Como peluqueros la formación y el reciclaje continuo son dos de los aspectos más importantes a la hora de desarrollar nuestro trabajo y, como consecuencia, de dignificar nuestro oficio. Sin embargo, la oferta formativa disponible no siempre persigue la calidad en los contenidos, priorizándose conseguir una titulación en poco tiempo. Esa frugalidad en lo referido al citado tiempo que se dedica al aprendizaje, supone crear profesionales con conocimientos superficiales en lo aprendido. Es imposible formarse adecuadamente en meses y ser un profesional competente, ya que enseñar y aprender requiere tiempo para interiorizar protocolos, técnicas y conocimientos.

Una necesaria reflexión, saturación

El confinamiento durante la pandemia supuso un auge de las formaciones en línea y modificó la forma de aprendizaje. Se originó un fenómeno solidario sin precedentes en el que se compartían conocimientos entre compañeros en directos o tutoriales. Según Ulises Mesa, peluquero, formador y director de Ulises Peluqueros la llegada de la Covid-19 marcó un punto de inflexión que hace necesario reflexionar sobre el papel actual de las formaciones: "Creo que ahora es el momento de pensar. Nadie sabe lo que va a pasar, y plantear las formaciones como se está haciendo, como se realizaban antes de la Covid-19, en mi humilde opinión, demuestra que no hemos aprendido nada. Valoro muy positivamente todo lo que se compartió, aunque creo que algunas de esas formaciones durante la pandemia no han servido para aumentar la excelencia a la hora de trabajar. Muchas no aportaban nada y lo que se consiguió fue saturar al público".

Muchos profesionales apuntan a que la falta de una educación más extensa y de calidad dificulta encontrar profesionales que destaquen por su excelencia, a la vez que crea alumnos desmotivados. Si el profesor no transmite pasión y vocación es fácil que el estudiante no se involucre o abandone, aun más si lo que aprende no le aporta nada mayor que una titulación que es papel mojado y que impide que pueda trabajar con soltura. La experiencia de Ulises Mesa le lleva a opinar que: "Debemos mejorar el rol de formador, y pasar el protagonismo al asistente. Menos hacer nosotros y más hacer ellos para conseguir que se involucren. Para hacerlo, como docentes, debemos ser más humildes y cederles un espacio. Cuando lo haces, te sorprendes con personas que vienen con ganas de cambiar las cosas".

La educación no solo son conocimientos, sino también valores

Cómo se diseñen las formaciones repercute en qué tipo de profesionales queremos, no solo en el sector, también en la sociedad. La educación no son solo conocimientos técnicos, también son valores que te deben hacer crecer como ser humano, y para ello el ejemplo del profesor es la mejor enseñanza, la que no se olvida.

Muchos profesionales apuntan a que la falta de una educación más extensa y de calidad dificulta encontrar profesionales que destaquen por su excelencia, a la vez que crea alumnos desmotivados.

"Como docentes, haciendo autocrítica, creo que hemos perdido la capacidad de sorprender. Necesitamos hablar menos y provocar una conmoción, un ohhhh. Este cambio de actitud en nosotros supone crear una transformación en el alumno, hacerles dejar su día a día a un lado para que abran su mente y permitir que pasen cosas. Los peluqueros se forman con el ánimo de ver algo diferente y nuevo, pero el cambio siempre cuesta y hay que estar predispuesto a él. La diversidad formativa en España es muy deficiente, como en casi todos los campos educativos de este país. Sin duda alguna la educación necesita urgentemente un cambio de paradigma, hay + de 8 millones de docentes y de estos, más de 1,2 millones, tienen fracaso académico. Y esto ocurre seguramente más en nuestro sector", explica Ulises Mesa.
Normalmente la disposición hacia el aprendizaje es lo que marca el éxito y en ocasiones es el formador el que debe romper con reticencias, contar con un alumno motivado da fuerza al grupo y si se sabe potenciar, ayuda a involucrar al resto.

Otro de los aspectos sobre los que hay que trabajar, es conseguir que los profesionales se formen en otras áreas de la peluquería más allá de las clásicas del corte y el color. La gestión de negocio y de los equipos son también pilares del éxito de un salón. Así lo afirma Ulises Mesa: "Deberíamos aprender a gestionar las relaciones personales, y también a estar presente y no constantemente revisando el pasado o imaginando escenarios futuros. Y otro de los aspectos que creo que deberíamos mejorar los profesionales españoles es aprender a valorarnos más frente al público. En este momento tenemos una oportunidad de oro que posiblemente no volvamos a tener".









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