equipo de peluquería es un grupo de estilistas cohesionados, que centran su trabajo en la satisfacción del cliente, que les apasiona lo que hacen, que se mantiene al día de las últimas tendencias y tecnologías aplicables en su profesión. Que busca la sonrisa de cada cliente al salir por la puerta. Mi equipo o mi team lucha por reposicionar el sector de la peluquería, trabaja día a día por devolverle a nuestra profesión todo su esplendor.
B.M.: Lo más difícil de aquí hasta ahora, independientemente del Covid.
J.L.H.: La búsqueda del personal adecuado y la situación actual de la peluquería o la valoración del sector. En mi época, los estilistas eran invitados a tertulias en televisión, programas de moda o imagen... Eran artistas, y se les consideraba como tales. Hoy en día se ha perdido ese aprecio por el estilista y se exigen trabajos técnicos complicadísimos a precios que no cubren ni el coste del servicio. Esa mentalidad, propiciada por el surgimiento de las peluquerías low cost y el fast fashion ha hecho mucho daño a nuestro sector.
B.M.: ¿La peluquería entonces y en tu opinión ha sufrido una involución?
J.L.H.: La peluquería ha sufrido sí, una evolución a la inversa de lo que ha ocurrido con el sector hostelero, hemos elevado a los cocineros a Chef -ascenso muy merecido, pues soy un confeso amante del sector culinario-, pero nosotros hemos dado un paso atrás. La consideración del estilista-peluquero como artista del cabello, así como al Chef se le considera un artista culinario, ha descendido preocupantemente y eso dificulta el valor que le da la clientela a nuestro trabajo y profesión. La peluquería es un oficio que requiere mucha formación y práctica, y para su correcto desarrollo y un servicio de excelencia como el que se merece el cliente, además del resultado deseado sin dañar su cabello, se requiere la utilización de productos de la calidad adecuada y dedicarle a cada trabajo el tiempo apropiado. Esto se traduce en asumir además unos costes que permitan que se puedan cumplir esos objetivos. Y algunos clientes, desafortunadamente, han dejado de valorar correctamente todas estas implicaciones. Soy el primero que opina que la belleza no debe ser elitista, y debe estar al alcance de todos, pero regalar los precios, o hacer competencia desleal apoyada por la evasión de impuestos o la inadecuada contratación de personal para devaluar cada vez más la peluquería, eso no le hace bien a nadie.
B.M.: Imposible no tocar la crisis de la Covid-19, ¿cómo lo ha vivido la marca y tus salones?
J.L.H.: Obviamente hemos sufrido las consecuencias de esta crisis sanitaria, económica y social sin precedentes en el mundo moderno, especialmente más dura en Península que en Canarias en lo que respecta a número de contagios y fallecidos, pero igual de dura en el ámbito socio-económico. Nos costó mucho que nos incluyeran en las ayudas iniciales, cuando se nos dejó desamparados alegando que éramos un servicio esencial pero con impuestos de servicio de lujo. Y aún a día de hoy, la limitación de aforos, los confinamientos parciales, la cancelación de los eventos sociales que afectan a la demanda de nuestros servicios como cenas de empresa, eventos festivos, bodas, comuniones, bautizos, etc., ha repercutido indudablemente en una caída de la facturación sin precedentes. Es un orgullo para nosotros que a día de hoy hayamos logrado mantenernos a flote sin realizar ni un solo despido, pero si nos siguen dejando de lado e ignorando las ayudas que necesitamos, como ocurre con otras centenas de sectores muy perjudicados, nos veremos obligados a tomar medidas más drásticas.
Un equipo de peluquería es un grupo de estilistas cohesionados, que centran su trabajo en la satisfacción del cliente, que les apasiona lo que hacen, que se mantiene al día de las últimas tendencias y tecnologías aplicables en su profesión.
B.M.: ¿La principal reivindicación en estos momentos, la bajada del IVA?
J.L.H.: Sí, mi principal reivindicación es, como la de todo el sector, la bajada impositiva del IVA y el IGIC del tipo general al reducido (del 21% al 10%, y del 7% al 3% respectivamente) y un apoyo extra por el elevado incremento de gastos en productos, EPIs e inversiones varias en aras a proteger la salud de nuestros trabajadores y clientes y evitar los contagios. Es increíble que nosotros sí facilitemos las mascarillas de los empleados para su jornada laboral y que los profesores de las instituciones educativas públicas se tengan que comprar sus propias mascarillas. Hay mucha incongruencia y mucha desigualdad en ayudas y apoyos y reparto de responsabilidades.
