"El camino del exceso lleva
al palacio de la sabiduría".
William Blake (1757-1827),
poeta y pintor inglés.
Cada día, cuando me enfrento a los muchos correos que he de atender, viene a mi cabeza la frase, ¿otra marca de cosméticos o de aparatología más?, ¿otro negocio de peluquería, de belleza, de medicina estética más? A veces es difícil identificar incluso en qué canal de distribución juegan cuando se trata de una marca de cosmética.
Hay que confirmar que efectivamente vivimos en un momento de exceso de todo cuanto quieras imaginar. Antes era más fácil decidir la marca de tu coche, por ejemplo. Eran unos cuantos que podías elegir con los dedos de tus manos. Ahora has de hacer un estudio profundo para escoger con criterio la marca y el modelo que mejor te conviene.
Lo mismo sucede en el mundo de la peluquería y la belleza. A veces pienso que los profesionales no lo tienen fácil para escoger una marca y/o para ofrecer un servicio que les singularice. Y ahí está la cuestión.
Afortunadamente, el sector de la belleza sigue en crecimiento y, a pesar de todo, creo que hay espacio para todos, siempre y cuando sepamos diferenciarnos y aportar un valor añadido que nos identifique y haga que los clientes nos escojan a nosotros y no a otros. Ofreciendo sensaciones, experiencias distintas y personalizadas. Y muchas veces solo se trata de pequeños detalles. Ni más ni menos.
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