Jesús Romero es el benjamín de la saga de peluqueros de Peluquería Romero, una empresa que, liderada por el reconocido estilista Luis Romero junto a sus hermanos Goyo y Angelines, han creado una marca de prestigio en la peluquería actual, con reconocimientos a nivel internacional y la creación de escuelas de peluquería.
Jesús Romero, pese a su juventud, está considerado como una de las firmes promesas de la peluquería española, con diferentes premios y menciones que avalan su trayectoria profesional.
Beauty Market: Siendo hijo y sobrino de grandes peluqueros, ¿la vocación te vendrá desde bien pequeño?
Jesús Romero: Sí, de niño ya asistía como público a innumerables shows, ateliers, cursos, etc.
B.M.: ¿Cuándo te iniciaste en la peluquería?
J.R.: Hacia los trece años, después del colegio, me colaba en la academia, que estaba debajo de casa. Un año más tarde, mi padre me puso una profesora particular, uno o dos días a la semana, durante un par de horas. Y a los 16, en cuanto terminé el colegio, entré en el negocio al 100%.
B.M.: ¿Cómo fue tu formación?
J.R.: En casi un año en nuestras escuelas hice de golpe los dos años y medio. Luego estudié durante seis meses en Chicago (EE UU), y después estuve otros seis meses con el equipo técnico de Revlon en Barcelona y Madrid, recibiendo sobre todo formación en temas de color.
B.M.: ¿Cómo te definirías?
J.R.: Soy trabajador, sensato y realista. No me gusta mucho llamar la atención.
B.M.: ¿Cómo empezaste a labrarte un nombre?
J.R.: Me considero muy humilde y sencillo, y no pienso que aún tenga ningún nombre. Lo único que hago es trabajar en una profesión que elegí en su día, y lo hago como pienso y quiero, nada más.
B.M.: Entonces, ¿cómo te sientes cuando te presentan como una joven promesa de la peluquería? J.R.: Siempre pienso ¡que exagerados! No lo considero de esa forma, tengo 25 años y hago mi trabajo. Eso sí, agradezco siempre esos comentarios, interpreto que de alguna forma hacemos las cosas más o menos bien.
B.M.: ¿Ser tan joven y acaparar tantos elogios, puede ser contraproducente para tu futuro profesional?
J.R.: Sinceramente, espero que no.
B.M.: ¿Te pones nervioso cuando debes preparar un show al estilo del Congreso Intercoiffure Mundial de París?
J.R.: Fui responsable, un año, de gran parte del show: buscar coreografía, vestuario, música, etc… y sí, estaba cardíaco, todo debía ser perfecto. Afortunadamente, tenía conmigo al resto del grupo de la Foundation Guillaume, grandes amigos de todo el mundo que, a pesar de la distancia, ayudaron con sus ideas. Puedo presumir que, con este equipo de personas y su forma de trabajar y su amistad, todos los años hacemos un trabajo realmente genial. El año que viene vamos a Roma y seguro que será un gran éxito de nuevo.
B.M.: ¿Qué significa para ti ser miembro del Fashion Team de la Foundation Guillaune?
J.R.: La Foundation Guillaume es la sección Junior de Intercoiffure Mondial, una asociación que brinda la posibilidad a jóvenes estilistas de todo el mundo de trabajar en los escenarios más importantes del mundo con los estilistas mas reconocidos. Formar parte de ese equipo es un orgullo y un privilegio. Somos unos 14 estilistas de todo el mundo que nos ocupamos, todos los años, de la preparación y organización del show de esta sección en el congreso mundial de Intercoiffure. Una actuación en la que intervienen hasta 40 juniors de todo el mundo con sus respectivas modelos…
B.M.: ¿Cuál ha sido el momento clave en tu carrera?
J.R.: He tenido infinidad. Resaltaría cuando Peluquerías Romero ganó el Global Business, porqué allí conocí al Sr. Otto Sommer, que me ofreció entrar en la Foundation Guillaume. De esta forma, di un gran salto para poder trabajar fuera de casa. También destacaría el tiempo que pasé en Estados Unidos… Pero, como ya he dicho, son muchos momentos.
B.M.: Ganar premios como el Global Business Award ¿te estimula?