B.M.: Vuestra empresa también tiene una Asociación Benéfica. Cuéntanos un poco más.
J.L.H.: Desde finales del año 2018 tenemos en marcha este precioso proyecto dentro del Grupo Heras al que le hemos puesto mucho cariño y de cuyas primeras acciones y proyectos solidarios estamos muy orgullosos, aunque hay mucho por hacer y mucho más por aportar. Nuestra Asociación Benéfica Grupo Heras surgió para intentar llenar un vacío social y moral con nuestros mayores, con los que considero estamos eternamente en deuda, y también con todas esas personas que por diferentes circunstancias han pasado por ciertas experiencias que han podido dañar su autoestima o estén en situación de exclusión social. Es por ello por lo que, partiendo de la base que desde cualquier profesión se puede aportar a la sociedad, nuestros estilistas y esteticistas voluntarios se han involucrado en acciones y proyectos que hagan sentir a nuestros mayores mejor con su imagen y su autoestima, pero sobre todo llevarles alegría y compañía, ya que mientras les cortamos el pelo o les arreglamos las uñas, podemos darles conversación, positividad y cariño. Nuestras principales colaboraciones son con residencias, asilos y hospitales pues es en donde más vulnerables se sienten nuestros mayores y donde más van a valorar salir de su rutina, el tener un detalle con ellos y que se sientan acompañados y visitados.
B.M.: ¿La pandemia también ha afectado a vuestra labor solidaria?
J.L.H.: Sí, desafortunadamente, desde el inicio de la pandemia tuvimos que suspender todas estas actividades precisamente para proteger la salud de nuestros mayores y evitar posibles contagios. Es por ello por lo que, desde nuestra humilde posición, pero con las mejores intenciones, nuestra Asociación ha querido ir más allá y englobar a todos los posibles proyectos en donde nuestros salones, estilistas y esteticistas puedan aportar su granito de arena para la sociedad en estos difíciles momentos.
B.M.: JLH también colabora con otras entidades y asociaciones implicadas directamente con la defensa se la mujer o la atención a enfermos.
J.L.H.: Sí, algunos ejemplos de otros proyectos es la colaboración directa con asociaciones contra el Cáncer de Mama como ÁMATE y la Asociación Canaria contra el Cáncer de Mama y de Útero para las que realizamos, recopilamos y fomentamos las donaciones de cabello con las que dichas asociaciones realizan pelucas de cabello natural para aquellas heroínas que están luchando contra esta grave enfermedad y sufriendo los duros efectos secundarios de la quimioterapia. Además, cada año prestamos servicios de peluquería y maquillaje en la celebración del desfile benéfico anual que organiza ÁMATE y para otros eventos varios de organizaciones que luchan contra la Violencia de Género. No obstante, durante el confinamiento, y dado que nuestros salones estaban cerrados al público, nuestras acciones han ido más enfocadas a atender a nuestros mayores, personas vulnerables o con problemas de movilidad mientras estuvimos en casa con servicios a domicilio de higiene y salubridad sin coste, respetando todas las medidas de seguridad exigidas.
Espero vuelvan las formaciones presenciales porque si bien las formaciones on-line merecen todo mi agradecimiento y respeto en cuanto a las actuales circunstancias, se pierde un poco de magia cuando no se mantiene el contacto personal con el formador y la modelo.
B.M.: Sin olvidar a los sanitarios.
J.L.H.: Tras la reapertura de los salones, y con la colaboración de Alfaparf Milano, quisimos tener un detalle para con nuestros sanitarios, farmacéuticos y otros superhéroes que siguieron en plena actividad durante el confinamiento con servicios y rituales gratuitos en el mes siguiente al inicio de la nueva normalidad. Nuestras últimas acciones han sido durante estas diferentes y difíciles navidades, donde consideramos que, dado el necesario distanciamiento social, lo mejor fue optar por una aportación económica -una parte de la recaudación de las ventas de nuestra marca propia- a la Cruz Roja y su proyecto #Responde y varias donaciones de víveres imperecederos y juguetes para las personas más necesitadas mediante esta misma asociación. Esperamos poder seguir emprendiendo muchas más acciones y proyectos solitarios, pero, sobre todo, esperamos poder volver a visitar a nuestros mayores con las máximas garantías de seguridad pronto, porque esto significaría que ya toda esta pesadilla ha pasado.
