"La naturaleza nunca hace nada sin motivo".
Aristóteles, filósofo, lógico y científico de la
Antigua Grecia
(384 a.C.-322 a.C.).
Hace unos días leía que la situación por la que estamos atravesando ha forzado a las empresas, y en definitiva a las personas, a cambios de planteamientos anclados en el tiempo. Por ejemplo, los ejecutivos dicen adiós al lujo en muchos aspectos. Es el signo de los nuevos tiempos. Uno de ellos es la adquisición de coches de lujo y la prórroga de la vida de los mismos. Un conocido político madrileño cambiaba su coche de gran cilindrada por un híbrido de menor potencia, más verde y respetuoso con el medio ambiente.
Estamos en un momento donde hemos de ser y no aparentar. Atrás ha quedado esa etapa donde debíamos dar una imagen trabajada y poco real. Otros valores se han subido al carro, más ajustados a la naturaleza del hombre y que nos facilitará el poder ser más felices y, en definitiva, mejores personas. Como decía el genio Antoni Gaudí, regresar al origen, ser consecuentes con nuestra naturaleza, ser nosotros mismos. Hay que apostar por el equilibrio, lo natural, lo austero, lo realmente eficaz y dejar la ostentación, el derroche y lo irracional.
Lo mismo se puede aplicar a nuestro trabajo, si somos honestos con nuestros clientes, con nuestra labor y negocio, todo va a fluir de forma natural, casi sin esfuerzo. ¡Qué más podemos pedir!