J.R.: Peluquerías Romero ganó ese reconocimiento cuando yo llevaba poco tiempo en la empresa. Sin duda, es una recompensa al trabajo de tantos años llevada a cabo por mi familia y por toda la gente que trabaja con nosotros o ha trabajado en su momento. No es cosa de una persona, sino de un gran equipo.
B.M.: ¿Cómo defines tu estilo?
J.R.: Cada uno tenemos nuestro propio estilo. Supongo que el que realizo expresa como soy yo mismo. No soy de hacer tareas extremadamente extravagantes. Me gusta hacer trabajos que se vean bien y correctos.
B.M.: ¿Cuál es tu especialidad?
J.R.: No creo tener ninguna al 100%. Me gusta el tema de la formación, mostrar nuestras colecciones a profesionales, y el mundo de las extensiones, en el cual trabajo de forma muy intensa desde hace un tiempo.
B.M.: ¿Dónde encuentras inspiración?
J.R.: Trabajo mucho fuera de Zaragoza. He recorrido ya algo de mundo y aprendo mucho de otros profesionales. Ellos mismos me inspiran con sus técnicas y sus estilos. Para crear una imagen nuestra empleo esas formas de trabajar aprendidas.
B.M.: ¿Te consideras un artista?
J.R.: Sí, cualquier peluquero lo es, aunque eso lo debe juzgar el resto de la gente que vea nuestro trabajo y su resultado.
B.M.: ¿En qué te basas para tus creaciones?
J.R.: Hay ocasiones en que trabajas para un grupo, compañía, etc. y debes cumplir con unos puntos. En función de lo que ellos buscan, tú trabajas. En cambio, sí creo para nosotros mismos, cuento con un equipo de gente increíble y buenos amigos que colaboran en esta tarea. El resultado es obra de todos y cada uno aporta su granito de arena.
B.M.: ¿En que consiste el trabajo de un estilista?
J.R.: Es un trabajo durísimo y con muchas responsabilidades. Un buen estilista, además de trabajar el cabello ha de saber asesorar, recomendar, ofrecer, crear, realizar… debe ser psicólogo, mantenerse en formación constante y estar al tanto de cambios e innovaciones.
B.M.: Hablas de asesorar, recomendar… ¿te consideras asesor de imagen?
J.R.: Es un concepto muy de moda hoy en día, y nada fácil. En algunas ocasiones si puedo y me lo permiten, ejerzo como tal.
B.M.: También comentas que un estilista debe ser psicólogo ¿te consideras como tal?
J.R.: Desde luego que no, porque aún no tengo ningún título que me lo acredite, sin embargo puedo decirte que soy una persona que sabe escuchar.
B.M.: ¿Cuál es la base para ser un buen profesional?
J.R.: Hay dos pilares fundamentales: uno, que te apasione tu trabajo; y otro, tener la mejor formación posible, tanto personal como profesional. Trabajar con un buen método que te permita transmitir de forma correcta tu forma de trabajo a los clientes.
B.M.: ¿Cómo debe ser un peluquero moderno?
J.R.: Entiendo que ha de ser un profesional muy cualificado y “multitarea”. Hoy en día los salones demandan personal con experiencia y que sean capaces de cualquier labor. Hace un tiempo, cada uno tenía una función especial dentro de un salón. Día a día esto cambia y cada vez son más los salones donde los estilistas realizan todas las labores.
B.M.: ¿Qué tendencia crees que triunfará esta temporada?
J.R.: Los consumidores de hoy en día requieren algo excepcional para hacerse clientes de nuestro salón. Hay poco tiempo para arreglarse y aún así exigen calidad. Por un lado, 'pega' muy fuerte la estética en general de los 50. Por el otro, nuestra última colección que presentamos ahora, ya en diciembre, son sobre todo estilos comerciales. Jugamos en el cabello con tonos cálidos en el color, flequillos largos y formas por lo general redondeadas. Hay expansión y movimiento en el cabello. Espero que guste.
B.M.: ¿Cuáles son las claves para lucir un cabello sano y bonito?
J.R.: Son muchas. El cabello es una parte externa de nuestro cuerpo que nos representa y hay que cuidar de los agentes externos, al igual que la piel. Debemos usar buenos productos y de calidad. Perder un poco de tiempo con el cabello ayuda mucho, y cuidarse físicamente, también.
B.M.: ¿Un buen corte hace milagros?