B.M.: ¿Optimista ante el futuro?
J.L.H.: Siempre optimista, pero también realista. Nos queda aún una época muy dura por la que pasar, y hay mucha incertidumbre al respecto a su duración. Sólo espero que, como nosotros estamos haciendo, se priorice la salud de las personas y su bienestar económico y social presente y futuro. Para ello necesitamos ayuda y apoyo. Nosotros estamos dispuestos a luchar para poder seguir manteniendo los más de 300 puestos de trabajo que da nuestra empresa, pero necesitamos que se nos apoye en esa lucha y no se nos pongan más obstáculos de los que ya esta pandemia trae consigo.
B.M.: Un consejo y/o reflexión acerca de cómo combatir este episodio negro de la historia de todos los países.
J.L.H.: En primer lugar, considero que si seguimos maltratando al planeta como lo estamos haciendo el riesgo de que este tipo de pandemias se repitan será cada vez más elevado, el cambio climático y la sobreexplotación inadecuada de nuestros recursos naturales, así como la gestión de los desechos es una realidad que todos los gobiernos deben dejar de ignorar y hacer algo, o más bien mucho, al respecto. Por otro lado, los sacrificios no se les debe pedir sólo a los trabajadores y emprendedores de la sociedad, que con sus impuestos y trabajo mantienen el tejido político y administrativo de los países. Es obvio que esta crisis exige sacrificio por parte de todos, pero es increíble que no se vea ningún tipo de sacrificio por parte de los políticos y dirigentes de este país y otro muchos, que se suben el salario, continúan sin renunciar a sus pagas vitalicias tras su cargo mientras emprenden reformas de mayor tasa impositiva para todos y retrasan la jubilación de la población. Sacrificios necesarios sí, pero por y para todos. Un buen líder debe dar ejemplo y esto se ha de trasladar a las empresas, pero también a la política y estoy más orgulloso de nuestros emprendedores y trabajadores que de nuestros políticos en estos momentos. Espero recapaciten y cambien de dinámica.
B.M.: ¿Desaparecerán muchos salones a raíz del coronavirus?
J.L.H.: Aunque optimista, como decía, también soy realista, y la realidad es que ya hay muchos salones que han desaparecido o están al borde del cierre, de ahí mi grito de súplica unido al de mis compañeros del sector por una bajada impositiva y más ayudas que eviten este desastre.
Desde hace unos años, tengo la suerte de contar con la ayuda de mi hija Fayna, que es quien gestiona al personal, el desarrollo de marca y la expansión de la empresa.
B.M.: Y en esta odisea, sin embargo una buena noticia, la peluquería, ¡sin contagios! ¿Cómo se ha conseguido, cómo se consigue?
J.L.H.: Durante todo el confinamiento fue nuestra mayor obsesión estar lo mejor preparados posibles para la reapertura de los salones garantizando la seguridad de nuestros clientes y trabajadores. Hemos implementado todos los protocolos exigidos y recomendados por las autoridades sanitarias para dar nuestros servicios con las máximas garantías de seguridad y prevención de contagios y tenemos los protocolos de actuación, en los que nuestros estilistas han sido instruidos y formados,
disponibles en cada uno de nuestros salones para la tranquilidad de nuestros clientes y su consulta inmediata cuando lo desee.
B.M.: La pandemia ha traído la explosión de otro modo de expresión, el digital. ¿Qué opinión te merecen las formaciones on-line?
J.L.H.: Hemos vivido una explosión de educación on-line a raíz de los encierros. Me ha encantado cómo se ha volcado el sector en mantenerse activo durante el encierro del pasado año. Las formaciones on-line de marcas como ghd, Alfaparf Milano, Wella, etc., fueron todo un alivio para nuestros estilistas y una forma de mantenerse al día y en activo que les motivó y los acompañó en aquellos difíciles momentos. A día de hoy, continuamos con este tipo de formaciones ya que dado el número de personal que tenemos en plantilla es la forma más fácil y segura de que las marcas con las que trabajamos se sigan comunicando con nuestros estilistas para presentación de tendencias, lanzamientos, reciclajes técnicos, etc.
B.M.: ¿Has protagonizado alguna formación en formato digital?
