"¿Por qué un corte femenino debe costar necesariamente más que un corte masculino?", se preguntaba Laura Morandi.
Profesional francesa al frente de su salón durante 14 años, que tras la pandemia, y desde casa a causa de ella, con tiempo para reflexionar y actuar, dio inicio a su campaña por la 'igualdad de género' en la peluquería.
Tanto fue así, que causó furor en redes sociales. Todo comenzó con una simple publicación en su cuenta de Instagram, pidiendo a sus seguidores que le ayudarán a difundir y denunciar la cuestión.
Para Laura Morandi la idea no es alinear el precio de todos los servicios de los hombres con el de las mujeres. Propone que la duración del trabajo determine el precio.Así nace el colectivo "Coiffure en lutte", que reúne a profesionales pero también a clientes interesados en los temas abordados por la campaña iniciada por Laura Morandi: discriminación de precios y diferencias de género que marcan tarifas distintas e incluso abusivos si se trata de un servicio para no binarios o persona transgénero. Lo cual, para Morandi, era claramente discriminatorio. Porque además, estas personas, comulgan con estos precios por el mal trato recibido en algunas peluquería clásicas, no queriendo volver a ellas. "Recibí a varios clientes que ya no se atrevían a ir a los salones tradicionales por malas experiencias", explica la peluquera relatando sus propias vivencias al frente de su salón.
Su objetivo, ahora: "Luchar contra todas las formas de discriminación".
Y con las ideas muy claras: "Los precios en la peluquería deben estar vinculados al tiempo empleado por el profesional y no al género de la persona".
Discriminación hombre, mujer y LGTB en la peluquería
Este debate, sin embargo no es algo nuevo. En 2018, la asociación de consumidores CLCV en Francia, había observado "frecuentes sobrecostes de tarifas femeninas en comparación con las tarifas de hombres", incluso en servicios similares. Según su estudio de la misma, el servicio "champú + corte + secado / peinado", independientemente de la longitud del cabello, cuesta de media 20,45 euros para los hombres y 30,07 euros para las mujeres, una diferencia de más del 46%.
Una escala de precios que, según CLCV, "lucha por encontrar una justificación". Aunque para Laura Morandi, tal y como hemos adelantado, la idea no es alinear el precio de todos los servicios de los hombres con el de las mujeres. Propone que la duración del trabajo determine el precio. En resumen, las peluquerías deberían sustituir las palabras "hombre-mujer" por "corte corto, medio largo o largo". Eso solo para empezar y continuar con las diferencias de género en lo referido al colectivo LGTB.