J.R.: Milagros no sé, pero sin duda ayuda. Un trabajo perfecto, en mi opinión, debe ir acompañado de algo de color que nos permita enfatizar y realzar más ese corte. Es importante también realizar el servicio con productos de calidad.
B.M.: ¿Cual es el secreto de tu éxito?
J.R.: Básicamente trabajo, trabajo y trabajo. Estar en el momento oportuno en el sitio apropiado. Saber en qué momentos debes de renunciar a unas cosas para invertir tiempo en otras. A veces decir que sí, aunque no apetezca mucho. La mayoría de las veces obtienes una recompensa.
B.M.: ¿Cuál es tu máxima?
J.R.: Una vez, en televisión, vi una entrevista que le hicieron al golfista ya fallecido Severiano Ballesteros poco después de superar una operación de un tumor, y si no me equivoco, dijo algo así: “creer en ti mismo y en el éxito convierte en alcanzable cualquier objetivo, por muy imposible que este parezca”. Se me quedó grabado en la mente y procuro llevarlo a cabo.
B.M.: ¿Qué es lo que más te gusta de tu profesión?
J.R.: Son muchas las cosas que me gustan: algo tan simple como el que una clienta te sonría al salir por la puerta, porque sabes que está contenta con tu trabajo, o tener que desplazarme al otro lado del mundo para hacer un show, una presentación o una sesión de fotos…
B.M.: ¿Quién ha sido tu referente en la profesión?
J.R.: No ha sido sólo uno. El principal, por supuesto, es mi padre Luis Romero, un gran pilar en mi vida junto con mi madre, que me han educado e inculcado muchos valores y de los cuales aprendo de forma constante. En su día tuvieron mucha paciencia conmigo, lo cual agradezco mucho. También mis tíos Goyo y la siempre sonriente Angelines; mi tío José, que nos dejo hace ya unos años pero del cual conservo buenos recuerdos y consejos que me dio en su día; mi hermano y primos de los cuales también aprendo...
También han sido referentes grandes figuras de la profesión, como el sr. Leo Passage (fundador de Pivot Point Internacional), quien también nos dejó hace unos meses, y su mujer Lenny e hijos Robert y Corrine. Y por supuesto, la demás familia de Pivot Point Internacional, que no son pocos.
Además, están todos esos amigos de Intercoiffure España y Mundial, todo el equipo de la Foundation Guillaume, el equipo de formadores de Revlon Profesional, etc… Todos ellos, que saben quienes son, son también referentes para mí.
B.M.: ¿Qué le debes a la tradición familiar y a Luis, Goyo y Angelines?
J.R.: Les debo absolutamente todo. Si no fuera por su historia, seguro que no me dedicaría al mundo de la peluquería. Su cariño, su apoyo, sus consejos, su ayuda, su paciencia, su interés, etc. Lo dicho, les debo todo.
B.M.: ¿En que se diferencia Peluquerías Romero de otros centros?
J.R.: Es una empresa familiar con mucha experiencia. Invertimos al año mucho dinero en la formación continua de nuestra gente, incluso dando clases de inglés con una profesora particular. Todo ese esfuerzo, entre otros, marca la diferencia con el resto.
B.M.: ¿Cómo es el equipo que trabaja contigo?
J.R.: Tenemos un equipo muy amplio. Somos un grupo de casi 100 personas, en siete salones y dos centros de formación en Zaragoza, más las oficinas. En nuestra empresa nos encontramos desde personas que llevan trabajando en la compañía más de 30 años (personas que son ya parte de la familia Romero, con más que sobrada experiencia y de un altísimo nivel), hasta las nuevas generaciones de estilistas, ayudantes y monitores que dan sus primeros grandes pasos con mucha fuerza.
B.M.: ¿Qué requisitos se necesitan para trabajar en Peluquerías Romero?
J.R.: Nos importa mucho nuestra gente. Siempre estamos en búsqueda de personas con entusiasmo, valores, abiertas siempre a dar un poco mas de sí mismos, a colaborar en el negocio, etc. Del tema formativo, nosotros mismos nos encargamos.
B.M.: ¿Cómo te consideras como empresario?
J.R.: Con 25 años, aún me queda mucho por ver y aprender. No es una tarea nada fácil, pero afortunadamente tengo a mi familia y mis colaboradores, y sobre todo a mi hermano Nacho, que me ayuda mucho en este aspecto. Recientemente tomé la dirección de una de nuestras escuelas, y me ayuda mucho con todos esos temas.