J.L.H.: La verdad que durante el encierro mi obsesión fue mantener la empresa a flote y todos y cada uno de los puestos de trabajo que esta genera, la gestión de los ERTEs, la presentación de solicitud de ayudas, ICOs, el desarrollo de planes de contingencia, la formalización de nuestros protocolos COVID, las garantías anti-contagios para la reapertura, la dificultad para conseguir EPIs (mascarillas, guantes, geles desinfectantes, etc.) para todo el personal... Fue mi máxima prioridad como responsable de tantas personas que trabajan en esta empresa. Me hubiese encantado, pero creo que mi labor como garante de la viabilidad de la empresa era mucho más crucial en esos momentos dada la incertidumbre y la escasez de ayudas. Pero por fortuna, mi equipo técnico y las formadoras de las prestigiosas marcas con las que trabajamos llenaron ese espacio de forma totalmente admirable y mantuvieron a todo nuestro equipo al día y motivado.
B.M.: ¿Y cómo es tu relación con las redes sociales?
J.L.H.: Esta es una constante reivindicación de mi hija Fayna, que ha asentado nuestro posicionamiento on-line y en redes. Yo soy un gran admirador de todo el potencial y la importancia que tienen las mismas, pero personalmente no soy demasiado activo.
Tengo dos marcas, Biondi Peluquerías, mi proyecto más antiguo y muy asentado en las islas, y JLH Peluquerías, mi marca de autor que lleva mis iniciales y que da nombre también a nuestra Academia o Centro Técnico.
B.M.: ¿Y las marcas, las marcas de cosmética profesional, cómo se han comportado durante la crisis con los profesionales, al fin y al cabo sus clientes?
J.L.H.: Hemos tenido sorpresas en ambos sentidos, el apoyo de algunas de nuestras marcas fetiche ha sido admirable y nuestro agradecimiento para ellos y su comprensión para con las circunstancias, lo que nos ha unido más en nuestro compromiso con firmas como Alfaparf Milano, Wella, ghd, Olaplex, MoroccanOil, OPI, etc. No obstante, también hemos tenido sorprendentes desengaños con marcas con las que llevábamos muchos años de mucha involucración y por las que habíamos apostado mucho, y con las que nos hemos desencantado enormemente por considerar que la balanza del apoyo a sus partner, nosotros, no ha estado a la altura de las circunstancias.
B.M.: ¿Cómo conseguir finalmente que nuestra clienta o el cliente en general acuda al salón de peluquería o al profesional peluquero para adquirir un producto para su pelo?
J.L.H.: La venta de un producto profesional debe ir acompañada de su correcta y profesional prescripción tras un diagnóstico de las necesidades del cabello de nuestro cliente. El estilista tiene que reivindicarse como profesional de cabello y ganarse la confianza de su cliente al respecto, y ello solo se consigue acertando con las recomendaciones de compra que le hace a su clientela. Un cliente satisfecho repite, en servicio y en compra. Y valorará cada vez más tu opinión profesional. Hay infinidad de productos profesionales maravillosos para el cabello en el mercado, pero no todos son adecuados para todas las necesidades o tipos de cabello. Por ello es muy importante la formación que reciben los estilistas sobre los productos y ahí se ve el cariño que le ponen las marcas y las casas comerciales. Hay marcas que te piden cifra y luego te dan la formación y hay marcas que a través de la formación y el enamoramiento del estilista de su producto convierten a los profesionales en buenos vendedores Y la necesidad de comprar viene después y como resultado directo de esa formación en diagnóstico y prescripción. Obviamente, yo apuesto por el segundo tipo de marcas.
B.M.: Como hemos citado en algún momento de esta conversación, estás muy relacionado con los backstage de moda, etc. ¿Qué se va a llevar este año para el cabello?
J.L.H.: La gente está aburrida y cansada de esta situación, busca cambios, en todos los aspectos. Y para su cabello buscan un cambio de look, romper moldes; algo novedoso. Tras varios años donde la tendencia han sido los cabellos extralargos, volvemos a las medias melenas o cortes midi, animados con flequillos y capas en el cabello. Necesitamos aire fresco, empezar de nuevo, cortar con el pasado. Las clientas que se resistan a cortarse al cabello apostarán por las capas y renunciarán a las melenas rectas. Las mechas melting serán la tendencia en coloración para este año de reconexión con el ser ya que se funden con el tono del cabello, proporcionando un aspecto ultra natural y un aclarado progresivo y difuminado. Para las más atrevidas la apuesta noventera se centrará en las mechas chunky o bicolor.
B.M.: ¿Qué opinión te merece la peluquería en nuestro país?
