La hiperdrosis, o sudoración excesiva, es una patología que, en la actualidad, sufre el 3% de la población española, es decir, más de un millón de españoles, en la que se produce una alteración en el funcionamiento normal de las glándulas sudoríparas, llegando a afectar a todo el cuerpo o a zonas como las axilas, las manos, los pies, la cara, el pecho o la cabeza. De esta forma, cuando el cuero cabelludo se ve afectado por este problema, se origina la llamada hiperdrosis capilar, una condición muy frecuente en la que existe una producción anormal o excesiva de sudor en esta zona que se va deslizando desde el pelo a el cuello, las sienes o la frente y que aumenta con las altas temperaturas, incidiendo, por ende, en mayor medida durante los meses de calor en la salud de la piel; según explican desde Hospital Capilar, corporación del sector capilar.
“Aunque el sudor es un mecanismo natural de nuestro organismo y nos ayuda a regular la temperatura, es importante saber que una sudoración excesiva puede ser contraproducente y conllevar una serie de problemas físicos e incluso psicológicos, derivados de la vergüenza o estrés que produce en muchas personas el sudar de forma abundante. En este caso, la hiperdrosis capilar, también denominada hiperdrosis craneal, es una secreción estéril e indolora que responde a un fuerte componente genético, así como a factores emocionales y a efectos secundarios de algunos medicamentos, apareciendo en momentos de altas temperaturas, episodios de ansiedad o tras realizar ejercicio físico; lo que le convierte en uno de los problemas capilares más habituales hoy en día”, explica el doctor Francisco Pilo, de la clínica Hospital Capilar.
De esta forma, la hiperdrosis capilar se debe a una hiperestimulación nerviosa, motivada por situaciones que comportan tensión emocional o estrés, por motivos térmicos o por los efectos secundarios de determinados medicamentos, que actúan como estimulantes de esta enfermedad. Así, esta afección que sufren, en mayor medida, los hombres, puede ser primaria, produciéndose como resultado de un componente genético, que afecta a la respuesta frente al estrés del sistema nervioso, mientras que la hiperdrosis secundaria está vinculada con otras patologías como la diabetes, la obesidad o el Parkinson, o con diversas alteraciones hormonales que incluyen entre sus síntomas esta sudoración excesiva.
La hiperdrosis capilar se debe a una hiperestimulación nerviosa, motivada por situaciones que comportan tensión emocional o estrés, por motivos térmicos o por los efectos secundarios de determinados medicamentos, que actúan como estimulantes de esta enfermedad.Así, esta condición aparece cuando el cúmulo de sales minerales, ácidos y otras sustancias químicas se agrupan con mayor frecuencia de lo normal en el cuero cabelludo, perjudicando a los folículos pilosos y debilitándolos y provocando, en consecuencia, que disminuya el grosor del cabello y que éste pierda su fuerza y brillo natural, fomentando una mayor sequedad capilar. Además, el sudor acumulado en la cabeza atrae a las partículas de polvo, las que, a su vez, son responsables directas del picor del cuero cabelludo que se manifiesta en la hiperhidrosis capilar. En casos más graves, la acumulación de componentes químicos en el cuero cabelludo puede favorecer la aparición de enfermedades cutáneas como la dermatitis seborreica, además de afectar a los folículos pilosos e, incluso, provocar la caída prematura del cabello.
“El cabello forma parte de las barreras naturales que posee nuestro cuerpo para protegerse de las agresiones externas. Sin embargo, también dificulta la eliminación de las mismas, y es por ello que una excesiva acumulación de los componentes químicos en el cuero cabelludo puede provocar que la persona afectada sude de manera constante y excesiva y que el pelo se vea aceitoso y sucio, además de producirse un mayor encrespamiento del mismo. Por otra parte, ciertos elementos y sustancias que eliminamos a través del sudor pueden originar un acortamiento del ciclo vital del folículo y hacer que la raíz del pelo no pueda respirar correctamente, afectando a la caída del cabello y dando también lugar a síntomas irritativos y picores en el cuero cabelludo”, detalla el doctor Pilo.
Cómo frenar la hiperdrosis capilar
Con el fin de de prevenir, en la medida de lo posible, esta excesiva sudoración del cuero cabelludo, los expertos aconsejan llevar a cabo una serie de pautas para reducir los efectos de este problema sobre el cabello:
1. Llevar una correcta higiene capilar. Un exceso de sudor en el cuero cabelludo suele hacer que se aumente el número de lavados y, por ende, la cantidad de champú que se utiliza. Por ello, los expertos recomiendan, siempre que sea posible, lavar el pelo cada dos o tres días, ya que un abuso en la frecuencia de lavado puede provocar que el pelo se encrespe y que tenga más tendencia a resecarse. “También se deberá evitar lavar el cabello con agua caliente, ya que ésta produce un cambio de temperatura que podrá ocasionar una necesidad de termorregulación y, con ello, más sudor, además de deshidratar la fibra capilar”, subraya el especialista de Hospital Capilar.
2. Usar productos específicos. En verano, tras llevar a cabo una sesión de entrenamiento, o en determinados momentos en los que tendemos a sudar en exceso, se debe hacer especial hincapié en usar un champú que elimine los deshechos derivados del sudor, pero sin dañar el pelo; recomendándose en estos casos la utilización de champús y elementos sin aditivos tóxicos y pH neutro. “Existen productos que ayudan con la hidratación y fortalecimiento del cuero cabelludo, como las mascarillas anticaída y productos anticaspa, que además ayudan a combatir los problemas derivados de la hiperdrosis capilar”, recalca el doctor Pilo.
3. Limitar la exposición solar. Durante la temporada estival, es importante proteger el cuero cabelludo de los efectos adversos del calor, aplicando crema solar o usando gorras o pañuelos. Por otro lado, se aconseja recoger el pelo con una cinta o diadema a la hora de practicar ejercicio físico, con el fin de absorber la mayoría del sudor y evitar que éste se retenga en otras zonas como la frente, las sienes, la nuca o el cuello.
4. Seguir una dieta equilibrada y saludable. En caso de sufrir hiperdrosis capilar, los expertos recomiendan consumir frutas, verduras y alimentos bajos en grasas y con alto contenido en fibra, ya que ayudan a conservar el equilibrio corporal para que no haya estímulos que produzcan sudoración excesiva. Por otro lado, se aconseja evitar las comidas picantes o muy calientes, ya que éstas aumentan la temperatura corporal y tienden a generar, en consecuencia, una mayor sudoración, así como limitar el consumo de cafeína y alcohol. Para evitar la activación excesiva de las glándulas sudoríparas, también se debe beber de forma recurrente agua fría, dado que este componente actúa como un conductor térmico que permite el intercambio de calor de un ambiente a otro, facilitando el transporte del interior del organismo hacia la piel y permitiendo un enfriamiento más rápido del cuerpo.
5. Optar por tratamientos para reducir el sudor. “Para limitar esta excesiva sudoración, en algunos casos se puede optar por la realización de tratamientos con radiofrecuencia o bien por la ingesta de medicamentos anticolinérgicos. No obstante, éstos deberán ser pautados previamente por un especialista que, a través de la realización de una serie de pruebas diagnósticas, estimará la gravedad del problema y determinará si existe o no alguna enfermedad que actúa como desencadenante de esta hipersudoración”, concluye el especialista de Hospital Capilar.