Una lujosa peluquería de Gales ha inventado el modelo de 'silla silenciosa'. Entre secadores, planchas y peines, algunas clientas prefieren que las atiendan sin darles palique. El tiempo que pasan en el salón no lo quieren perder con conversaciones insulsas. Mientras se tiñen, hacen mechas o cortan el cabello, quieren disfrutar de ese servicio en silencio. Ello desdibuja la imagen que se ha tenido hasta ahora de la peluquería, como lugar de encuentro y de socialización durante décadas.
Se trata del salón Aveda Bauhaus, de Cardiff, donde sus peluqueros usan las tijeras y aplican tratamientos sin entablar conversación con los clientes. Scott Miller, propietario de esta curiosa peluquería, cree que una pequeña conversación es necesaria entre cliente y estilista, pero en su justa medida. Miller se hace cargo de que buena parte de su clientela está ocupada y acude a su negocio en busca de tranquilidad y calma. Que el cliente esté relajado y desconecte de sus asuntos diarios es prioritario.
Una filosofía que llega a nuestro país
José Miguel Gallardo, fundador de TeaCut, con sede en Sevilla, ha recogido el testigo del salón galés. Los asiduos a esta peluquería escogen su asiento 'sin palabras', hablan sobre el corte o servicio deseado y después cierran los ojos y disfrutan de ese silencio esperado.
De convertirse en moda, la 'silla silenciosa' podría acabar con la imagen de que la peluquería es el lugar donde se habla de todo y de prácticamente todos. Los peluqueros ya no tienen por qué ser los confidentes o aspirantes a psicólogos de sus clientes. El silencio también es oro en el salón.