Los recogidos, especialmente los más informales, son el peinado estrella durante los meses más calurosos. Esta temporada vuelven los peinados a lo Frida Kahlo, inspirados en la tradición tehuana. Una estética elegante que ahora resulta muy actual. El toque final lo dan los arreglos, básicamente flores naturales, que embellecen, aún más, estos peculiares recogidos.
La gran protagonista del look Frida Kahlo es la trenza diadema. Un peinado muy útil a la hora de apartar el cabello del rostro y que versiona los estilismos de la Grecia antigua. De hecho, en la mayoría de sus pinturas, Kahlo aparece con un recogido a base de trenza diadema, sujetado con horquillas, que despeja su rostro alargado y su mirada algo decaída. Para realzar el recogido, Kahlo lucía pendientes largos y abundantes collares. Así se aprecia en los siguientes cuadros: Frida y Diego Rivera; Autorretrato en la frontera entre México y Estados Unidos; Autorretrato con collar de espinas (aquí luce unas preciosas mariposas a modo de pasadores que sujetan la trenza); Autorretrato con monos; Autorretrato con traje de terciopelo y Las dos Fridas.
Autorretrato con el cabello corto
Kahlo poseía una melena negra, larga y densa que solía lucir recogida, como ya hemos explicado. Aun así, algunos de sus autorretratos más dramáticos, en los que expresa sus emociones más dolorosas, la muestran con el cabello suelto. Es el caso de: La columna rota; Autorretrato con el pelo suelo; Henry Ford Hospital y El abrazo de amor del universo.
Uno de los más curiosos es Autorretrato con pelo cortado 1940. En la pintura, Kahlo rechaza su feminidad y aparece vestida con un traje masculino, sentada en una silla amarilla. El suelo, de colores rojo y naranja, está cubierto por sus cabellos cortados, alrededor de sus pies y de las patas de la silla. Mechones que parecen provistos de vida propia. La pintora prescinde de uno de sus atributos más sensuales, su melena, objeto de deseo de su exmarido, Diego Rivera. Kahlo se niega a ofrecer una imagen convencional de la mujer. De hecho, en la parte superior de la pintura, se leen los versos de una canción mexicana: "Mira que si te quise fue por el pelo: ahora que estás pelona, ya no te quiero". Algunos creen que deseaba mostrar el dolor que le causó la separación de Diego Rivera. Otros ven en la pintura, un reflejo de su visión de la vida, demasiado avanzada para su época.