B.M.: ¿Quiénes son actualmente los mejores estilistas de España?
J.R.: En España hay muchos estilistas muy buenos, cada uno de ellos con su propia forma de trabajar, y ese punto es el que les hace diferentes. No es posible elegir… al fin y al cabo, es algo muy subjetivo. Eso lo elige cada cliente, e imagino que para cada uno su peluquero es el mejor.
B.M.: ¿Cómo está el nivel de la peluquería en España?
J.R.: Complicada pregunta… Hay de todo. Por lo general, puedo afirmar que el nivel es elevado, y que el peluquero español, cuando trabaja fuera, suele gustar mucho.
B.M.: ¿Qué crees que le falta a la peluquería española para tener mayor presencia internacional?
J.R.: No considero que estemos poco representados fuera de España. Somos unos cuantos los que trabajamos a menudo fuera de nuestro país. Pero una de las cosas que me he dado cuenta es que hablar idiomas, en especial el inglés, ayuda bastante.
B.M.: ¿Está devaluada la profesión?
J.R.: Desgraciadamente, creo que sí. Nosotros nos valoramos mucho, pero socialmente no se nos valora. El público no suele tener en cuenta lo que en otras profesiones es el concepto de “mano de obra”, ya que se busca lo bueno-bonito-barato… y así estamos. En países como Suiza, Francia, Alemania, Dinamarca o Estados Unidos, por ejemplo, tienen en las academias precios que aquí tenemos en salones tipo medio. Hay costumbre de ir menos veces al salón, pero cuando se va, se aprovecha.
B.M.: ¿Hacia donde va el sector y cómo te imaginas los salones del futuro?
J.R.: Difícil de predecir. No creo que tengamos un rumbo marcado hoy en día… hay muchos salones y mucha competencia. En el futuro no creo que haya mucha diferencia con lo que podemos encontrar hoy en día. Por un lado, vamos a tener los salones tipo fast-food para servicios rápidos imprevistos. También habrán salones de tipo medio y salones de alto nivel.
B.M.: ¿Cuál es tu proyecto de futuro?
J.R.: De momento, y lo mas importante, el cambio generacional y continuación de la segunda generación en la empresa. Es hora de dar descanso a Luis y a Goyo. En el futuro espero seguir codo con codo con mi hermano Nacho, y mis primos Alicia y Pablo.
B.M.: ¿Te gustan los medios digitales de comunicación?
J.R.: Me gustan y los uso como cualquier otro usuario. Tengo mis perfiles y esas cosas. Pienso que es una herramienta compleja y que se debe usar de una forma en concreto. Puede ser muy poderosa y facilitarnos algunas tareas, llegar mas fácilmente al consumidor o a un grupo concreto de personas, etc.
B.M.: ¿Cómo eres cuando no trabajas?
J.R.: Como cualquier otra persona. Adoro el tiempo libre, esos momentos que desconectas del día a día. Disfruto de las salidas de fin de semana a mi pueblo o a la montaña, de mis amigos, de mi pareja y de la familia.
B.M.: ¿Dedicas a tu actividad demasiado tiempo?
J.R.: Dedico el tiempo que necesita. Hay temporadas que no haces otra cosa, épocas del año donde se acumula mucho trabajo, con muchos viajes, formaciones, etc. Y hay otras épocas más relajadas… Tener una empresa exige mucho esfuerzo y debemos dedicarle muchas horas extra. Aún no conozco ningún caso de éxito real donde el esfuerzo y la dedicación no tuvieran un papel fundamental.
B.M.: Para terminar… ¿Qué recomendarías a los jóvenes que desean seguir la profesión?
J.R.: El trabajo y el esfuerzo son siempre recompensados de alguna forma. A mí me ayudó mucho sentarme un día tranquilamente y escribir en un papel una serie de metas. Marcar una dirección en la cual trabajar y una fecha límite para conseguirlo. No siempre se sigue al 100%, pero ayuda. Yo marqué hace años unas diez metas para tenerlas realizadas de alguna manera a los 40 años. Y solo me faltan dos metas por cumplir. También, dicho sea de paso, he conseguido otras muchas que ni imaginaba. Empeño y esfuerzo, eso lo es todo.