Desde hace casi cuatro décadas, Xiong Gaowu ejerce la barbería en las calles de Chengdu, la capital de la provincia suroccidental de Sichuán en la República Popular China. Con la ayuda de una navaja de afeitar, este barbero hace un peculiar peeling en los ojos de sus clientes. El lavado de ojos, como así le llama, solo se lo ofrece a clientes de más de 30 años. Gaowu asegura que los jóvenes no tienen ni suciedad ni polvo en los ojos.

Una gran precisión con la navaja

Corrían los años 80, cuando este barbero chino aprendió la técnica del rasurado de ojos. Si bien al principio no fue fácil, con el tiempo se convirtió en algo sencillo. Gaowu se enorgullece de no haber cometido ningún error y explica que el truco está en ser muy gentil con los clientes. En la actualidad, el barbero cobra 80 yuanes por servicio (10 euros), lo que supone una media aproximada de 640 yuanes (80 euros) semanales.

La técnica consiste en raspar el interior del párpado, lo que ayuda a desbloquear las glándulas sebáceas bajo el mismo. Si las glándulas están taponadas, el ojo percibe sensación de sequedad e incomodidad. No obstante, la técnica exige que el instrumental empleado -navajas, cuchillas, etc.- debe estar bien esterilizado para evitar posibles infecciones.

El primer paso consiste en aplicar una solución de yodo en la navaja para esterilizarla. A continuación, el barbero añade gotas para los ojos sobre la hoja. El proceso de rasurado y eliminación de suciedad y polvo apenas dura 30 segundos. Los clientes se muestran encantados tras el servicio, aunque las imágenes del proceso no siempre son del agrado de todo el mundo.









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