Desde un decreto publicado a finales de agosto, los dueños y directores de los salones de peluquería en Francia, ahora pueden acoger, al mismo tiempo, en una empresa o establecimiento, dos aprendices y un aprendiz repetido cuya formación se amplía en caso de suspender el examen.

No es de extrañar que la decisión haya sido aclamada por los profesionales: la peluquería se enfrenta a una escasez de mano de obra durante varios años. Algo que no debería ser, ya que de los 150.000 aprendices formados en artesanía durante el curso escolar 2019-2020, la peluquería se encontraban entre los cinco diplomas más elegidos, según el barómetro ISM-MAAF.

"Aunque los salones de peluquería no han recuperado su nivel de asistencia antes de la crisis sanitaria, el sector sigue necesitando trabajadores", aseguran varias fuentes desde el país galo.

"Los compañeros quieren formar a jóvenes que, por su parte, demuestren una auténtica pasión por la peluquería. El hecho de que los salones pudieran permanecer abiertos durante el tercer encierro en el país, además, contribuyó a dar una imagen muy positiva de la profesión", asegura Christophe Doré, presidente de la Unión Nacional de Empresas de Peluquería (Unec).









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