J.L.H.: Hay muchísimo talento en España. Y debemos luchar por reposicionar al peluquero en el lugar que se merece, como un estilista profesional en su materia. Es una responsabilidad de todo el sector que volvamos a centrar nuestra mirada en la vertiente artística de la peluquería y elevar de nuevo nuestro oficio.
Estaba muy inserto en todo lo creativo y también disfruté de la suerte para que contaran conmigo para la edición y elaboración de numerosas colecciones, desfiles, trabajos de 'backstage' para televisión, editoriales de moda y las grandes pasarelas, incluidos certámenes de 'misses'.
B.M.: ¿Y los premios de peluquería?
J.L.H.: Considero que los premios Fígaro y reconocimientos organizados por Salón Look son dignos de admiración y ofrecen a los profesionales de este sector la oportunidad de recibir el reconocimiento más que merecido a nivel nacional de su creatividad y labor. Es importante que este tipo de certámenes proliferen para la recuperación del prestigio de la peluquería y pienso que las marcas y las casas comerciales pueden y deben ayudar mucho más en este sentido. Es un beneficio para todos.
B.M.: Formación, premios, presentaciones, viajes, congresos… ¿Volverán a ser iguales a partir que la pandemia se acabe?
J.L.H.: Espero vuelvan las formaciones presenciales porque si bien las formaciones on-line merecen todo mi agradecimiento y respeto en cuanto a las actuales circunstancias, se pierde un poco de magia cuando no se mantiene el contacto personal con el formador y la modelo. Los premios con público son mucho más emocionantes, por supuesto, así como las presentaciones. También los congresos y las ferias de peluquería son mis eventos favoritos y espero pronto tener la oportunidad de llevar nuestra marca JLH de células madres veganas y presentarla al público como siempre deseé.
B.M.: ¿Te has enfrentado en algún momento a la elaboración de una colección de peluquería? ¿Para qué sirven en tu opinión?
J.L.H.: Sí, colaboré en varias ocasiones cuando estuve en Llongueras y en la actualidad superviso las creaciones y la elección de nuestro equipo creativo y nuestras colecciones. Considero que son fundamentales para mantener vivo el espíritu artístico de nuestros estilistas y las ansias de mejorar y retarse a sí mismo.
B.M.: Para ser un buen peluquero hace falta…
J.L.H.: Pasión por tu trabajo. Y centrar tu servicio técnico y profesional en la satisfacción del cliente. Nunca olvidaré las sonrisas de mis hermanas cuando hicieron de modelos en las prácticas de mis primeros años, y cómo, acabado un buen trabajo, un buen color, un buen corte, la autoestima de sentirse bien con su imagen se leía fácilmente en sus rostros. Esa mirada de satisfacción es la que me enamoró de esta profesión, y es esa misma mirada la que continúo buscando en cada cliente. De ahí partió la filosofía que he implementado en nuestros salones, y que continúa siendo el leitmotiv que comparto con los peluqueros y estilistas de mis equipos.
Los congresos y las ferias de peluquería son mis eventos favoritos y espero pronto tener la oportunidad de llevar nuestra marca JLH de células madres veganas y presentarla al público como siempre deseé.
B.M.: ¿Y qué se necesita sí o sí para convertirse en dueño y empresario de peluquería?
J.L.H.: Me lo pregunto cada día, sobre todo en las actuales circunstancias. Bromas aparte, soy un emprendedor nato, siempre con un proyecto en mente, con un sueño por delante que cumplir. Y mi meta fue siempre tener mi propio salón, mi propia cadena, mi propio método educativo y academia. Y por último, mi propia línea de productos. Y lo he cumplido.
B.M.: ¿Cómo es JLH peluquero, qué es lo que más le gusta, domina o destaca a la hora de enfrentarse al cabello?
J.L.H.: El corte. Siempre fue mi especialidad, mi trabajo técnico favorito. Me encantaba, tras un análisis de visagismo aconsejar a mi cliente sobre el corte que acorde a las tendencias más le iba a favorecer según su rostro y sus rasgos faciales. Esto se ha perdido un poco, sobre todo porque además hemos tendido a regalar el precio del corte, cuando es uno de los servicios técnicos más complicados de aprender.
B.M.: El secreto de tu éxito.
J.L.H.: El trabajo duro, la pasión y un equipo increíble.
B.M.: Tu próxima meta.
J.L.H.: Seguir ampliando los productos de mi línea de cuidado capilar con dos nuevos lanzamientos y para cuando se pueda, seguir abriendo salones y creando puestos de trabajo.